(Libertad Digital) Feliciano López se ha impuesto al joven, Donald Young, procedente de la fase previa en cuatro sets, por 3-6, 6-3, 7-6 (7-5) y 7-5. El toledano, que firma en el presente curso la mejor actuación de su carrera en Nueva York, daba la vuelta al partido que le enfrentaba con una de las revelaciones del tenis norteameruicano, que disfrutaba de una invitación directa de la organización del torneo.
Young, sin embargo, ha tenido un tránsito sosegado hasta la tercera ronda, una situación impensable para él. Eliminó en el primer partido al ruso Igor Andreev y pasó directamente a la tercera eliminatoria gracias a la retirada del francés Richard Gasquet. López, que consecutivamente ha eliminado a Juan Carlos Ferrero, Igor Andreev y Young, se las verá en octavos de final con el suizo Roger Federer, que ha derrotado al estadounidense John Isner por 6-7 (4-7), 6-2, 6-4 y 6-2.
Derrotas de Verdasco y Almagro
Minutos antes, Fernando Verdasco sucumbía ante Thomas Berdych por 7-6 (7-2), 6-1 y 7-6 (7-3) en algo más de dos horas. El zurdo madrileño pierde así gran parte de sus oportunidades de igualar su mejor papel en nueva York, en 2005 cuando llegó hasta la cuarta eliminatoria, en el primer parcial, cuando tras haber roto el servicio del centroeuropeo se dispuso a sacar para apuntarse el set. No aprovechó la ocasión el madrileño, que perdió su servicio, y lo llevó al desempate, donde el checo fue superior. Fue como un golpe para Verdasco, que desapareció del choque en el segundo. Mantuvo el tipo en el tercero, también resuelto en el 'tie break', pero Berdych rentabilizó sus cualidades.
La de Verdasco es la segunda derrota de un tenista español en la tercera ronda. Previamente, Nikolay Davydenko acababa con las expectativas de Nicolás Almagro (7-5, 6-0 y 7-5). El jugador murciano, que nunca antes había llegado tan lejos en un 'Grand Slam', solicitó en varias ocasiones la atención del médico de pista como consecuencia de unos dolores en el brazo derecho. Fue atendido y jugó el resto de encuentro con un vendaje en esa zona. "Cada vez que sacaba me dolía el brazo. Pero he decidido seguir. He intentado terminar de la mejor manera posible", apuntó Almagro, que no justificó en el dolor la derrota contra Davydenko. Para ese momento Almagro ya había dejado escapar su mejor oportunidad en el partido, cuando en el primer set sacó para cerrar la manga (5-4). Davydenko le rompió el servicio y se apuntó nueve juegos consecutivos que dejaron el partido decidido.
Prematuro adiós de la campeona
En el cuadro femenino, la sorpresa de la jornada llegaba con la derrota de Sharapova frente Agnieszka Radwanska, trigésima cabeza de serie, por 6-4, 1-6 y 6-2. El Centro Nacional de Tenis Billie Jean King de Nueva York se queda así sin su reina. La raqueta que más atención ha demandado al gran público. Superior, incluso, que el que pretenden acaparar las hermanas Venus y Serena Williams, las que más aspiraciones ofrecen a los intereses locales.
Sharapova tiene un argumento más para agarrarse a las supersticiones, si es que las tiene. Le fue mal cambiar los rituales de las jornadas anteriores, en las que batió con apuros a la italiana Roberta Vinci y a la australiana Casey Dellacqua. La rusa colgó en el armario el modelo rojo que la marca que representa le había diseñado especialmente para el torneo. Eligió el blanco, del mismo corte, que no había lucido hasta ahora. Por si fuera poco, la organización fijó otro horario al distinto hasta ahora. Le situó en la sesión matinal por vez primera, después de dos veces jugando en las jornadas vespertina y nocturna.
Pero, en realidad, fue su adversaria la que sacó de la pista a una jugadora que no se despedía en la tercera ronda de un 'Grand Slam' desde 2004, en los Abiertos de Australia y Estados Unidos y que terminó abatida, cariacontecida e indignada. Buscando en vano el auxilio de su padre, Yuri, en el palco de jugadores. Pero su progenitor dejó su silla vacía en los dos últimos juegos del partido. No quiso ser testigo de la derrota. Sharapova ha prolongado el maleficio de las campeonas en Nueva York. En los últimos años la vencedora no repite éxito. Suelen tener, además, una despedida precipitada.
Fue una polaca de dieciocho años la que dio el bombazo del torneo. Una raqueta originaria de Cracovia, de dieciocho años que ya puso contra las cuerdas a la rusa en el único duelo que habían disputado, este mismo año en Estambul, sobre tierra. Sharapova se agarró a los tres sets para batirla (6-2, 3-6 y 6-0). La polaca aprendió la lección para asumir un gran protagonismo en este torneo e igualar lo que hasta ahora es su mejor papel en un torneo 'grande', los octavos que obtuvo el pasado año en Wimbledon.