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El Gobierno se apoya en las minorías para aprobar en el Senado la Ley de Memoria

La polémica Ley de Memoria histórica apadrinada por Zapatero fue aprobada este lunes en el Senado con el apoyo de todos los grupos salvo el PP y ERC. Los primeros, votaron en contra porque creen que abre la heridas del pasado y rompe el espíritu de la Transición; los segundo, porque la consideran insuficiente. El propio presidente del Gobierno escribió de su puño y letra el Preámbulo de la Ley, que permitirá a las familias de 33 terroristas de ETA acogerse a las ayudas económicas que otorga.  

La polémica Ley de Memoria histórica apadrinada por Zapatero fue aprobada este lunes en el Senado con el apoyo de todos los grupos salvo el PP y ERC. Los primeros, votaron en contra porque creen que abre la heridas del pasado y rompe el espíritu de la Transición; los segundo, porque la consideran insuficiente. El propio presidente del Gobierno escribió de su puño y letra el Preámbulo de la Ley, que permitirá a las familias de 33 terroristas de ETA acogerse a las ayudas económicas que otorga.  
L D (Agencias) El debate arrancó con la defensa de los vetos presentados por el PP y por los cuatro senadores de ERC, cuyos compañeros de grupo en la Entesa Catalana de Progrés, PSC e ICV, apoyaron sin embargo la ley. Cada veto fue apoyado únicamente por el partidos que lo presentó. También fueron rechazadas las enmiendas mantenidas hasta el Pleno de hoy por Grupo Mixto, PNV, CiU, Entesa (de ERC e ICV) y el PP.
  
El proyecto de ley fue aprobado por el Gobierno en verano de 2006 y remitido en el siguiente periodo de sesiones a las Cortes, donde la tramitación ha sido lenta y complicada. En junio, el PSOE logró un acuerdo con IU-ICV para desbloquear la tramitación y el pasado mes de octubre, la ley fue aprobada en Pleno con el apoyo final de todos los grupos salvo los mismos que hoy en el Senado han mantenido el voto en contra. Al Pleno asistieron miembros de varias asociaciones de hijos y nietos de españoles que se exiliaron a Argentina, Uruguay y Chile durante el Franquismo.
  
El senador Miquel Bofill abrió las tres horas de debate de esta tarde y resumió en uno los motivos de ERC en contra del proyecto: "la ley se queda muy corta". "Treinta años después del fin de la dictadura, ya es hora de condenar con claridad el régimen franquista, su origen ilegal e ilegítimo desde el punto de vista democrático y su carácter criminal desde punto de vista de los derechos humanos. Y al tiempo, ya es hora de reconocer a las víctimas sin discriminación el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación", defendió el senador.
  
Además de criticar la ley, Bofill calificó de "bochornosa" la actitud "de la derecha, anclada sentimentalmente en el Franquismo". "Renuévense, jubilen a los ex ministros de Franco, busquen otros referentes", dijo a los bancos del PP, en los que se encontraba el hoy senador Manuel Fraga.
  
El portavoz del PP Alejandro Muñoz-Alonso acusó a continuación al senador de ERC de no tener "ni idea cuando habla de anclajes en el Franquismo". "Aprenda un poco de historia y de conocimiento. Mi partido no existía en aquellos momentos, ni participó en golpes de Estado", agregó. "Yo fui antifranquista cuando había que serlo. Los antifranquistas de ahora son lanzadas a moro muerto", sentenció.
  
En cuanto al por qué del veto, Muñoz-Alonso lo apoyó en que el proyecto de ley es "innecesario, irrelevante y engañoso", que guarda "un descerebrado intento de distinguir entre españoles buenos y malos" y que ha reabierto heridas y enfrentamientos a los que la Transición "puso fin".
  
Para el PP, existen ya vías para reparar a quienes sufrieron persecución o para satisfacer el "justo derecho" a buscar a familiares desaparecidos, si esos eran los objetivos de la ley. "Y se puede calificar el proyecto de hipócrita porque en él se hace elogio de la Transición, pero se adentra por derroteros que suponen un intento de voladura controlada de lo que la Transición significó y una desatención rayana en el vilipendio de aquel mismo espíritu", dijo el senador. "No suma nada. Es esa manía que tiene el señor Zapatero de crear problemas", añadió por su parte el senador Juan Van-Halen.
 
Defensa del PSOE y la Entesa catalana
  
Por el PSOE, Lentxu Rubial, que tuvo un recuerdo para su padre, Ramón Rubial, aseguró que con la ley se da "un definitivo paso" para la "reconciliación definitiva que se inició con la democracia".  "Créanme cuando les digo que a los socialista sólo nos mueve el profundo impulso de restablecer la justicia, no pretendemos revisionismo ni hacer electoralismo", afirmó. "Tampoco queremos cerrar heridas, porque están bien cerradas y no se van a volver a abrir", dijo a los dos grupos que vetaron el proyecto.
  
La también socialista María del Carmen Granado aseguró que la ley permite a muchas personas recuperar la memoria personal y que no hay nada en ella "que un demócrata no pueda aprobar, ni por exceso ni por defecto". Su compañera de filas Ruth Porta, por su parte, preguntó al PP qué hay en esta ley que no responda a la resolución aprobada en el Congreso en 2002 apoyada por los 'populares' a favor del reconocimiento de las víctimas de la Guerra y del Franquismo.
  
Porta le dijo también a Muñoz-Alonso que "un antifranquista", como el senador declaró ser, lo es siempre, "porque a los principios no se renuncia". "Aquí no se condena a nadie, sólo se repara a las víctimas", resumió.
  
Por la Entesa, Isidre Molas descalificó que se tache la ley de innecesaria, engañosa ni dañosa, porque "sólo establece derechos". "Todos tenemos derecho a saber, a la reparación moral, a una indemnización. Esta ley no es ningún arma arrojadiza. Es una reparación pública", defendió. "Confirma nuestra voluntad de defender una España con futuro y con honra, capaz de mirar hacia atrás sin miedo ni encono y de mirar hacia adelante con libertad y fraternidad", dijo.
  
Molas recordó a los que sufrieron en defensa de la libertad, destierro, fusilamientos o cárcel. "Nosotros debemos favorecer hoy el avance del régimen de convivencia establecido y esta ley contribuye a ello", defendió. "Tenemos la obligación de avanzar en el reencuentro de 1977, que no debe tener vuelta atrás y debe haber plena conciencia de que lo que pasó, pasó y se repara, pero no debe volver a pasar. Ese es el mensaje de la Transición", añadió. "Se trata de no utilizar el pasado como arma y no dejar de criticar aquello que consideremos contrario a lo que hemos construido juntos, un Estado de Derecho", agregó.
 
Los nacionalistas, a favor
  
La senadora Elena Etxegoyen calificó la ley de "oportuna y necesaria". "Ha supuesto una esperanza real para quienes vienen demandando reparación. No hay derecho a que a los que en la Transición se les dijo que no, porque era demasiado pronto, ahora también se les diga que no porque es demasiado tarde", afirmó.
  
Jordi Casas expresó el voto a favor de CiU al proyecto, ya que introduce derechos y obligaciones, aunque con carencias. A su juicio, lo demuestran los vetos, que al proceder de partidos situados a la derecha y a la izquierda del PSOE "dicen que la ley no está bien hecha". Por otro lado, el senador expresó su esperanza de que el debate de hoy difunda los valores que se quieren trasladar con esta ley, "valores que fomentan la concordia y la reconciliación, la convivencia en paz para enfocar el futuro". "La memoria es muy personal y puede haber sensibilidades distintas. Nuestra obligación es reparar las injusticias que se hayan podido cometer", defendió.
  
Por Coalición Canaria, el senador Alfredo Belda defendió que se trata con la ley de "recuperar la memoria y dignidad de los perseguidos". Y por el Grupo Mixto, Pere Sampol expresó también el apoyo de estos senadores aun considerando que la ley tiene restricciones. Tras relatar varias historias de la Guerra Civil, Sampol aseguró que "nadie pide revancha, ni siquiera justicia ni castigo para los culpables", sino que el Estado sea "responsable de la reparación" de las víctimas porque en nombre del Estado se cometieron los crímenes, dijo.

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