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El Papa celebra el tercer aniversario de su Pontificado en la catedral de Nueva York

El Papa Benedicto XVI ha celebrado el tercer aniversario de su Pontificado oficiando una misa en la catedral de San Patricio de Nueva York, segunda y última escala de su viaje por EEUU. Durante la homilía, el Santo Padre instó a lograr la renovación espiritual buscada por el Concilio Vaticano II, sellando las divisiones dentro de la Iglesia. El escándalo de los curas pederastas también estuvo presente durante el oficio; de hecho, el jueves se reunió con algunas de las víctimas.

El Papa Benedicto XVI ha celebrado el tercer aniversario de su Pontificado oficiando una misa en la catedral de San Patricio de Nueva York, segunda y última escala de su viaje por EEUU. Durante la homilía, el Santo Padre instó a lograr la renovación espiritual buscada por el Concilio Vaticano II, sellando las divisiones dentro de la Iglesia. El escándalo de los curas pederastas también estuvo presente durante el oficio; de hecho, el jueves se reunió con algunas de las víctimas.
L D (Agencias) Este acto religioso se considera un momento histórico, pues aunque Pablo VI y Juan Pablo II visitaron la catedral más grande de Estados Unidos durante sus respectivas visitas a Nueva York, no celebraron el rito religioso como lo hizo su sucesor. Entre aplausos y gritos de "viva el Papa", el Pontífice -que hoy cumple el tercer año de su elección al frente de la Iglesia Católica- fue recibido por 3.000 sacerdotes, diáconos y otros religiosos en la catedral, tras escuchar las palabras de bienvenida del arzobispo de Nueva York, cardenal Edward Egan.
 
Poco antes, a las puertas de la catedral, el Obispo de Roma bendijo el templo y fue recibido por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg y su esposa, que asistieron al oficio, en el que el Papa se refirió a los desafíos que la Iglesia en general, y la estadounidense en particular, tiene que afrontar.
 
El Papa Benedicto XVI pidió durante su homilía extraordinaria por la superación de las divisiones dentro de la Iglesia para lograr la renovación espiritual buscada por el Concilio Vaticano II. "La proclamación de la vida, de la vida abundante, debe ser el centro de la nueva evangelización. Pues la verdadera vida, nuestra salvación, se encuentra sólo en la reconciliación, en la libertad y en el amor que son dones gratuitos de Dios", declaró.
 
"Éste es el mensaje de esperanza que estamos llamados a anunciar y encarnar en un mundo en el que egocentrismo, avidez, violencia y cinismo parecen sofocar muy a menudo el crecimiento frágil de la gracia en el corazón de la gente", añadió el Sumo Pontífice. Benedicto XVI reconoció que "no es un cometido fácil en un mundo que es propenso a mirar 'desde fuera' a la Iglesia, igual que a aquellos ventanales: un mundo que siente profundamente una necesidad espiritual, pero que ve difícil 'entrar en el' misterio de la Iglesia".
 
El Papa lamentó las carencias de una sociedad que, a veces, parece haber olvidado a Dios y que se irrita "ante las exigencias más elementales de la moral cristiana". También señaló que una de las grandes desilusiones que siguieron al Concilio Vaticano II ha sido la experiencia de división entre diferentes grupos, distintas generaciones y diversos miembros de la misma familia religiosa.
 
"¡Dirijamos, pues, nuestra mirada hacia arriba! Y con gran humildad y confianza pidamos al Espíritu que cada día nos haga capaces de crecer en la santidad que nos hará piedras vivas del templo que Él está levantando justamente ahora en el mundo. Si tenemos que ser auténticas fuerzas de unidad, ¡esforcémonos entonces en ser los primeros en buscar una reconciliación interior a través de la penitencia!", exhortó el Papa.
 
San Patricio, "centro espiritual de la vida católica"
 
La catedral de San Patricio, que cada domingo celebra misas en 35 idiomas diferentes, se consagró en 1879 y es considerada, según recordó hoy mismo el cardenal Egan, "centro espiritual de la vida católica de Nueva York y de veneración para los católicos de Estados Unidos y del resto del mundo".

La misa, celebrada en inglés y con la lectura de alguno de los pasajes en español o portugués, entre otros idiomas, fue retransmitida en directo por los principales canales nacionales de la televisión estadounidense. El coro de San Patricio interpretó para esta misa diferentes himnos religiosos, acompañados de algunos movimientos de la novena sinfonía de Beethoven, así como de otras piezas religiosas de Bach y Brahms.

En el exterior, la Policía de Nueva York diseñó un perímetro de seguridad en torno al templo, protegido por agentes y otros cuerpos de seguridad, como la Oficina Federal de Investigación (FBI), unidades antiterroristas, Servicio Secreto (encargado de proteger a los dignatarios extranjeros en suelo estadounidense) y seguridad vaticana.
 
Las medidas de seguridad son tales que, según dice The New York Post, agentes del Servicio Secreto que custodian la residencia del nuncio papal ante la ONU, Celestino Migliore, pidieron el viernes su carné de identidad al cardenal Egan cuando acudió a reunirse con Benedicto XVI. Además, personal de ese mismo cuerpo de seguridad prueba todas las comidas del Papa, agrega el diario.
 
El responsable de la Policía de Nueva York, Raymond Kelly, que lleva preparando esta visita desde octubre pasado, dispuso de 2.000 agentes y ordenó un perímetro de seguridad en torno a la Quinta Avenida, desde la calle 42 a la 59 de Manhattan. El Papa tiene la misma protección que un jefe de Estado y es recibido en su doble condición de líder religioso y político como cabeza del Vaticano.
 
El nivel de seguridad desplegado por las autoridades neoyorquinas es igual o superior al aplicado durante la celebración de la Asamblea General de la ONU que se celebra en septiembre de cada año y que recibe a jefes de estado y de gobierno y ministros de Exteriores de un centenar largo de países.

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