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Ordenan reabrir el caso del espionaje a Pizarro

La Audiencia de Madrid ha ordenado a la titular del Juzgado de Instrucción número 44 que reabra las diligencias incoadas tras la denuncia presentada por ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, en la que acusaba a dos miembros de la Guardia Civil de seguirle en plena batalla por la compra de la primera eléctrica española, según publica el diario El Mundo.

La Audiencia de Madrid ha ordenado a la titular del Juzgado de Instrucción número 44 que reabra las diligencias incoadas tras la denuncia presentada por ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, en la que acusaba a dos miembros de la Guardia Civil de seguirle en plena batalla por la compra de la primera eléctrica española, según publica el diario El Mundo.
(Libertad Digital) Manuel Pizarro y su jefe de seguridad advirtieron que estaban siendo por un coche el 20 de febrero de 2007, cuando se dirigían a la sede de Endesa –situada en el Parque Juan Carlos I, en el norte de Madrid–. Poco después, el jefe de seguridad y otro escolta utilizaron el vehículo de Pizarro para trasladarse a la Bolsa, en pleno centro de la capital, y detectaron que el mismo coche volvía a seguirles. Tras denunciar el hecho, la Policía identificó a los ocupantes del vehículo sospechoso como Antonio García Martín, sargento primero de la Guardia Civil, y el cabo Javier Fernández Gallego. Al día siguiente, Pizarro presentó una denuncia.
 
Según publica el diario El Mundo, era el tercer episodio extraño que le ocurría desde que comenzó el intento de asalto a Endesa por parte de Gas Natural, en septiembre de 2004. Responsables de Endesa descubrieron ese mismo tipo de vigilancias, atribuidas a una agencia catalana de detective y, en mayo de 2006, unos ladrones consiguieron entrar en la sede de la eléctrica con la intención de apropiarse de ordenadores.
 
La juez de Instrucción número 44, a la que correspondió por turno la denuncia de Pizarro, la archivó en mayo de 2007, sin ni siquiera tomar declaración a los escoltas. Ahora, la Audiencia Provincial de Madrid indica que "la decisión de sobreseer la causa ha resultado precipitada" y afirma que "se trata de una actuación, en principio, irregular por parte de dos funcionarios de la Guardia Civil".
 
Según la investigación interna de la Guardia Civil, los agentes negaron que estuvieran siguiendo a Pizarro y afirmaron que había sido una "mera coincidencia", ya que ellos se dirigían a tomar un café con un amigo. En contraste con esa "coincidencia", la Audiencia destaca que los escoltas de Pizarro "ofrecen explicaciones concretas y especificas del seguimiento llevado a cabo, del recorrido efectuado y las vicisitudes de dicho recorrido –ya que el coche sospechoso llegó a saltarse un semáforo en rojo para no perder el contacto– tratándose de un trayecto extremadamente largo y complejo como para atribuirlo a una mera coincidencia".

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