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Inquisición vasca: El Wall Street Journal denuncia la imposición del idioma vasco

El diario neoyorkino The Wall Street Journal ha dedicado este martes un artículo sobre España titulado "Inquisición vasca" y que se refiere a la imposición del euskera desde las instituciones regionales. El vasco es un idioma "poco acorde con la vida contemporánea", incide. Mientras que tiene 10 términos para "pastor", tiene que crear neologismos para términos como "ciencia" o "democracia". El artículo muestra su sorpresa por que se apueste por un idioma "sin relación alguna con otra lengua europea" frente al español, hablado por 450 millones de personas.

El diario neoyorkino The Wall Street Journal ha dedicado este martes un artículo sobre España titulado "Inquisición vasca" y que se refiere a la imposición del euskera desde las instituciones regionales. El vasco es un idioma "poco acorde con la vida contemporánea", incide. Mientras que tiene 10 términos para "pastor", tiene que crear neologismos para términos como "ciencia" o "democracia". El artículo muestra su sorpresa por que se apueste por un idioma "sin relación alguna con otra lengua europea" frente al español, hablado por 450 millones de personas.
LD (José Carlos Rodríguez) "Inquisición vasca: ¿Cómo diría pastor en Euskera?". El título del artículo de Keith Johnson en The Wall Street Journal apunta a dos aspectos que sobresalen del relato de los hechos en la noticia: por un lado la imposición sistemática del vasco desde las instituciones regionales y su carácter de vehículo para la imposición de una cosmovisión nacionalista, y por otro su origen antiguo y campestre, alejado del desarrollo que han tenido otras lenguas, y forzado desde su re-creación, a importar palabras que jamás tuvieron cabida en el idioma vasco, como por ejemplo "independencia" o "democracia".
 
Johnson comienza recogiendo el testimonio de la profesora de matemáticas Rosa Esquivias, profesora de matemáticas de instituto, y que "debe aprender vasco, o perderá su empleo". Tiene que "emplear 25 horas al día ejercitando los verbos y el vocabulario en euskera, un idioma" –apunta– "sin relación alguna con otra lengua europea y hablada por menos de un millón de personas. Alrededor de 450 millones de personas en todo el mundo hablan español".
 
Que el vasco no es sin más un instrumento para la comunicación es algo que tiene claro el periodista del WSJ: "Los separatistas todavía sueñan con crear su propio país, pero mientras tanto están experimentando imponer un estricto régimen de euskera en cada rincón de la vida pública", y eso que "más o menos un 30 por ciento habla el vasco", mientras que el español es el idioma del 95 por ciento de la sociedad.
 
"En las aulas", continúa, "el euskera también ha permitido a los separatistas controlar el currículo. Los libros de texto en vasco utilizados en las escuelas jamás mencionan a los estudiantes que el País Vasco forma parte de España, por ejemplo. Ningún libro de texto de la escuela elemental siquiera menciona la palabra España". Se les enseña, sin embargo, que viven en "Euskal Herría", país "colonizado por Francia y España".
 
El artículo destaca también que el esfuerzo totalizador por parte del gobierno de Juan José Ibarretxe (del que destaca que ha tenido que aprender euskera de mayor y a marchas forzadas), llega también a la televisión. Pero se les interpone el mando a distancia, el canal público en lengua vasca "tiene un 4,4 por ciento de audiencia, menos que el canal público de documentales sobre animales", apunta.
 
El conjunto de medidas de imposición del vasco, lo que conforman la Inquisición denunciada por el diario, incluye medidas que deben de sorprender y provocar el escándalo del lector del diario: "Se retira a los policías de las calles para que repasen su gramática. Las empresas que hagan negocios con el Gobierno vasco tienen que dirigir sus negocios en euskera. El próximo año sólo se podrá enseñar en vasco a los estudiantes que entren en la escuela pública". Se producen situaciones contradictorias, como que "A pesar de que hay escasez de doctores en el País Vasco, el servicio vasco de salud obliga al personal médico a hablar euskera".
 
El diario se ha encontrado con la justificación nacionalista de la imposición por la fuerza del idioma en la profesora de euskera de Rosa Esquivias: "Para tener una sociedad verdaderamente bilingüe necesitas discriminación positiva", declara Mertxe Múgica, mientras recuerda la discriminación contra el vasco en la época de Franco.
 
Pero esa "Inquisición vasca" podría ser menos eficaz que lo que pretenden los nacionalistas, al menos por lo que se refiere a la extensión del idioma. The Wall Street Journal recaba la opinion de Joseba Arregui, "anterior secretario de cultura, vascohablante de nacimiento, y en su momento arquitecto de la política lingüística". Según sus declaraciones al diario, el vasco "no es bueno para una conversación de todos los días. Cuando una lengua se impone, se utiliza menos y crea un círculo diabólico de imposición y reacción". Se ha forzado demasiado el uso del vasco, según Arregui.

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