(Libertad Digital) Según publica El Mundo en su última edición, las últimas reformas legislativas para endurecer los requisitos que permitan la tramitación de "cartas de invitación", necesarias para que un inmigrante o ciudadano español pueda acoger en su casa un turista extranjero, están provocando "colas kilómetricas" en las comisarías que se están viendo desbordadas por la acumulación de trabajo.
Lo que antes podía solucionarse con un documento obtenido ante un notario público, desde el 11 de junio ahora hay que tramitarlo ante la Policía Nacional que, además, debe de atender las solicitudes y renovación de permisos de residencia y el certificado de "ciudadano europeo" por parte de rumanos y búlgaros cuyos países han ingresado recientemente en la Unión Europea.
En la sede de la Oficina Nacional de Extranjería, en la madrileña calle de general Pardiñas, que ahora se dedica en exclusiva a los trámites de rumanos y búlgaros, varios agentes golpearon a las personas que hacían colas "kilómetricas" y se alteraron porque veían que no llegarían a tiempo a tramitar sus documentos, a pesar de que algunos llevaban 48 horas de espera.
Para tramitar la "carta de invitación", las nuevas normas establecen que el inmigrante o ciudadano español, debe presentar "fotocopia compulsada del pasaporte, escritura de compraventa de la vivienda de la persona que invita, un certificado del Registro de la Propiedad, certificado de empadronamiento, comprometerse a asumir el coste de la estancia del invitado y demostrar `sobradamente´ la relación que existe entre el invitante y el invitado".