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BRONCE EN LOS 20 KILÓMETROS MARCHA

María Vasco revela que el seleccionador español aún no le ha facilitado por su medalla

La marchadora barcelonesa María Vasco, medalla de bronce en los 20 kilómetros marcha en el mundial de atletismo de Osaka (Japón), ha llegado a la Ciudad Condal con cierta tristeza porque aún espera "que Josep Marín", seleccionador nacional de marcha atlética, la "felicite por la medalla".

La marchadora barcelonesa María Vasco, medalla de bronce en los 20 kilómetros marcha en el mundial de atletismo de Osaka (Japón), ha llegado a la Ciudad Condal con cierta tristeza porque aún espera "que Josep Marín", seleccionador nacional de marcha atlética, la "felicite por la medalla".

L D (EFE) "En teoría es mi jefe y ni tan siquiera ha venido a hablar conmigo para nada", lamenta Vasco, que llegaba a primera hora de la tarde al aeropuerto de Barcelona, procedente de Zúrich, donde fue recibida por un numeroso grupo de familiares y amigos, entre los que se encontraba su madre, Adelina, su esposo, el también marchador José Antonio González Cobacho, su entrenador Rafael 'Fali' Sánchez y Tomás Barris, presidente del club AE Blanc i Blau al que pertenece actualmente la atleta.

La veterana marchadora de 31 años, nacida en Viladecans y residente ahora en Santa Margarida de Montbui, no podía evitar lágrimas de emoción y alegría por el recibimiento. "No me lo esperaba y aquí veo a los que me quieren de verdad. Ahora es cuando puedo asimilar un poco la importancia de lo que he logrado. Esperaba llegar a casa para darme cuenta de que soy tercera del mundo y que lo he podido conseguir gracias a mi esfuerzo y al de los que aún han seguido creyendo en mí", destacaba.

La medallista mundial remarca que cuando el año pasado decidió no retirarse "fue para estar delante y no en un segundo plano. He estado entrenando muchos años y esta medalla no es fruto sólo de este año y para mí es un nuevo comienzo de mi carrera". Vasco se ha convertido en la segunda marchadora española que ha logrado una medalla en un Mundial, después de la lograda -también bronce- por Encarna Granados en los 10 kilómetros de los Mundiales de Stuttgart'93.

La catalana destaca además que sigue siendo la "única atleta española que tiene una medalla olímpica" y comenta que "después de siete años" de su bronce en Sydney, "lograr una medalla en un Mundial significa que aquello no fue una mera casualidad". "En estos siete años he estado entrenándome duro, he sido cuarta del mundo (Helsinki, 2005), quinta (Edmonton, 2001) y he sido también tercera en la Copa del Mundo (Naumburg, 2005), pero parece que aquí si no logras medallas, no eres nada", dice.

De las tres medallas lograda por el equipo español en Osaka, dos han sido en marcha atlética y María Vasco considera que "los marchadores siempre estamos ahí y cada año logramos medallas; este año, además de la masculina, también se ha logrado una femenina, pero todavía seguimos siendo el 'patito feo' del atletismo español y creo que esto no va a cambiar. Nosotros seguimos ahí, siempre estando arriba y demostrando que hay mucha marcha en este país".

Vasco lamenta no haber tenido a su entrenador, Rafael Sánchez, a su lado en Osaka y ha revelado que le ha pagado a su técnico "dos años consecutivos el viaje al Mundial de Helsinki (2005) y al Europeo de Gotemburgo (2006) y creo que eso debería ser algo que pagase la Federación Española, pero como él no tiene contrato con la Federación, no puede ser". "Ahora no me voy a meter con eso porque es un tema por el que he luchado mucho y lo que es sorprendente es que ganes una medalla y no puedas tener a tu entrenador a tu lado en el campeonato. Yo diría que eso no pasa ni en los países tercermundistas, pero aquí sí", afirma. "Ya tengo mi plaza para los Juegos de Pekín", recuerda Vasco, ambiciosa en sus objetivos con vistas a la capital china: "será mi última Olimpiada y no aspiro a quedar quinta o cuarta, porque eso ya no me vale: quiero estar arriba".

Considera que este año es el mejor de toda su carrera, especialmente porque en el 2006, la muerte de su padre, Manuel y los malos resultados le llevaron a pensar en su retirada. Ella lo reconoce porque "siempre se dice que después de algo malo llega algo bueno. Yo no voy a cambiar por nada este año que estoy viviendo. a pesar de tener una medalla olímpica este ha sido mi mejor año a nivel personal y profesional y creo que ya me lo merecía después de muchos años entrenando y sufriendo".

Sobre el futuro, revela que "en Osaka ha empezado otra carrera deportiva para María Vasco. A partir de aquí hay otra marchadora nueva; lo tengo clarísimo. Mi objetivo último son los Europeos del 2010 de Barcelona, siempre y cuando llegue bien. Si consiguiese una medalla, intentaría continuar. Evidentemente me pongo el 2010 porque, como mujer, quiero ser madre y los años pasan".

La plusmarquista española de todas las distancias no oculta que "sería una pasada estar en Pekín" junto a su marido. "Estuvimos juntos en Atenas y yo le intento ayudar en todo momento aunque los 50 Km. son una distancia muy dura. Esta medalla se la debo a él porque ha sufrido tanto o más que yo y me ha estado repitiendo que no debía abandonar, que tenía que seguir luchando". "Una gran parte de mi medalla se la debo a él y la otra a mi padre Manuel, que aunque no esté físicamente a mi lado, se que está siempre conmigo", concluyó.

 

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