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Fritzl se hizo pasar por su hija en una llamada para dejar uno de los hijos en la casa familiar

Continúan apareciendo datos intrigrantes sobre el brutal caso de Josef Fritzl, que encerró a su hija en el sótano durante 24 años con la que tuvo siete hijos. La Policía austriaca ha informado que el violador-secuestrador se hizo pasar por su hija Elisabeth mediante una llamada telefónica para anunciar que había dejado uno de los bebés en la puerta de la casa familiar.  Por otra parte, el hospital en el que se encuentran Elisabeth y cinco de sus hijos han apuntado que la "prioridad" es proteger a la familia sobre todo " del gran interés mediático para evitar una traumatización secundaria".

El sótano del terror

Continúan apareciendo datos intrigrantes sobre el brutal caso de Josef Fritzl, que encerró a su hija en el sótano durante 24 años con la que tuvo siete hijos. La Policía austriaca ha informado que el violador-secuestrador se hizo pasar por su hija Elisabeth mediante una llamada telefónica para anunciar que había dejado uno de los bebés en la puerta de la casa familiar.  Por otra parte, el hospital en el que se encuentran Elisabeth y cinco de sus hijos han apuntado que la "prioridad" es proteger a la familia sobre todo " del gran interés mediático para evitar una traumatización secundaria".
LD (EFE) Josef Fritzl se hizo una vez pasar por su hija Elisabeth, a la que mantuvo encerrada 24 años en un sótano, para anunciar en una llamada telefónica a su esposa que había dejado uno de sus bebés en la puerta de la casa familiar. El jefe de la policía de Baja Austria, Franz Polzer, ha explicado que el violador-secuestrador relató en un interrogatorio que llamó una vez a su mujer, disimuló su voz y se hizo pasar por su hija para decir que había dejado un bebé en la puerta de su casa.
 
"Tenemos un acta de la policía de entonces, porque la mujer informó a las autoridades de esa llamada", dijo Polzer. Según el protocolo policial, Fritzl le habría dicho a su mujer: "por favor no te enfades. No te puedo decir dónde estoy. Por favor, ocuparos de mi bebé, que acabo de dejar en la puerta de la casa". El mando policial agregó que la esposa de Fritzl se mostró sorprendida por la llamada, sobre todo porque la familia había cambiado su número de teléfono y muy pocas personas tenían el nuevo.
 
Por otra parte, Polzer confirmó una información del diario austríaco "Kurier", según la cual la puerta del zulo subterráneo, en el que Fritzl encerró a su hija y tres de sus hijos, tenía un mecanismo con temporizador para facilitar su apertura si durante días no era accionada. Esa puerta, que pesaba unos 300 kilos, fue instalada después de 1983, cuando las autoridades locales dieron su visto bueno para ampliar el sótano bajo la casa.
 
Las autoridades protegen a la familia del "gran interés mediático"
 
El estado de salud de las víctimas del caso de abuso e incesto perpetrado por Fritzl  seguía este miércoles "relativamente sin cambios", según el equipo de médicos y psicólogos que las atienden. En el hospital Mostviertel Amstetten-Mauer están Elisabeth Fritzl, la mujer de 42 años,  cinco de sus hijos nacidos de ese incesto, así como su madre, Rosemarie. Allí son atendidos individualmente por especialistas día y noche, según fuentes de la clínica, que advirtieron que no se iba a dar más información al respecto.

Y es que la "prioridad" actual del equipo de expertos es precisamente proteger a la familia afectada, sobre todo "del gran interés mediático, para evitar una traumatización secundaria". El director del hospital, Berthold Kepplinger, señaló que "tenemos que ser muy cuidadosos para no causar presión en los pacientes". Por otro lado, en la sección de cuidados intensivos de una Clínica de Amstetten continuaba en estado crítico, aunque "estable" en un coma inducido la joven Kerstin Fritzl, de 19 años, la mayor de las hijas de Elizabeth.

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