LD (EFE) La mayoría de los restaurantes que sirven la "Happy Pizza" (pizza con marihuana) están situados a lo largo del paseo a orillas del río que cruza Phnom-Penh, capital de Camboya. En todos ellos la cantidad de marihuana con la que se condimenta la pizza va al gusto del nivel de "felicidad" que pide el comensal.
En estos locales, cuando el cliente encarga la pizza, el camarero casi siempre responde: "¿La quiere un poco feliz, bastante feliz o muy feliz?", dando a entender la cantidad de marihuana que el cocinero empleará para preparar ese plato del menú. Virak, camarero de una de estas pizzerías en las que la marihuana está a la vista, apunta que no todos los clientes que piden una pizza feliz saben que contiene cannabis, pero la piden porque el nombre les atrae.
En estos establecimientos, con atmósfera familiar, se ve a personas de avanzada edad y a padres que con sus hijos pequeños comen ajenos a las risas que provienen de otras mesas ocupadas por jóvenes que saborean la pizza feliz. Los efectos de la ingestión de marihuana aparecen, como pronto, una hora después, y en ocasiones tienen consecuencias desagradables para el viajero.
Hay turistas que han perdido el avión de vuelta a casa por haberse quedado dormidos a causa de la marihuana, unos se han pasado varios días durmiendo en su habitación del hotel, y otros han acabado perdiendo parte de sus vacaciones en un hospital de Phnom-Penh, según relatan los lugareños.