L D (Agencias) "La aparición en nuestras fronteras de un bloque militar basado en el artículo 5 es percibido por Rusia como una amenaza". En estos términos se expresó el mandatario ruso quien subrayó que para despejar las inquietudes rusas "no basta la promesa" de la Alianza Atlántica de que ya no es enemigo de Rusia y de que su ampliación no se dirige contra ella.
"Hemos escuchado en el pasado promesas como ésas que no se cumplieron". Putin respondía de este modo a las declaraciones tranquilizadoras del presidente norteamericano en las que reiteraba que la "Guerra Fría ha terminado" y que Rusia ya no era un "enemigo".
Según el presidente ruso, la cuestión de la ampliación representa un "impedimento serio" para el reforzamiento de la cooperación entre Rusia y la Alianza Atlántica.
También se preguntó “¿contra quién existe la OTAN?" si la Unión Soviética se desintegró en los noventa. Una peliaguda cuestión que había trasladado previamente a los veintiséis países miembros de la Alianza de Atlántica.
No hay vuelta a la Guerra Fría
No obstante, Putin descartó cualquier vuelta al clima de la Guerra Fría y calificó de positivo su encuentro de hoy en Bucarest con los dirigentes de la OTAN.
"No es posible tener una nueva Guerra Fría. No es de interés para nadie. Ningún actor global, ni Estados Unidos, ni Rusia ni la Unión Europea necesitan volver al pasado", dijo.
Aún así repitió que la inquietud rusa surge porque "no hay claridad" en la "transformación" de la Alianza quiere acometer para atajar problemas como el ciberterrorismo o la protección de las instalaciones energéticas.