(Libertad Digital) El PSOE no tirará la casa por la ventana al recordar su primera gran noche de gloria en la etapa constitucional. El 28 de octubre de 1982, el partido fundado por Pablo Iglesias, ganó por aplastante mayoría las Elecciones Generales.
El resultado consumó el ascenso de un clan sevillano poco significado por su oposición a la dictadura y que, sin embargo, consiguió tomar prácticamente al asalto las históricas siglas justo a tiempo del proceso de transición a la democracia en España.
Felipe González, Alfonso Guerra y Luis Yáñez se hicieron con la franquicia española de la Internacional Socialista y convencieron al PSD de Schmidt y al PSF de Mitterrand de que debían donar fondos para conseguir la transición a la democracia y de que sus corresponsales en España eran ellos y no Santiago Carrillo.
Llegaron para quedarse. La foto de González y Guerra con las manos entrelazadas, saludando a la multitud enfervorizada desde una ventana del hotel Palace de Madrid la noche del 28 de octubre de 1982, es todo un símbolo del pacto granítico que los mantuvo unidos en el poder durante diez años, en un perfecto reparto de papeles, según el cuál González se ocupó de la dirección del Gobierno mientras Guerra mantuvo a raya el partido.
El desgaste fue desigual para ambos.
Felipe se mantuvo trece años en el poder, gracias a que supo traicionar sin demasiados escrúpulos su propia palabra –referéndum de la OTAN–, amistades, incluso la Ley que había prometido cumplir –según el cúmulo de evidencias de corrupción y terrorismo de Estado perpetrados por miembros de su Gobierno, probablemente con su conocimiento, aunque es algo que no se ha podido probar, y desde luego, bajo su responsabilidad– .
Alfonso Guerra, en cambio, sucumbió antes que su ex amigo al escándalo de nepotismo protagonizado por su hermano Juan.
Entonces, vio cómo se las gastaba el líder para dejar tirados a los que le habían acompañado a subir.
La relación entre ambos no se ha recuperado de aquel trauma, de ahí que la foto del hotel Palace sea poco menos que irrepetible en esta conmemoración un tanto gélida que el PSOE ha preparado para recordar aquella noche de hace 25 años.
Sorprende el bajo perfil de los actos programados. Alfonso Guerra abrirá el telón el próximo domingo en la sede de la Comisión Ejecutiva del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, inaugurando una exposición fotográfica junto a José Blanco, secretario de Organización, y Manuel Chaves, presidente del partido.
No está prevista la asistencia de Rodríguez Zapatero, aunque tampoco la descartan en la Dirección socialista. Quien no asistirá es Felipe González, ocupado en otros compromisos de su agenda, según han explicado desde Ferraz.
El siguiente hito será el 1 de diciembre, fecha en la que se conmemorará la toma de posesión de Felipe González, primer presidente socialista de la etapa constitucional nacida de la Transición. En el PSOE, se habla de un acto sencillo, discreto, una foto de familia de González y Zapatero para los anales del partido.
Las relaciones entre ambos tampoco dan para más.