L D (B. Mesa/Rabat) Los manifestantes, la mayoría con títulos en medicina e ingenierías, exigen además el cumplimiento de unos acuerdos sellados con las autoridades entre los años ochenta y noventa durante el régimen de Hassan II, y que contemplan la integración inmediata de los licenciados en paro en la administración pública. Sin embargo desde la fecha estos compromisos aún no se han respetado.
"Las protestas masivas son nuestra única arma para hacernos oír”, afirmaba uno de los convocantes, sin miedo a las represalias por parte de las fuerzas de seguridad, que este sábado dejaron más de cuarenta personas heridas. Según Efe, "los heridos fueron atendidos por la población en el centro de la ciudad porque no quisieron subir a las ambulancias para evitar ser identificados en los hospitales".
Pese a la represión que sufren los activistas en defensa de unos derechos "negados por el Gobierno", las manifestaciones serán continuadas. "Nos puede costar la cárcel, pero no tememos", aseguraba un diplomado. "La policía secreta nos rodea para hacernos fotografías y luego detenernos o bien arrancarnos información", añadía un doctor en Psicología, que se unió al grupo de marroquíes que cortó la avenida principal de Mohamed V en Rabat.
A su juicio, "el sector privado no te ofrece ninguna garantía laboral, la empresa familiar no está regida por las normas mundiales". La situación laboral para estos jóvenes es muy diferente a la que se vive en otras ciudades de Europa donde, a pesar de la precariedad y la temporalidad del trabajo, encuentras empleo.
Por el contrario, en Marruecos, los diplomados pueden estar años sin encontrar un puesto de trabajo, ni siquiera precario. "Por eso estamos aquí, nuestra postura es clara: hay un decreto ministerial que recoge que las personas con diplomas superiores trabajan automáticamente en la función pública, pero el gobierno no quiere aplicarlo".