L D (EFE) Así lo han explicado fuentes de la dirección del PSC, en donde se ha preferido valorar su figura que entrar a criticar posibles contradicciones de Maragall, quien ha revelado que ya no es militante del PSC porque ya "no pago cuota".
Según fuentes de la dirección del PSC, a la dirección no le consta que Maragall haya dirigido una carta a través de su agrupación del partido solicitando la baja de la formación, tal como hiciese su esposa, Diana Garrigosa, cuando José Montilla desbancó a Maragall como cartel electoral del PSC tras la reforma del Estatut.
Por este motivo, al no existir una carta solicitando la baja de militancia y a partir del conocimiento a través de los medios de comunicación de que no piensa pagar la cuota, el PSC dará de baja dentro de un año a Maragall en el PSC, dentro del cupo habitual de "bajas pasivas".
Pasqual Maragall pone así punto y final a una relación llena de desencuentros con el PSC, del que ha sido uno de sus históricos dirigentes.
El ex presidente catalán decidió dejar la presidencia del partido en junio pasado, tras renunciar a ser el cartel electoral del PSC en las elecciones autonómicas, una postura que adoptó después de una entrevista con José Luis Rodríguez Zapatero en la que el presidente del Gobierno le admitió, según explicó el propio Maragall, que prefería a José Montilla como candidato a la Generalidad.
Maragall, que se va del PSC con el hito histórico de haber conseguido la presidencia de la Generalidad para los socialistas en 2003, una plaza que parecía inalcanzable para este partido, ha lidiado una relación difícil con la cúpula del PSC, tanto en su etapa al frente del ayuntamiento, como después cuando presidía el gobierno catalán. De hecho, Maragall abandonó en septiembre de 1997 la alcaldía de Barcelona por sus diferencias con la federación barcelonesa del PSC.
El partido lo rescató, tras ejercer un año la docencia en Roma y Nueva York, para enfrentarse a Jordi Pujol en las autonómicas de 1999, en las que pese a ganar en votos no accedió a la Generalidad. Cuatro años más tarde logró la presidencia del gobierno catalán tras pactar con ERC e ICV-EUiA.
Maragall pasará a la historia por ser el presidente del nuevo Estatuto de autonomía de Cataluña, texto aún pendiente de varios recursos en el Tribunal Constitucional, mientras que como alcalde se le recordará sobre todo por los Juegos Olímpicos de 1992.
Siempre ha tenido un discurso propio, paralelo al partido. Una de sus principales obsesiones ha sido recuperar el grupo parlamentario propio del PSC en el Congreso, opción vista con recelo desde Feraz. Ahora, el siguiente reto de Maragall es contribuir a la creación del Partido Demócrata Europeo, a estilo y semejanza del Partido Demócrata estadounidense.