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Zapatero a Pettit: "EpC fomenta la conciencia de que somos seres dentro de un colectivo"

Un sistema de ideas de gobierno, una ideología. Si al presidente español le faltaba, Philip Pettit se lo ha cedido como un chaqué para una boda. El guía de José Luis Rodríguez Zapatero en la ciencia del "republicanismo cívico" incluye en su último libro una entrevista-homenaje al jefe del Gobierno. Pettit ha visto cómo su pastiche de la colegialidad del poder en la Roma republicana, pasado por el mito marxista de la dominación y aguachirlado por la jerga sentimental del progresismo, se ensaya en una de las naciones más antiguas de Occidente. El resultado salta a la vista. Pero en su conversación, Pettit y Zapatero, brujo y aprendiz, parecen encantados de haberse conocido.

UNA AUDITORÍA REPUBLICANA, por Víctor Gago
Un sistema de ideas de gobierno, una ideología. Si al presidente español le faltaba, Philip Pettit se lo ha cedido como un chaqué para una boda. El guía de José Luis Rodríguez Zapatero en la ciencia del "republicanismo cívico" incluye en su último libro una entrevista-homenaje al jefe del Gobierno. Pettit ha visto cómo su pastiche de la colegialidad del poder en la Roma republicana, pasado por el mito marxista de la dominación y aguachirlado por la jerga sentimental del progresismo, se ensaya en una de las naciones más antiguas de Occidente. El resultado salta a la vista. Pero en su conversación, Pettit y Zapatero, brujo y aprendiz, parecen encantados de haberse conocido.
LD (Víctor Gago) El presidente del Gobierno conversa con su mentor intelectual, en una entrevista que acaba de ver la luz, incluida en el libro Examen a Zapatero, de Philip Pettit (Temas de Hoy, 2008).
 
José Luis Rodríguez Zapatero defiende la ideología del republicanismo cívico basada en el ideal de libertad como no dominación. Según Pettit, en la buena sociedad, el poder está disperso entre grupos, que se vigilan entre sí. El Gobierno tiene la facultad de moderar los intereses de los distintos grupos e interpretar lo que quiere la comunidad. Al igual que otras ideologías colectivistas arcaicas, el republicanismo cívico sólo considera al individuo como miembro de un grupo. Cualquier iniciativa fuera del grupo debe ser tutelada por el Gobierno.
 
Zapatero asegura que estas ideas ya estaban en el acervo del PSOE en los años 80. "El PSOE se adscribió al liberalismo progresista e igualitario, que no al neoliberalismo, en los ochenta, una década antes que el laborismo británico", dice el presidente a Philip Pettit.
 
El líder socialista hace suya la idea de "no dominación" que preside la obra de Petitt, Republicanismo. Una idea de la libertad y del gobierno (1997), que tanto le ha influido, según propia confesión.
 
  • "La libertad como no dominación, es decir, como no interferencia arbitraria, es más coherente con la actividad política y, por tanto, es más coherente con mi compromiso, con mi vocación. Uno se pregunta: ¿para qué quieren el poder los liberales? ¿para no hacer nada? Al fin y al cabo, ése es su ideal, no interferir, esperar que las fuerzas ciegas y solas del mercado lo resuelvan todo. Teóricamente podría parecer aceptable, pero en la práctica, en la vida de la gente, lo que hay no son fuerzas ciegas, sino con los ojos bien abiertos, tratando de dominar a otros, fuerzas que a veces no tienen inconveniente en poner en riesgo la salud de la gente o la salud del planeta".
 
Para combatir estas "fuerzas", existe el buen gobierno; un gobierno guiado por los principios del republicanismo cívico, un modelo más realista de libertad, en el que ésta –la libertad– "se sustenta en las leyes, leyes justas hechas con procedimientos democráticos".
 
"Dispersión del poder"
 
Para Zapatero, la idea de la "dispersión del poder en muchas manos" –léase: "distintos grupos"–  no es sólo una alternativa relativista al peso de una mayoría social que pueda resultar un obstáculo a las iniciativas del Gobierno. Bajo su mandato, la mayoría social que se opone a la negociación con ETA, o la mayoría social y política que representan los votantes de los dos partidos nacionales, o la clara mayoría frente a las minorías nacionalistas ha sido arrinconada en aras de esa idea de dispersión del poder en la que todos los grupos tienen el mismo poder, la misma verdad y la misma razón para que el Gobierno pueda invocarlos indistintamente como fuente de legitimidad, en función de sus intereses corporativos.
 
Para el presidente español, la "dispersión del poder" está inscrita en el núcleo del modelo institucional español.
 
Hay en España, dice Zapatero, una necesidad "verdaderamente estructural (...) de la división vertical o territorial del poder. Hace treinta años, cuando se redactó la Constitución, no había autonomías, se podía hablar sobre ellas, se las podía diseñar de una manera o de otra, y era una decisión del poder central hacerlo. Ahora no es igual, ahora ya es irreversible", dice.
 
El presidente parece descartar una reforma constitucional que rescate, o simplemente fije con claridad, las competencias del Estado: "Ya no podemos hacer un diseño desde el centro, eso ya es historia, es la historia de nuestros mayores".
 
"Democracia deliberativa"
 
Sobre su idea de "democracia deliberativa", Zapatero expone en la misma entrevista con Pettit opiniones que refuerzan su visión relativista:
 
  • "La política democrática implica deliberación, y la deliberación es de mejor calidad cuando incluye a todas las personas, o asociaciones, que se ven afectadas por un asunto. En la deliberación, escuchando los argumentos de los otros, somos capaces de elevarnos por encima de nuestra perspectiva habitual. Eso es la política, el espacio del conflicto y del acuerdo, el lugar en el que se dirime una diversidad contradictoria y se produce una armonía más o menos duradera".
 
La entrevista parece haberse elaborado por escrito, o bien haber sido adaptada al lenguaje literario, bien por el profesor Pettit, bien por Zapatero o alguien de su equipo. Es evidente que el presidente nunca se ha expresado así, al menos en público.
 
El No a la guerra, un ejemplo de "compromiso cívico"
 
Otra de los principios que nutren el ideal republicano es el de "compromiso cívico". Zapatero lo ejemplifica en las manifestaciones contra la guerra de Iraq:
 
  • "Fue un buen ejemplo del compromiso cívico de los españoles (...) Entonces parecía que manifestarse en la calle era algo que sólo hacía la izquierda, y la derecha se molestaba por las manifestaciones. En esta legislatura, la derecha se ha manifestado en la calle, y a mí me ha parecido un sano ejercicio democrático por su parte. Puedo estar en desacuerdo con sus motivos, pero no discutiré jamás su derecho a expresarlos en una manifestación".
 
Como se recordará, en la primera manifestación del mandato de Zapatero a la que asistieron dirigentes del PP –la convocada por la AVT contra las cesiones a los terroristas de ETA en enero de 2005–, un ministro de su Gobierno, José Bono, mintió sobre una inexistente agresión física,  con el fin de satanizar a los manifestantes y facilitar detenciones, que acabaron siendo las de dos afiliados del PP.
 
Desconfianza del individuo
 
Zapatero desconfía de una sociedad de individuos:
 
  • "Uno de los fenómenos que más contribuyen a la banalización de los sistemas democráticos es el creciente individualismo y la privatización de grandes sectores de la ciudadanía. Hoy en muchos lugares predominan los consumidores sobre los ciudadanos".

 

Educación para la Ciudadanía, educación para el colectivismo
 
Sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía, comenta que "podría contribuir a despertar (...) en los niños y los jóvenes" la dimensión ciudadana, tal y como la entiende la ideología del republicanismo cívico.
 
Confirma el carácter adoctrinador de la materia, al describir el tipo de ciudadano –siempre integrado en un colectivo– que va a forjar:
 
  • "Idealmente", señala, "se trataría de fomentar la autonomía personal dentro de una plena conciencia de que somos seres con responsabilidades hacia los demás y hacia el colectivo cívico al que pertenecemos. Por definición es, pues, la antítesis del adoctrinamiento. Es educación en la libertad, tanto la personal como la colectiva, y creo que es imprescindible para que esos niños puedan acceder a la larga a un juicio político más independiente como ciudadanos. Gozar de ciudadanos juiciosos y propensos a la deliberación debería ser el ideal de todo sistema democrático. En esto, como en tantas otras cosas, me siento muy cerca de Hanna Arendt y de Jürgen Habermas".
 
Más pluralismo, más libertad de Prensa
 
El presidente contrasta su política sobre la libertad de Prensa con los principios del republicanismo cívico, y concluye que el suyo ha sido un mandato de mayor pluralismo en el mercado la información y las ideas.
 
  • "Hoy en España hay más medios de comunicación que hace cuatro años, hay más canales de televisión, hay más periódicos, hay más informativos digitales... Hay más pluralismo, en definitiva. Contamos, por fortuna, con un mercado de las ideas más robusto".
 
Sobre el caso de la radiotelevisión pública, afirma:
 
  • "Hemos roto con una especie de fatalismo de la democracia española que consistía en su utilización [la de los medios de titularidad pública] al servicio de los intereses partidistas de los gobiernos de turno. Nos comprometimos a hacerlo y lo hemos hecho. Se acabaron las tentaciones".
 
Interpreta la llamada Ley del Matrimonio Homosexual a la luz de la ideología republicana:
 
La pertinencia de esta medida
 
  • "viene exigida por consideraciones de ética pública y los imperativos de una democracia inclusiva. Un discurso moral específico, particularista, como es el de la moral católica no puede arrogarse, por tanto, la capacidad de convertirse en el único fundamento de una ética pública. Por ir a nuestro caso específico, no parece legítimo hipostasiar sin más su concepcióin de la familia como la única posible, sobre todo en unos momentos en los que esta institución está sufriendo una importante transformación".
 
A lo largo de la entrevista, que ocupa cuarenta páginas del libro de Philip Pettit, hay momentos en los que Zapatero parece invertir los conceptos, o directamente, desbarrar.
 
Así, por ejemplo, cuando afirma:
 
  • "A diferencia del liberalismo, el republicanismo no parte de la minusvalía política del ciudadano común".
 
Es, más bien, al contrario. El liberalismo considera al ciudadano como un ser autónomo y plenamente capacitado para decidir su destino, mientras que la ideología republicana que Pettit le cede a Zapatero postula un ideal de ciudadano que sólo es un sujeto político completo en la medida en que forma parte de un colectivo de intereses.
 
En otro momento, presume de contención en la propaganda como uno de los valores republicanos que ha puesto en práctica su gobierno.
 
  • "En parte ha sido así por un sentimiento de pudor político, para evitar la propaganda o el autobombo, que nos llevó incluso a impulsar la aprobación de una ley que prohíbe financiar con dinero público campañas de pura propaganda política de la acción gubernamental".
 
En la entrevista, no se aborda la negociación con ETA ni la ofensiva independentista provocada por sus pactos y cesiones a los separatistas, ni tampoco el Pacto del Tinell firmado por su partido para aislar al PP en el sistema democrático.

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