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Uno de los teléfonos supuestamente usados en las bombas continuaba activo cinco días después del atentado

Las investigaciones sobre los teléfonos supuestamente usados en las mochilas bomba del 11-M siguen deparando sorpresas. Según los informes policiales, fueron siete móviles de la marca Trium T-110 los que se activaron en Morata de Tajuña en la madrugada del 11-M, y que luego formarían parte de los artefactos explosivos. La versión oficial no explica dónde estarían los otros 6 teléfonos y tarjetas que harían falta hasta completar el total de 13 bombas. Existe al menos otro teléfono Trium adicional que no mencionan los informes policiales y que también se activó en Morata. Como el resto, contenía una tarjeta de Amena. El problema es que esa tarjeta continuaba activa cinco días después del atentado.

Las investigaciones sobre los teléfonos supuestamente usados en las mochilas bomba del 11-M siguen deparando sorpresas. Según los informes policiales, fueron siete móviles de la marca Trium T-110 los que se activaron en Morata de Tajuña en la madrugada del 11-M, y que luego formarían parte de los artefactos explosivos. La versión oficial no explica dónde estarían los otros 6 teléfonos y tarjetas que harían falta hasta completar el total de 13 bombas. Existe al menos otro teléfono Trium adicional que no mencionan los informes policiales y que también se activó en Morata. Como el resto, contenía una tarjeta de Amena. El problema es que esa tarjeta continuaba activa cinco días después del atentado.
L D (Luis del Pino) Según la versión oficial, en la madrugada del día 11 de marzo, horas antes de los atentados, se activaron siete teléfonos Trium T-110 bajo la cobertura del repetidor de Amena en la localidad de Morata de Tajuña. Uno de esos teléfonos era el que apareció en la mochila de Vallecas. De ahí se deduce, según la versión oficial, que en las bombas del 11-M se utilizaron teléfonos móviles, siete de los cuales serían esos que se activaron en Morata.
 
El relato oficial de los hechos sería el siguiente:
 
  • unos hindúes compraron una partida de 200 teléfonos Trium T-110 de Movistar;
  • esos hindúes liberaron 20 de esos teléfonos en la tienda del policía Kalaji antes del 11-M;
  • los terroristas del 11-M compraron 12 teléfonos Trium T-110 a los hindúes, estando algunos de esos teléfonos liberados y otros sin liberar
  • esos mismos terroristas compraron un número indeterminado de tarjetas de Amena en el locutorio del marroquí Jamal Zougham
  • utilizando los teléfonos y las tarjetas que habían adquirido, los terroristas montaron en una casa de Morata de Tajuña las bombas que unas horas después harían explosión en los trenes
  • una de esas bombas fue la que se encontró sin detonar en la comisaría de Puente de Vallecas en la madrugada del 11 al 12-M
  • al analizar sus bases de datos, Amena descubrió que en Morata se habían activado 7 tarjetas, con sus correspondientes teléfonos, la noche anterior a los atentados.
 
El relato de los hechos parece claro, pero las cosas no cuadran por ninguna parte:
 
  • si los terroristas sólo habían comprado 12 teléfonos, ¿cómo pudieron montar 13 bombas?
  • si algunos de los teléfonos (que eran de Movistar) no estaba liberado, ¿cómo pudieron utilizarlos con una tarjeta de Amena?
  • si se montaron 13 bombas en Morata, ¿por qué sólo aparecen 7 teléfonos en las bases de datos de Amena?
  • si las tarjetas eran necesarias para programar la alarma de los teléfonos, pero no para que la alarma funcionara una vez programada, ¿para qué dejaron en los teléfonos esas tarjetas que tan fácilmente permitieron luego descubrir a toda la trama?
  • y, sobre todo, si los temporizadores convencionales son mucho más fiables y dejan menos rastro, ¿para qué usaron los terroristas unos teléfonos móviles que tan fácilmente permitieron identificarlos?
 
Si recopilamos los datos dispersos por el sumario, la confusión aumenta. En la tabla siguiente se muestran los teléfonos vendidos por los hindúes, los teléfonos liberados por el policía Kalaji y los teléfonos que, según Amena, se activaron en Morata de Tajuña:
 
IMEI
Liberado
por Kalaji
Vendido por
hindúes
Activado
en Morata
Tarjeta
Amena
Observaciones
35082235-0145309
SI
 
 
 
 
35082235-0146505
SI
 
 
 
 
35082235-0170174
SI
 
 
 
Queda en la tienda sin vender
35082235-0172824
SI
 
 
 
 
35082235-0281740
SI
SI
SI
652287465
 
35082235-0458546
 
 
SI
652282959
 
35082235-0842921
 
SI
SI
652282947
 
35082235-0844612
SI
SI
 
 
Mochila  Vallecas: IMEI carcasa
35082235-0864412
SI
 
 
 
Queda en la tienda sin vender
35082235-0864933
SI
 
 
 
Queda en la tienda sin vender
35082235-0901545
SI
SI
SI
652282961
 
35082235-0941947
SI
SI
SI
652282963
Mochila Vallecas: IMEI interno
35082235-0943737
SI
SI
 
 
 
35082235-0945492
SI
 
 
 
 
35082235-1045086
SI
SI
 
 
 
35082235-1079093
SI
SI
SI
652287622
 
35082235-1079903
SI
SI
 
 
 
35082235-1080026
SI
 
 
 
Queda en la tienda sin vender
35082235-1080653
SI
SI
SI
652284069
 
35082235-1082444
SI
SI
 
 
 
35082235-1084044
SI
SI
 
 
 
35082235-1085389
SI
 
 
 
 
 
Como vemos, las cosas no encajan ni a martillazos:
 
  • Dos de los teléfonos de Morata no fueron liberados
  • Uno de los teléfonos de Morata no figura siquiera como vendido por los hindúes
 
Pero lo más absurdo es que el teléfono de la mochila de Vallecas, ése que según la versión oficial es la clave de todo, no figura entre los siete que se activaron en Morata: al analizar las bases de datos, lo que los responsables de Amena se encontraron es que el IMEI 35082235-0844612, que era el número de serie anotado en la carcasa del teléfono de la mochila de Vallecas, no estaba. Lo que sí estaba es la tarjeta telefónica que había aparecido en la mochila, pero con otro teléfono distinto: el 35082235-0941947.
 
La explicación que nos dieron es que los terroristas debían de haberse confundido al montar la bombas y habían intercambiado las carcasas de algunos teléfonos. Eso explicaba que el número de serie anotado en la carcasa no coincidiera con el número que el teléfono tenía programado internamente.
 
La explicación parece razonable, pero entonces hubieran debido aparecer en las bases de datos de Amena los dos teléfonos, no uno de ellos, puesto que ambos se habrían utilizado para fabricar bombas.
 
Las consultas a la base de datos
 
En cualquier caso, ¿es verdad que el teléfono de Vallecas, el que tenía como IMEI interno el número 35082235-0941947, se activó en Morata?
 
Eso es lo que nos dicen los informes policiales, y lo que la propia Amena declara en alguno de sus documentos, pero lo cierto es que los datos aportados al sumario no permiten corroborar de forma indubitada esa aseveración.
 
La historia oficial nos cuenta que fueron empleados de Amena los que, al consultar sus bases de datos para ver dónde se había activado la tarjeta telefónica de la mochila de Vallecas, encontraron esos siete teléfonos y tarjetas que se habían activado en Morata.
 
Sin embargo, como ya informó Libertad Digital en su día, los registros de las bases de datos de Amena incorporados al sumario no recogen en ningún momento que la tarjeta telefónica de la mochila de Vallecas (de número 652282963) estuviera introducida en el teléfono de la mochila de Vallecas bajo la cobertura del repetidor de Morata.
 
Por el contrario, lo que esos registros aportados al sumario demuestran es que a las 14:06 del 12-M alguien consultó la base de datos de Amena y, en ese momento, la tarjeta telefónica de la mochila de Vallecas estaba introducida en un teléfono móvil Nokia, el cual se encontraba encendido bajo el repetidor que da cobertura a la zona de Canillas.
 
Es decir, a mediodía del 12-M, la tarjeta de la mochila de Vallecas estaba introducida en un teléfono que no es el de la mochila de Vallecas, y probablemente se encontraba en el complejo policial de Canillas, sede de la Comisaría General de Información.
 
Es más, esos registros incorporados al sumario demuestran que la persona que efectuó esas consultas a la base de datos de Amena se encontraba también bajo el repetidor que da cobertura al complejo policial de Canillas. ¿Fue realmente en una sede de Amena donde se efectuaron esas consultas, o fue desde el propio complejo policial de Canillas que se consultaron esas bases de datos?
 
De hecho, un documento elaborado por la propia Amena, y perdido entre las decenas de miles de folios de las piezas separadas del sumario, demuestra que la tarjeta telefónica 652282963 de la mochila de Vallecas sí que estuvo introducida en el teléfono de la mochila de Vallecas (con IMEI 35082235-0941947), pero bajo la cobertura del repetidor de Canillas, no del de Morata:
 

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Como puede ver el lector, en ese documento hay una línea tachada o resaltada, de manera que la fotocopia no permite ver bien qué es lo que hay debajo, y esa línea se corresponde, precisamente, con la tarjeta y el teléfono encontrados en la mochila de Vallecas. Pero si aclaramos la imagen, puede verse la celda telefónica bajo la que se encontraban activos esa tarjeta y ese teléfono:
 
 

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Como puede comprobarse, mientras que las otras seis tarjetas y teléfonos se encontraban bajo cobertura de la celda 1006 (correspondiente a Morata de Tajuña), la tarjeta y el teléfono de Vallecas se encontraban bajo cobertura de la celda 1015 (la que corresponde a Canillas). Esa celda 1015 es, precisamente, la celda desde la que se hicieron las consultas a la base de datos de Amena en la mañana del 12-M.
 
Una explicación compatible con la versión oficial
 
En realidad, podemos hacer un relato de los hechos perfectamente benévolo y compatible con la versión oficial:
 
1. Al encontrarse la mochila de Vallecas, alguien solicita a Amena que compruebe la actividad de la tarjeta 652282963 y del teléfono con IMEI 35082235-0844612 (el que estaba anotado en la carcasa). Por las declaraciones efectuadas en el juicio, sabemos que esa petición la realizó la CGI en torno a las 10:30 de la mañana.
 
2. Alguien comprueba las bases de datos de Amena y, en torno a las 14:00 horas, detecta que la tarjeta 652282963 estuvo encendida la noche anterior bajo cobertura del repetidor de Morata de Tajuña, dentro de un teléfono con IMEI 35082235-0941947, que no coincide con el IMEI anotado en la carcasa del teléfono de Vallecas.
 
3. Inmediatamente después, ese alguien introduce la tarjeta 652282963 en un teléfono de la marca Nokia, no sabemos con qué objeto.
 
4. Posteriormente, ese alguien introduce la tarjeta 652282963 otra vez en el teléfono de la mochila de Vallecas, lo que hace que en las bases de datos de Amena quede fijada la celda 1015 como aquélla en la que estaban la tarjeta y el teléfono.
 
Dejando aparte que no se entiende para qué habrían querido introducir la tarjeta 652282963 primero en un teléfono marca Nokia y luego otra vez en el teléfono de la mochila de Vallecas, esa secuencia de hechos sería perfectamente factible y perfectamente compatible con la versión oficial. Salvo en un aspecto: que las consultas a la base de datos de Amena habrían sido efectuadas bajo el repetidor que da cobertura al complejo policial de Canillas, lo que introduce la duda de si esas consultas se realizaron en una sede de Amena o directamente en sede policial.
 
De todos modos, aún aceptando que el teléfono de la mochila de Vallecas se activara verdaderamente en Morata de Tajuña, el principal problema para la versión oficial es el de tratar de explicar dónde están las seis tarjetas y teléfonos que, aún así, faltarían para completar las 13 bombas que supuestamente se usaron en los atentados.
 
En Morata se habrían activado siete tarjetas de Amena con siete teléfonos Trium T-110. ¿Dónde están los seis que faltan?
 
El teléfono perdido
 
En realidad, no es verdad que en Morata se activaran 7 teléfonos Trium la noche anterior a los atentados: fueron al menos ocho los teléfonos que se activaron, pero el octavo teléfono ha sido sistemáticamente omitido de los informes policiales.
 
Recordemos la serie de teléfonos que los hindúes anotaron como vendidos a los presuntos terroristas del 11-M:
 

Pinche en la imagen para ampliarla
 
Fíjese el lector en el primero de los IMEIs: el 35082235-1079903. Ese teléfono aparece como vendido por los hindúes y como liberado por Kalaji, pero ni los informes policiales ni los documentos de Amena indican que se activara en Morata de Tajuña la noche anterior a los atentados. Y, sin embargo, sí que se activó.
 
Concretamente, ese teléfono Trium T-110 estaba en Morata de Tajuña la noche anterior a los atentados, y en su interior estaba funcionando una tarjeta de Amena con número 652285765, que es otra de las que supuestamente llegaron al locutorio de Jamal Zougham (a través de la empresa Interdist).
 
Para ser exactos, la tarjeta 652285765 recibió un mensaje de texto a la 1:27:01 de la madrugada del 11-M, estando introducida en el teléfono Trium T-110 con IMEI 35082235-1079903, bajo cobertura del repetidor de Morata de Tajuña. A pesar de lo cual, ni ese teléfono ha sido mencionado en los informes policiales, ni a esa tarjeta se la ha vinculado con la trama del 11-M  en ningún momento. ¿Por qué?
 
La historia de la tarjeta 652285765
 
En concreto, la tarjeta 652285765 fue activada a las 11:23:21 del día 16/2/2004 por una empleada de la empresa Interdist que declaró en el juicio del 11-M. Esa misma empleada activó también varias de las otras tarjetas que aparecen relacionadas con la trama.
 
El día 5 de marzo a las 11:40:59 , alguien efectuó con esa tarjeta una llamada al número 111, que es el número de Amena para consulta de saldo.
 
El día 10 de marzo a las 10:27:19, alguien llamó a esa tarjeta desde el número fijo 913413046, que se corresponde con un teléfono público ubicado en el bar Sarrota, en la C/ Guetaria de Madrid.
 
Y el 11 de marzo a las 1:27:01, la tarjeta recibió un mensaje de texto desde uno de los servidores de mensajes de Amena. Ese mensaje de texto era un aviso del servicio 242, correspondiente al buzón de voz. En el momento de recibir ese mensaje del buzón de voz, la tarjeta se encontraba en Morata de Tajuña , dentro del teléfono Trium T-110 con número de IMEI 35082235-1079903.
 
Día
Hora
Origen
Destino
16/02/2004
11:23:21
652285765
665854364
05/03/2004
11:40:59
652285765
111 (Consulta saldo)
10/03/2004
10:27:19
913413046
652285765
11/03/2004
1:27:01
242 (Buzón de voz)
652285765
 
Resulta evidente que, si aceptamos la versión oficial, esa tarjeta tiene forzosamente que pertenecer a la misma trama terrorista que las otras 7 tarjetas que se activaron en Morata, por varios motivos:
 
  • En primer lugar, porque siguió la misma ruta de comercialización a través de la empresa Interdist que otras tarjetas de la trama, y fue activada en fechas similares.
  • En segundo lugar, porque estuvo operando dentro de uno de los teléfonos Trium T-110 adquiridos a los hindúes.
  • En tercer lugar, porque se activó en Morata el día anterior a los atentados.
 
Pero entonces, si esa tarjeta y ese teléfono Trium pertenecen a la trama terrorista, ¿qué razón puede haber para que se hayan omitido esa tarjeta y ese teléfono Trium de los informes policiales que hablan de Morata?
 
¿Es que hay algo en esa tarjeta o ese teléfono que no cuadre con la versión oficial y por eso hubo que eliminarla?
 
El mensaje de texto que esa tarjeta recibió estando en Morata en la madrugada del 11-M era un aviso del buzón de voz. Y ese mensaje del buzón de voz sólo puede corresponderse con la llamada recibida desde el teléfono público del bar Sarrota a las 10:27:19 del 10 de marzo, porque ésa es la única llamada entrante que recibió esa tarjeta.
 
Teniendo en cuenta que no hubo, con posterioridad a las 1:27:01 del 11-M, ninguna llamada saliente para consultar el buzón de voz, quiere decir que ese mensaje quedó almacenado en el buzón a la espera de ser consultado por el usuario. ¿Verificó alguien las bases de datos de Amena para ver qué contenía ese mensaje? ¿Cuál fue el mensaje que alguien dejó grabado desde el bar Sarrota en la mañana del 10-M? ¿Es ésa la razón por la que la tarjeta y el teléfono desaparecieron de escena de manera tan discreta?
 
En realidad, como vamos a ver a continuación, hay otra posible razón todavía más fuerte para que esa tarjeta y ese teléfono resulten tan incómodos.
 
La llamada que descuadra todo
 
Porque resulta que esa tarjeta recibió otra llamada más, aparte de las que hemos comentado, pero esta vez con posterioridad al 11-M.
 
Concretamente, el día 16/3/2004, cinco días después de los atentados, esa tarjeta recibió una llamada desde un centro servidor de mensajes de Amena:
 
Día
Hora
Origen
Destino
16/03/2004
15:28:47
654223300
652285765
 
Es decir, esa tarjeta utilizada en un Trium T-110 en la madrugada del 11-M, bajo cobertura del repetidor de Morata, lejos de resultar destruida en las explosiones de los trenes, seguía operando cinco días después.
 
No es extraño que los informes policiales sean tan parcos a la hora de hablar de esa tarjeta y ese teléfono Trium, porque las incógnitas que suscitan esa tarjeta y ese teléfono son bastante serias:
 
  • Si esa tarjeta operó en Morata en la madrugada del 11-M, ¿cómo es posible que el teléfono Trium y la tarjeta no aparecieran al consultar las bases de datos de Amena? La tarjeta estaba activa a la 1:27:01 del 11-M, es decir, a la misma hora aproximadamente que las otras 7 tarjetas activadas en Morata, así que es imposible que su registro se borrara y los de las otras 7 no.
  • Si el registro de esa tarjeta se borró, ello sólo es posible porque la tarjeta se activara posteriormente en otra celda de la red, es decir, porque el usuario se desplazara con el teléfono encendido hasta otra zona geográfica. Pero entonces, ¿dónde están los correspondientes registros? ¿Y por qué no sucedió lo mismo con los otros 7 teléfonos?
  • Y, lo más importante, si esa tarjeta no resultó destruida en las explosiones, entonces es que no formaba parte de ningún artefacto explosivo. Teniendo eso en cuenta, ¿cómo sostener que las restantes tarjetas activadas en Morata con teléfonos Trium en la madrugada del 11-M sí que formaban parte de artefactos explosivos y sí que resultaron destruidas en las explosiones?
 
Son incógnitas que merecen una respuesta. Como también tendría alguien que explicarnos por qué los informes elaborados por la Comisaria General de Información omiten toda referencia a la activación de ese teléfono Trium en Morata de Tajuña la noche anterior a los atentados.
 
Aunque, como tendremos oportunidad de ver en el siguiente capítulo de esta serie de "Los enigmas del 11-M", la pista de ese teléfono misterioso activado en Morata nos lleva mucho más lejos aún en nuestras investigaciones.

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