(Libertad Digital) Este domingo, la Reserva Federal de EEUU, recortaba, con efecto inmediato y por sorpresa, el tipo de interés a los bancos comerciales hasta dejarlo en el 3,25 por ciento. Era una nueva medida que buscaba aliviar la crisis crediticia del país y que amenaza con empujar a la economía hacia una recesión. Además, tras una reunión de urgencia con el presidente de los EEUU, Bernanke, anunciaba un paquete de medidas temporales para los grandes bancos de inversión, con el fin de asegurarles los créditos a corto plazo.
No obstante, estas medidas (que siguen en la línea que mantiene la Fed desde que estallara la crisis subprime en agosto), siguen sin surtir efecto. La reacción inmediata de los mercados de todo el mundo al anuncio de la Fed se ha traducido en importantes desplomes. El Ibex 35 ha sufrido su quinta peor caída en lo que va de año y ha cedido un 2,81 por ciento hasta los 12.600 puntos. En lo que va de año, el Ibex 35 acumula una bajada del 16,64 por ciento. Además, las dificultades en Norteamérica han espoleado también el crudo y el euro que se han vuelto a situar en máximos. En cuanto al resto del Viejo Continente, Francfort cedió el 4,81, Londres, el 3,86 por ciento, París el 3,51 y Milán, el 3,39 por ciento.
Pero la guinda del pastel lo ha puesto la compra del quinto mayor banco de inversión de los Estados Unidos por parte de JP Morgan. Hace 10 meses, las acciones de Bearn Stearns alcanzaban máximos de cotización superiores a los 159 dólares. Una tendencia que se mantuvo ligeramente a la baja hasta este mes de marzo. Ya en febrero cotizaba alrededor de los 90 dólares. La operación se ha cerrado en la madrugada de este lunes (hora española) al precio de 2 dólares por acción. Lo que significa que JP Morgan ha comprado el quinto mayor banco de inversión de los EEUU un 99 por ciento más barato de lo que costaba hace 10 meses cuando valía más de 21.600 millones de dólares. La operación se ha cerrado por 236 millones.
Hace pocos meses numerosos expertos y analistas económicos adelantaban que EEUU caminaba hacia la recesión con las botas de las siete leguas calzadas en unos pies que ya eran de cristal. Uno de los gigantes de EEUU ha caído. La única opción que le quedaba a Bear Stearns de no ser adquirida por JP Morgan era presentar la suspensión de pagos, es decir quiebra. El pasado 3 de diciembre de 2007, era el premio Nobel de Economía, Gary Becker, quien estimaba que, por entonces, EEUU ya vivía una recesión.
La situación ha obligado al mismo presidente de los EEUU, George Bush, a dar explicaciones públicamente. El mandatario, ha reconocido que la economía del país afronta momentos que ha calificado de “difíciles”. Motivo por el cual, ha asegurado que hará todo lo que sea necesario para salir de la crisis.
Por su parte, el director ejecutivo del FMI, Dominique Strauss-Kahn, ha señalado que la situación económica mundial por la crisis financiera es “cada vez más seria” y por lo tanto, sus previsiones para el conjunto del mundo son ahora “más débiles” que las que presentaron en febrero.
En su opinión, “el impacto de la crisis financiera es cada vez más serio” y que la ralentización constatada “es más seria y más global de lo que era hace unas semanas”, lo que a su juicio es una prueba de que el entorno “está empeorando”.
Además, según el último indicador de Adquisiciones Internacionales en Mercados Emergentes (EMIAT), elaborado por KPMG, señala que el país que ha visto disminuir más su actividad en operaciones de fusiones y adquisiciones en mercados emergentes ha sido, precisamente, EEUU. Un país que tradicionalmente suele aportar la mayoría de operaciones registradas en el indicador EMITA.