L D (Europa Press) La periodista de El Mundo afirma que si "estallara un congreso" en el que hubiera que elegir entre el liderazgo de Gallardón y el de Esperanza Aguirre, el ex presidente del Gobierno apoyaría al primero "porque así su mujer, Ana Botella, podría ser alcaldesa de Madrid ya que es la sucesora natural de Gallardón". Afirma que el alcalde era consciente desde hace meses del rumor por el cual Aznar habría decidido apoyarle. El verano pasado "habría decidido apoyar las pretensiones sucesorias de Ruiz-Gallardón no tanto por convicción política, sino porque si el alcalde deja el puesto para dedicarse a la política nacional correría el escalafón, y Ana Botella, sería la alcaldesa de Madrid", relata el texto. El rumor apunta además que la operación la habría auspiciado el yerno de Aznar, Alejandro Agag.
En junio, preguntado Gallardón sobre si había hablado con Rajoy de las listas al Congreso de los Diputados, el alcalde responde sin dudarlo que sí e incluso aclara que es un tema que el líder sabe desde el Congreso de 2004. Lo que pasa, cree el alcalde, es que hay mucha gente instigada por Esperanza que lo quiere impedir a toda costa. Según la autora, Gallardón cavila que si Rajoy gana pero no gobierna, el partido seguirá apoyándole sin fisuras. Y si decide irse, el partido consultará a Aznar sobre la elección del nuevo líder.
Sin embargo, la retirada de la política de dos líderes que Gallardón califica de "normales", Josep Piqué y Jaume Matas, suponen un revés para él, puesto que es consciente de que, sin ellos, su causa centrista será más difícil de defender en el partido. "Después de Matas y Piqué, tú serás el siguiente", le advierten compañeros de partido, y cuando el alcalde se ofrece en agosto para ir en las listas, algunos de los principales dirigentes del PP (Zaplana, Acebes, Mayor Oreja) le lanzan varios jarros de agua fría. La vuelta sin cargo alguno de Rodrigo Rato, es para el alcalde otro signo de que sus aspiraciones iban a fracasar.
En este sentido, en la carrera por el liderazgo, el libro explica que, frente al cuidado y mimo que Aguirre aplica al PP de Madrid, Gallardón cree que tiene que tener apoyos fuera de él y ser querido en toda España y no sólo en Madrid. Por eso, Gallardón opina que los cuadros medios y barones regionales se inclinarían de su parte llegado el caso, en especial, Alberto Núñez Feijoo (presidente del PP de Galicia), Francisco Camps (presidente del PP de la Comunidad Valenciana), Javier Arenas (presidente del PP de Andalucía) y Juan Vicente Herrera (presidente de Castilla y León) y otros dirigentes de comunidades más pequeñas.
Ninguno llegará a La Moncloa
No obstante, también hay quien cree que ni Gallardón ni Aguirre llegarán nunca a la Moncloa. Es el caso del jefe de Gabinete de Aguirre, Regino García-Badell, basándose en un estudio histórico que muestra relevos generacionales en todos los cambios de Gobierno. Según eso, el futuro del PP sería Francisco Camps, nacido en 1962.
Sobre la polémica de la no inclusión de Gallardón en las listas al Congreso, el libro recoge el momento en que Rajoy le trasladó al alcalde de Madrid su decisión en presencia de Esperanza Aguirre y de Ángel Acebes, y la reacción de ambos, ofreciéndose a dejar sus puestos para presentarse al Congreso de los Diputados, así como la 'conversación del ascensor'.
La autora asegura que Gallardón "ya se olía algo cuando entró en la sede" del PP en la calle Génova, y añade que, unos días después de los hechos, "el ejército de Esperanza Aguirre informaba de que el presidente del PP la había utilizado como coartada para comunicar una decisión que Mariano Rajoy había tomado hace mucho tiempo". "Me alegro de haber sido utilizada para eso, es una buena causa", contestó la presidenta autonómica.
Méndez afirma que días antes de que Rajoy comunicara su decisión a ambos líderes regionales, el líder del partido recibió un mensaje de Aguirre en el que le advertía de que si Gallardón iba en las listas, ella estaba dispuesta a renunciar a la Presidencia de la Comunidad porque tenía el mismo derecho que él. "Más que ser ella presidenta y líder, que también se terciaba, lo que quería es que él no lo fuese", apunta la autora.
También indica que lo que empujó a Rajoy a rechazar los ofrecimientos de la presidenta autonómica y del alcalde fue el 'sí quiero' de Manuel Pizarro y revela que Aguirre nunca quiso que se supiera oficialmente que ella había amenazado con dimitir para evitar que Gallardón fuera en la lista, planes que truncó el líder del PP al enviar una nota oficial.
¿Se irá Gallardón?
Sobre el anuncio del regidor madrileño de retirarse de la política y su matización, al día siguiente, de que tras las elecciones comenzará un periodo de reflexión, Aguirre piensa que el alcalde no se irá "se hace la víctima como siempre", según Méndez. Rodrigo Rato sólo dijo un escueto "me ha dejado frío" al ser preguntado por la polémica.
Por otra parte, el libro recuerda cómo ganó Aguirre la presidencia del PP frente a la candidatura de Manuel Cobo, impulsada por Gallardón, y en especial la dureza de la Junta Directiva del partido en la que de 76 intervenciones sólo ocho se pusieron de parte del actual alcalde. Así, relata que un concejal de Vallecas le llegó a espetar a Gallardón: "Algo habéis hecho mal cuando nadie os quiere en este partido". Puesto que ese "odio" llegó incluso de parte de algunos de los que habían sido sus colaboradores, Gallardón aprendió la lección, culpó a "los talibanes del partido", y se le oyó decir: "Ahora ya sé lo que soy en este partido. Nada".
En aquel momento reconoció: "No hemos sido derrotados, pero hemos sido vencidos", dijo, una declaración que difiere del "he sido derrotado" expresado recientemente tras el no de Rajoy de ir en las listas. Asimismo, la periodista relata el fin de la tregua mantenida entre Aguirre y Gallardón durante los meses previos al Congreso Nacional del PP en el que Rajoy fue elegido presidente del partido. Tras ello, Aguirre y Gallardón mantuvieron una cena el 6 de octubre de 2004 en El Frontón, donde asistieron también Ignacio González y Manuel Cobo.
El alcalde de Madrid y su número dos "iban dispuestos a presionar hasta donde fuera necesario para que ella no se atreviera a optar a la presidencia regional del partido". "Si te vas a presentar. Cobo tiene que ser el secretario general, si no, habrá guerra", dijo Gallardón, a lo que Aguirre replicó: "Alberto, me parece alucinante que quieras obligarme a aceptar un chantaje".