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Irán celebra elecciones con el veto de miles de reformistas

Este viernes ha comenzado el largo y complejo proceso electoral para elegir a los 290 diputados del Parlamento de la República Islámica de Irán, el Mailis, y en el que están llamados 43 millones de iraníes. La batalla se libra entre los ultraconservadores y conservadores después de que los Guardianes de la Revolución anulasen unas 2.000 candidaturas reformistas.

Este viernes ha comenzado el largo y complejo proceso electoral para elegir a los 290 diputados del Parlamento de la República Islámica de Irán, el Mailis, y en el que están llamados 43 millones de iraníes. La batalla se libra entre los ultraconservadores y conservadores después de que los Guardianes de la Revolución anulasen unas 2.000 candidaturas reformistas.
(Libertad Digital) Unos 43 millones de iraníes están invitados a participar en la votación en las 30 provincias del país para elegir a los 290 diputados del Parlamento.
 
Los iraníes eligen entre más de 4.700 candidatos pero fundamentalmente ultraconservadores y conservadores después de que los Guardianes de la Revolución, un cuerpo creado por los ayatolás tras la revolución, vetaran unos 2.000 reformistas para asegurarse de que la batalla electoral quede en casa.
 
De hecho, en la estructura parlamentaria no hay espacio para la diversidad pues sólo cinco de los casi 300 asientos corresponden a las comunidades minoritarias: judíos, cristianos armenios, caldeos y asirio. Es otro modo junto con la prohibición de las listas de garantizarse la casi total homogeneidad ideológica de la cámara.
 
Todas estas restricciones contribuyen a la apatía de una parte importante de la sociedad iraní mayoritariamente prooccidental y con un gran peso de la población joven -un 30 por ciento ha nacido después de la revolución de los ayatolas en 1979- por los comicios.
 
Y eso que los iraníes se enfrentan a unas elecciones con una grave crisis interior, centrada en la inflación y en el paro, sobre todo en una nación cuya economía crece progresivamente a raíz del precio del petróleo.
 
Desde el  exterior también sufre una intensa presión provocada por el desarrollo de su plan nuclear en contra de los mandatos de Naciones Unidas y la consecuente aplicación de tres sanciones económicas (2006, 2007, 2008). Sin embargo, la sensación de que se pueda cambiar el status quo por medio de las urnas no cunde entre la población y vence la resignación.
 
Había cierta esperanza puesta en los reformistas después de que el presidente ultraconservador, Mahmud Ahmadineyad, no haya cumplido con sus promesas de justicia social y redistribución de la riqueza del petróleo por las que accedió al poder en 2005; pero la prohibición de gran parte de las candidaturas la ha desinflado. 
 
La República Islámica de Irán es un régimen teocrático y todas las decisiones son ratificadas por el Guía Supremo, el equivalente al jefe del Estado en las democracias liberales, el ayatolá Ali Jamenei, protector e impulsor de Amadineyad. Lo que ocurra en las elecciones no modifica el mecanismo anterior por el que se fundamenta el régimen islámico de carácter chií. 
 
 
Resultados, el sábado
 
Junto a las parlamentarias se celebran en algunas provincias una votación para elegir a algunos miembros de la Asamblea de Expertos, compuesta por 86 clérigos y que tiene poder para nombrar al líder supremo y destituirlo, informa Efe.
 
El ministro iraní del Interior, Mustafa Burmohamadi, afirmó que los resultados de las elecciones generales serán anunciados de forma gradual a partir de mañana sábado, aunque en la capital y las grandes ciudades pueden tardar varios días.

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