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Aznar señala que la separación de Kosovo permite la alteración no consesuada de las fronteras europeas

La declaración unilateral de independencia de Kosovo es analizada por el ex presidente José María Aznar en un artículo publicado en el diario La Razón. Titulado "El error de Kosovo", Aznar explica que la forma en la que los kosovares han accedido a su independencia y soberanía "supone crear una posibilidad, un horizonte y una esperanza de que para otros, una opción similar también será posible cuando llegue su momento".  Además, subraya, "significa aceptar en el ámbito internacional el principio de autodeterminación de los pueblos y la alteración no consensuada de las fronteras en Europa." La separación de la ya ex provincia serbia, resume el ex presidente, "es un error que traerá graves consecuencias".

La declaración unilateral de independencia de Kosovo es analizada por el ex presidente José María Aznar en un artículo publicado en el diario La Razón. Titulado "El error de Kosovo", Aznar explica que la forma en la que los kosovares han accedido a su independencia y soberanía "supone crear una posibilidad, un horizonte y una esperanza de que para otros, una opción similar también será posible cuando llegue su momento".  Además, subraya, "significa aceptar en el ámbito internacional el principio de autodeterminación de los pueblos y la alteración no consensuada de las fronteras en Europa." La separación de la ya ex provincia serbia, resume el ex presidente, "es un error que traerá graves consecuencias".
(Libertad Digital) En un artículo publicado en el diario La Razón, el ex presidente José María Aznar aborda la polémica declaración de independencia kosovar. Titulado "El error de Kosovo", en el texto Aznar señala que ante todo, se debe reconocer que la separación unilateral de la ya ex provincia serbia, "en la situación actual y en la forma actual", es un "error que traerá graves consecuencias".
 
Aznar recuerda que en 1999, las fuerzas de la OTAN no fueron a la guerra para "asegurar la independencia de Kosovo" sino para "impedir un potencial genocidio por parte del Gobierno de Milosevic en esa provincia sobre la mayoría albano-kosovar, dominada y castigada por los serbios hasta ese momento".  Destaca que esa intervención militar de la Alianza Atlántica estuvo sustentado en dos principios: "El respeto a todas las minorías como condición sine qua non de aceptabilidad internacional y la indeseabilidad de construir estados nacionales sobre la base de la limpieza étnica".
 
Ahora, dice Aznar, reconocer la separación de Kosovo implica "olvidarse de los principios que inspiraron y guiaron nuestra intervención". Pero, destaca, "significa cegarse voluntariamente a todo cuanto ha acontecido en esa provincia desde entonces. A pesar de la masiva ayuda de la UE y de que la seguridad ha sido vigilada por los soldados de la OTAN, la mayoría albano-kosovar ha maltratado sin piedad a la minoría serbia en un desgraciado desquite de cuentas histórico."
 
El ex presidente señala que la minoría serbo-kosovar ha visto destruidos sus templos de oración y sus monumentos históricos, además de que han sido forzados a desplazarse o exiliarse. Bajo ese panorama, subraya, "reconocer Kosovo así es dar crédito a la limpieza étnica, esta vez de signo contrario."
 
En otro de sus argumentos, José María Aznar asegura que Kosovo será independiente de Serbia pero "será dependiente" de la Unión Europea y de EEUU, por la sencilla razón de que no puede funcionar por si misma. "Es impensable que a medio plazo las funciones institucionales de un auténtico estado soberano puedan desarrollarse -no ya comenzar a ejecutarse- sin la asistencia continua y significativa de la Unión Europea y sin que las funciones de seguridad y orden pasen por la presencia de las tropas aliadas", afirma.
 
Para el ex presidente, el argumento más contundente contra la independencia unilateral "significa aceptar en el ámbito internacional el principio de autodeterminación de los pueblos y la alteración no consensuada de las fronteras en Europa. No sólo es que la experiencia de ambas cuestiones haya sido catastrófica en el pasado, es que rompe con los principios defendidos institucionalmente, por ejemplo en el seno de la UE, desde hace cinco décadas. Es más, sienta un pésimo precedente de futuro".
 
"Es más –afirma–, los independentismos, separatismos y nacionalismos excluyentes aunque tengan una base y una agenda racional, se mueven por pasiones y sentimientos irracionales, por lo que no cabe concluir que, con la experiencia que tenemos, se vayan a comportar según nuestra propia lógica". Es cierto, continúa, que "el País Vasco, Flandes, Escocia, nada tiene que ver con la situación de Kosovo, pero ese no es el problema. La realidad es que si los kosovares acceden a su independencia y soberanía de la forma en que lo hacen, eso supone crear una posibilidad, un horizonte y una esperanza de que para otros, una opción similar también será posible cuando llegue su momento."

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