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España es el cuarto país de Europa que más presión fiscal aplica a las empresas

Según un estudio del Banco Mundial y PricewaterhouseCoopers (PwC), las empresas españolas dedican el 23,7 por ciento de sus beneficios al pago de los impuestos relacionados con su actividad económica. En la Europa de los 15, sólo Dinamarca, Holanda e Italia tienen sistemas fiscales más duros con las compañías. En cambio, en Francia tan sólo dedican un 8,3 por ciento a tributos. El estudio también señala que los países que simplifican sus sistemas tributarios consiguen ratios más elevados de población ocupada tras el desempleo, sobre todo, en el colectivo femenino.

Según un estudio del Banco Mundial y PricewaterhouseCoopers (PwC), las empresas españolas dedican el 23,7 por ciento de sus beneficios al pago de los impuestos relacionados con su actividad económica. En la Europa de los 15, sólo Dinamarca, Holanda e Italia tienen sistemas fiscales más duros con las compañías. En cambio, en Francia tan sólo dedican un 8,3 por ciento a tributos. El estudio también señala que los países que simplifican sus sistemas tributarios consiguen ratios más elevados de población ocupada tras el desempleo, sobre todo, en el colectivo femenino.
LD (Europa Press) Las empresas españolas dedican el 23,7 por ciento de sus beneficios al pago de los impuestos relacionados con su actividad económica, excluidas las cotizaciones a la Seguridad Social y otros tributos, según un estudio del Banco Mundial y de PricewaterhouseCoopers (PwC) que compara los diferentes regímenes fiscales de las empresas de 178 países de todo el mundo.
 
Además, destinan el 37,6 por ciento de sus beneficios al pago de salarios y cotizaciones sociales, mientras que el pago de otros impuestos se lleva el 0,8 por ciento de la cuenta de resultados de las empresas españolas.
 
De esta forma, la fiscalidad que soportan las compañías españolas en cuanto a los tributos relacionados con su actividad económica está en la media de los países analizados en este estudio, con una carga fiscal del 23,7 por ciento, inferior a la vigente en economías como Estados Unidos (27,1 por ciento), Japón (33,2 por ciento) y Australia (26,9 por ciento).
 
Sin embargo, de entre los países de la UE-15, únicamente las empresas de Italia, con un porcentaje del 30,8 por ciento, seguida de Dinamarca (28 por ciento) y Holanda (26 por ciento), soportan una fiscalidad superior a las empresas españolas. El resto, se sitúan por debajo, destacando la reducida tributación de Francia (8,3 por ciento), que es el país que cierra el ranking de entre los Quince.
 
Pagar ocho veces al año
 
En cuanto al número de veces anuales que las empresas tienen que pagar sus impuestos, España, con ocho ocasiones, se sitúa en el grupo de cabeza dentro de los países industrializados. Los países más avanzados en esta materia son Suecia, donde las compañías tienen que pagar sus impuestos en dos ocasiones, seguido de  Noruega (cuatro veces) y Reino Unido (seis veces).
 
En cambio, el sistema fiscal español es mucho más asequible que el francés, en el que las compañías tienen que realizar 23 pagos anuales, y que el alemán, con 16 pagos al año.
 
Igualmente, el estudio del Banco Mundial y de PwC indica que España ocupa el puesto 12 en el ranking --ha ganado un puesto frente al año pasado-- respecto al tiempo que dedican las empresas a cumplir sus obligaciones con Hacienda en la tributación de los beneficios empresariales, con 36 horas anuales, frente a las 200 horas que necesitan las compañías estadounidenses y las 175 horas de las japonesas.
 
En cambio, los procesos administrativos exigidos por la administración tributaria española son algo más complejos que los requeridos en Alemania, Francia y Reino Unido, en donde las compañías necesitan 30, 26 y 25 horas anuales, respectivamente.
 
Mejor fiscalidad, más empleo
 
En este sentido, los autores del estudio afirman que los países que simplifican sus sistemas tributarios consiguen ratios más elevados de población ocupada tras el desempleo, sobre todo, en el colectivo femenino.
 
Así, los datos de la encuesta revelan que entre los países ricos que cuentan con un marco impositivo más simple, figuran Irlanda y Nueva Zelanda, economías que han reducido la regulación y han facilitado la relación entre la Administración y sus empresas.
 
Finalmente, el estudio del Banco Mundial y de PwC señala que, una vez excluidas las economías con elevados ingresos provenientes del petróleo, los países con los sistemas empresariales que sirven de referencia a nivel mundial son Singapur, Hong Kong, Irlanda y Nueva Zelanda.

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