LD (V. Gago) La reforma universitaria prevista en el Tratado de Bolonia ha prendido una protesta en la Universidad Complutense que aspira a propagarse al resto del país. Unos 200 estudiantes de varias facultades se han instalado de forma permanente en el vestíbulo del edificio que comparten las facultades de Filosofía y Filología de la mayor universidad pública. Protestan por "la rebaja de la formación académico-científica" y se resisten a reducir sus carreras a cuatro años para verse obligados, después, a cursar un master para poder ejercer sus profesiones. Son conscientes de la conmemoración del Mayo del 68 y no ocultan que les gustaría otra revolución como aquella.
El rector se vio envuelto por la asamblea, al acudir el pasado lunes 14 de abril a un acto conmemorativo de la II República que se había convocado el Paraninfo de la Facultad. Junto a Carlos Berzosa, intervino la escritora Almudena Grandes.
Los estudiantes lo recibieron con gritos de "Bolonia, ni de coña", y al salir, lo presionaron para que aceptase reunirse con ellos y explicarles los planes políticos sobre sus carreras, cosa a la que accedió para verse con ellos, finalmente, el próximo viernes 18 de abril a las cinco de la tarde en el Paraninfo de la Facultad.
El rector, que presumió de republicanismo en el acto celebrado minutos antes, e incluso lo cerró proclamando: "Viva la Educación, viva la Cultura, vivan los libros y viva la República", se puso a la defensiva con los jóvenes, que lo acusaron de someter la universidad a los intereses de las empresas privadas. En la asamblea, fuertemente infiltrada por organizaciones de extrema izquierda, ha echado raíces la superstición de que la reforma de Bolonia responde a una imposición de las grandes empresas para moldear el mercado de trabajo. Una joven se lo echó en cara a Berzosa Alonso Martínez, que respondió airado por lo que consideró una ofensa intolerable.
-Sepa, señorita, que no respondo ante multinacionales ni ante nadie. Toda mi vida he trabajado en la Universidad pública, jamás he trabajado en una empresa privada, aunque buenas ofertas no me han faltado para hacerlo. No le consiento que ponga en duda mi vocación de servicio al interés público.
Los asamblearios se han instalado de forma indefinida con sacos de dormir, almohadones, mochilas y ropa de abrigo. El año pasado, por estas mismas fechas, en los jardines situados entre las facultades de Medicina y Farmacia, se montó otra acampada para pedir viviendas dignas. Aquella pasó sin pena ni gloria, pero esta vez aspiran nada menos que a emular el Mayo del 68. Lo dijo con claridad uno de los representantes de facultades, durante la reunión del pasado lunes, una de tantas que mantienen los asamblearios en estos días. "Tenemos que convertirlo en el Mayo de 2008", animó a sus camaradas.
De momento, ya han conseguido correr la voz por todas las facultades de la UCM, que están organizando sus propias asambleas y enviando representantes a la acampada de Filosofía.
El Comité de Huelga de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid ha dado su apoyo a los estudiantes y ha enviado una delegación a presentar sus respetos a la asamblea, lo que sugiere cierto nivel de coordinación que apunta un intento de tutela de este incipiente movimiento.
Protestan por la supresión de las licenciaturas académicas y su sustitución por nuevos títulos de grado, de cuatro años de duración. En algunas carreras, como Derecho, Filosofía o Filología, los graduados tendrán que cursar un master de al menos 60 créditos para poder ejercer. Bolonia "comporta una clara opción por la rebaja de la formación académica-científica", opinan los asamblearios.
Han convocado un referéndum sobre algunas de las medidas contempladas en una profunda reforma universitaria a escala continental, que dará lugar a la creación del Espacio Universitario Europeo. Los Gobiernos de la UE creen que la reforma facilitará la movilidad profesional de los universitarios en el interior de Europa.