(Libertad Digital) Bartle Bull ha elegido para titular su artículo en la prestigiosa revista Prospect Magazine las famosas palabras de George Bush, que tantas veces se le han vuelto en contra: "Mission accomplished", es decir, "misión cumplida". Hace sólo un año muchos hubiesen considerado inimaginable que se pudiera escribir un artículo serio con ese título. Pero la situación ha cambiado sustancialmente, y le permite decir a Bartle Bull que, "el país está entero. Ha abrazado las urnas. Ha creado una constitución justa y popular. Ha evitado la guerra civil abierta. No ha sido ocupada por Irán. Ha frenado el genocidio de los kurdos y de los árabes (del área entre el Tigris y el Éufrates). Ha evitado la venganza masiva contra los suníes". Finalmente, "el país ha dejado de ser una amenaza para el mundo o para la región".
Es cierto, recoge el artículo, que no se puede hablar de un éxito rotundo ni mucho menos. "Puede que la misión en Irak esté en camino de lograrse, pero claramente ha sido imperfecta y costosa", apunta. No tiene más que recordar que "han muerto al menos 80.000 iraquíes y puede que 200.000 o más", prácticamente todos por iraquíes y otros árabes. Hay un millón de desplazados en el interior del país desde 2003 y hay otro millón de desplazados fuera de las fronteras. "Parte del preciado legado histórico de Irak ha sido saqueado".
Pero lo más sustantivo del artículo es la previsión del autor de que la caída en la violencia sectaria no es una casualidad. Su diagnóstico es claro: "El principal hecho sobre el Irak de hoy es que la violencia, aunque todavía trágica, ha dejado de ser política, y por tanto ya no es tan importante como era".
Para ello recoge que han sido principalmente cuatro las fuentes de del terrorismo desde la invasión por las tropas aliadas, lo que se llama en los medios "la insurgencia". Tres entran dentro del campo suní, la minoría que ha perdido los privilegios que gozó tradicionalmente y especialmente bajo la brutal dictadura de Saddam Husseín. Se trata de los baasistas, los fundamentalistas religiosos suníes (wahhabismo) y las tribus suníes.
Por lo que se refiere a los partidarios del partido Baas, implantación del Nacional-Socialismo en la zona y miembro de la Internacional Socialista durante décadas, son un actor "racional" en esta guerra, ya que su principal objetivo pasa por "recuperar los privilegios que tuvieron bajo Sadam" y finalmente "abandonarán y se sentarán a negociar todo lo que puedan obtener del desastre que ellos mismos han creado".
Las tribus suníes, con especial presencia en Al-Anbar, provincia occidental del país, "como los baasistas, han hecho precisamente lo que los observadores no ideologizados predijeron al comienzo de la violencia". Es decir, "una vez que quedó clara la victoria chií y la resolución de los EEUU, las tribus suníes decidieron que sus intereses estaban en ordeñar todo lo que pudieran" de la nueva situación. Este grupo es especialmente importante, ya que "alrededor del 80 por ciento de la violencia de Irak tenía lugar en cuatro de sus 18 provincias", una de las cuales es Al-Anbar, que "hoy es uno de los lugares más seguros del país".
En definitiva, "los líderes tribales de Al-Anbar y los baasistas podrían ser comprados bien directamente, bien por la promesa indirecta de participar en lo que será un país rico, una vez que quién posee Bagdad es un asunto resuelto". Curiosamente, ambos grupos han tenido que contar con que "su enemigo es de hecho el mayor garante de que tendrán un sitio justo en la mesa nacional".