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Federer baja de la nube a David Ferrer y conquista por cuarta vez la Copa Masters

Casi sin despeinarse, en apenas una hora y 37 minutos, Roger Federer ha frustrado el sueño de David Ferrer y lo ha derrotado en la final de la Copa Masters de Shangai por 6-2, 6-3 y 6-2. Es la cuarta vez que el suizo levanta el título de los maestros, que es a su vez el octavo que consigue esta temporada y el número 53 de su carrera profesional. Pese a la derrota, el español se muestra "muy feliz" por sus resultados de esta semana en China, que le permiten avanzar un puesto en el ránking mundial de la ATP y cerrar la temporada como quinto mejor tenista del planeta.

Casi sin despeinarse, en apenas una hora y 37 minutos, Roger Federer ha frustrado el sueño de David Ferrer y lo ha derrotado en la final de la Copa Masters de Shangai por 6-2, 6-3 y 6-2. Es la cuarta vez que el suizo levanta el título de los maestros, que es a su vez el octavo que consigue esta temporada y el número 53 de su carrera profesional. Pese a la derrota, el español se muestra "muy feliz" por sus resultados de esta semana en China, que le permiten avanzar un puesto en el ránking mundial de la ATP y cerrar la temporada como quinto mejor tenista del planeta.
(Libertad Digital) La marca lograda en Shangai este domingo por el de Basilea le permite situarse igualado con el rumano Ilie Nastase, aunque uno por detrás del checo Ivan Lendl y el estadounidense Pete Sampras. Por su victoria, Federer percibió un cheque por 1,2 millones de dólares, con lo que supera por segundo año consecutivo la barrera de los ocho millones de dólares ganados, sólo en premios, en una campaña. Lleva cuatro temporadas consecutivas en el número uno del ránking mundial, situación a la que han contribuido esta vez el US Open, Wimbledon, el Abierto de Australia, entre los grandes, y los Masters Series de Cincinatti y Hamburgo.
 
El suizo cumplió su palabra, y si después de perder su primer partido contra el chileno Fernando González avisó que sonreiría de nuevo el domingo, volvió a disfrutar de nuevo en esta ocasión al ganar a Ferrer en la final, quien ha desaprovechado la oportunidad de convertirse en el primer debutante, desde su compatriota Alex Corretja en 1998, en ganar la Copa Masters en su debut, y de paso anotar su nombre como segundo español que se hace con este torneo desde Manuel Orantes en 1976. También ha perdido una ocasión para acabar cuarto del mundo esta temporada (finalizará quinto), y de paso hacerse de oro, pues si hubiera ganado la final se habría embolsado un cheque por 1,3 millones de dólares por acabar el torneo sin una sola derrota. Pero esta semana quedará en su memoria como una de las mejores de su carrera por méritos propios. Perder contra Federer, un consumado maestro, en su primera final en pista cubierta y en un Masters significará para él un revulsivo que otros quisieran.

Todo eso por culpa del jugador suizo que no hizo mas que cumplir con su juego. Federer sabía que aunque las piernas del español son veloces y ha ganado esta semana al número dos del mundo (Rafael Nadal), al tres (Novak Djokovic) y al cinco (Andy Roddick) cediendo nada más que un set, contra Nadal, se ha adueñado de lo que él llama su zona segura, y jugando ahí se mueve con una absoluta naturalidad que se traduce en eficacia mortal.
 
El comienzo del encuentro fue desesperanzador para Ferrer, y eso que el español gozó de un punto de ruptura en el tercer juego del primer set, y porfió en cada jugada dudosa reclamando con éxito el "Ojo de Halcón". Ferrer tenía tantas ganas de ganar, y en caso de perder, de hacerlo con clase, que se desesperó un tanto y cedió su saque dos veces seguidas. No obstante, el español inició su propósito al más puro estilo Nadal, castigando el revés de Federer, intentando moverle, angulando cada vez más, y aprovechando la velocidad de sus piernas para llegar a casi todo, un objetivo casi imposible pues en esta manga, desde la ventaja de 2-1 a la consecución de 5-1, Roger se mostró magnífico y ganó 16 de los 15 puntos disputados.

La primera manga se esfumó en 26 minutos. Ferrer no podía permitirse más fallos porque Federer estaba lanzado, pero no volvió a disponer de un punto de ruptura hasta casi 75 minutos después, ya en el tercer set, cuando el suizo se había apropiado ya del segundo parcial a la cuarta oportunidad. Fue en el primer juego del tercer set, y de nuevo el saque de Federer, que logró nueve directos, resolvió la situación dos veces. El suizo contragolpeó en el cuarto para lograr lo que Ferrer no lograría jamás y de nuevo en el octavo, cuando se aprovechó de los nervios del español, que cometió su segunda doble falta, para apuntillar luego su victoria con un cruzado de derecha inalcanzable.
 

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