L D (EFE) Después de la larga jornada del jueves, rematada con una cena en honor de las delegaciones, ofrecida en el Palacio de Santa Cruz, el XV Consejo Ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se prolongó este viernes cinco horas más de lo previsto ante la dificultad de consensuar sus documentos finales.
En la sesión matinal terminaron de intervenir los 56 países miembros de la organización, los once asociados y varios organismos internacionales invitados como la OTAN y la ONU, que desde primera hora de la mañana del jueves se sucedían en el uso de la palabra en el Palacio de Congresos de Madrid. Acabada esta ronda de intervenciones se dejó entrever que las negociaciones, en las que los 56 tenían que ponerse de acuerdo si querían aprobar declaraciones conjuntas, un miembro de la presidencia española que hacía las veces de moderador advirtió de que la clausura iba a retrasarse unos minutos o, quizás, algo más.
Finalmente y ante la perspectiva de una espera prolongada, puso a los presentes previo aviso: "No tenemos el control de la situación". A las cuatro y cuarto de la tarde, tres intensas horas de negociaciones después, Moratinos abría la sesión de clausura para dar cuenta de los acuerdos aprobados.
Las sucesivas peticiones de palabra para puntualizar los textos previamente consensuados y destacar la hospitalidad de la presidencia española incitó a Moratinos a sugerir con ironía a los oradores que, aunque demoraran la sesión, no les iba a invitar a cenar. Cuando se dirigió a la asamblea en castellano para leer la declaración de la presidencia española, Moratinos incidió en su anterior comentario: "Buenas noches, perdón, buenas tardes".
En este punto, el ministro agradeció a los embajadores su "paciencia", mayor, según él, que la de los cancilleres que casi en su totalidad habían abandonado ya el Palacio de Congresos. España seguirá ejerciendo oficialmente la presidencia de la OSCE hasta el próximo 31 de diciembre, cuando le cederá el testigo al gobierno finlandés.
En la sesión matinal terminaron de intervenir los 56 países miembros de la organización, los once asociados y varios organismos internacionales invitados como la OTAN y la ONU, que desde primera hora de la mañana del jueves se sucedían en el uso de la palabra en el Palacio de Congresos de Madrid. Acabada esta ronda de intervenciones se dejó entrever que las negociaciones, en las que los 56 tenían que ponerse de acuerdo si querían aprobar declaraciones conjuntas, un miembro de la presidencia española que hacía las veces de moderador advirtió de que la clausura iba a retrasarse unos minutos o, quizás, algo más.
Finalmente y ante la perspectiva de una espera prolongada, puso a los presentes previo aviso: "No tenemos el control de la situación". A las cuatro y cuarto de la tarde, tres intensas horas de negociaciones después, Moratinos abría la sesión de clausura para dar cuenta de los acuerdos aprobados.
Las sucesivas peticiones de palabra para puntualizar los textos previamente consensuados y destacar la hospitalidad de la presidencia española incitó a Moratinos a sugerir con ironía a los oradores que, aunque demoraran la sesión, no les iba a invitar a cenar. Cuando se dirigió a la asamblea en castellano para leer la declaración de la presidencia española, Moratinos incidió en su anterior comentario: "Buenas noches, perdón, buenas tardes".
En este punto, el ministro agradeció a los embajadores su "paciencia", mayor, según él, que la de los cancilleres que casi en su totalidad habían abandonado ya el Palacio de Congresos. España seguirá ejerciendo oficialmente la presidencia de la OSCE hasta el próximo 31 de diciembre, cuando le cederá el testigo al gobierno finlandés.