LD (EFE) El dictador de Corea del Norte, Kim Jong-il, y el presidente surcoreano, Roh Moo-hyun, acordaron impulsar la paz definitiva entre sus países poniendo fin al actual "régimen de armisticio". Ambos firmaron una declaración de ocho puntos para el "Desarrollo de las Relaciones entre el Norte y el Sur, la Paz y la Prosperidad", al término de una histórica cumbre de tres días celebrada en Pyongyang entre dos países que siguen técnicamente en guerra desde 1953.
En esa declaración los dos países acuerdan medidas para impulsar la paz, como el establecimiento de una "zona de paz" en la línea fronteriza del Mar Occidental, donde han mantenido en el pasado confrontaciones armadas, y la celebración de reuniones en noviembre entre sus primeros ministros y sus titulares de Defensa. Además, acordaron mantener de forma periódica una cumbre para debatir asuntos pendientes, que se produzca con más periodicidad que hasta ahora, pues ésta ha sido la primera reunión presidencial en siete años y la segunda en más de medio siglo.
En la declaración, "Corea del Sur y Corea del Norte acordaron cooperar estrechamente para acabar con las relaciones de enemistad militar y garantizar una rebaja de la tensión y asentar la paz en la península". Los dos países "se oponen a cualquier guerra en la península", apunta además la declaración. Según las imágenes transmitidas por televisión desde Pyongyang, ambos líderes firmaron el texto, se dieron un apretón de manos y, tras charlar un rato, unieron sus manos en alto, entre sonrisas, en símbolo de la mejora de relaciones entre los dos países.