LD (EFE) Los índices de impopularidad del jefe de Estado de Francia, Nicolas Sarkozy, varían desde un 72 por ciento de descontentos en una encuesta de Ifop, hasta un 66 por ciento en OpinionWay. Mientras, el 62 por ciento de los ciudadano consultados por CSA teme una "grave crisis" de aquí al final de su mandato, en 2012. Un 55 por ciento no quiere que aspire entonces a un segundo mandato.
Los datos reflejan una alarmante caída en los índices de popularidad y aceptación de quien fue elegido hace un año con más del 53 por ciento de los votos frente a la candidata socialista, Ségolène Royal, y que gozó de un "estado de gracia" excepcional durante seis meses, antes de un vuelco inexorable.
En una larga entrevista transmitida por televisión el pasado 24 de abril, Sarkozy señaló: "Que haya decepciones, expectativas, problemas, dificultades, no sólo lo sé sino que me había preparado para ello". Sin embargo, Sarkozy figura en los sondeos como el más impopular de los presidentes de la V República después de casi un año en el poder: sucedió a Jacques Chirac en el Elíseo el 16 de mayo de 2007.
Los analistas señalan que para los franceses, Sarkozy ha pasado de ser el "hiperpresidente" que lo comentaba todo y que se ocupaba de todo, al presidente aficionado al lujo -como el crucero en el yate de un multimillonaria nada más ser elegido- y a la mediatización al máximo de su vida privada con la saga de su divorcio, en octubre, de su segunda esposa, Cecilia, o sus vacaciones lujosas en Egipto y Jordania con su nuevo amor, la cantante y ex modelo italiana Carla Bruni, con la que se casó el pasado febrero.