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Obligada a pagar la indemnización por el asesinato de su madre

Encarnación Rubio fue atropellada hasta la muerte en marzo de 2004. Ahora la hija de la víctima se ha visto obligada a afrontar los pagos de la indemnización contraída por el asesino, su propio padre, fallecido en la cárcel en verano de 2006. Sonia Jiménez solicita una reforma legal de una ley que considera "indignante".

L D (EFE) Sonia Jiménez, la hija de Encarnación Rubio, apuesta por un cambio legal, considerando que debería estipularse algún tipo de condicionante a la ley para evitar los casos en los que finalmente son las propias víctimas o sus familiares quienes se ven obligados a afrontar el pago de las deudas contraídas por los verdaderos culpables.
 
El suceso que afecta a Sonia sucedió en marzo de 2004 en Cullar Vega (Granada), cuando Encarnación Rubio, su madre, fue atropellada mortalmente varias veces por su marido, Francisco Jiménez Uceda, con un vehículo adaptado especialmente para la esclerosis múltiple que éste padecía. Durante una de las numerosas embestidas resultó además herido un anciano de 81 años que trató de socorrer a Encarnación, contrayendo Francisco una deuda de 11.000 euros por el pago del vehículo con el que fue asesinada su madre, además de otros 12.000 euros de indemnización para el anciano.
 
La hija contrajo las deudas del asesino
 
Tras morir Francisco Jiménez de una infección de carácter urológico en verano del 2006, (estando condenado en el centro penitenciario de Albolote mientras cumplía una 26 años por asesinato, homicidio en grado de tentativa y maltrato, además del quebrantamiento continuado de las medidas cautelares), el pago de dichas deudas –entre otras muchas que contrajo su padre- ha pasado a su hija Sonia, que lo abonó el pasado 3 de mayo tras hipotecar su casa y pedir varios préstamos con valor de casi 100.000 euros para afrontar las deudas familiares.
 
"Ha sido muy complicado salir de esta situación, hemos ido saliendo como hemos podido", dijo la joven, que considera "indignante" la situación, ante la que se siente "impotente".
 
Pese a que la víctima trató de agotar todo recurso legal con su abogado, Sonia se tiene que enfrentar a la tragedia después de que su hermano Francisco Javier y su novia murieran en un accidente de trafico a finales de 2003, y poco después de que su abuela también fuera asesinada por un vecino a puñaladas .
 
"Los hijos no tienen la culpa de o que hacen sus padres, a mí me han condenado en vida prácticamente", se lamenta "la ley debería tener previstas dichas situaciones".

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