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"Yo soy un hombre de derechas, y si hay que llamarlo de centro derecha, pues bueno"

En una entrevista del colaborador de Libertad Digital José Antonio Martínez-Abarca, Ramón Luis Valcárcel aborda tanto el problema del agua como la crisis del PP. El presidente de Murcia, que dio su apoyo a Rajoy nada más conocer su candidatura al congreso de junio, afirma que no hay "socialdemócratas" en su formación, confiesa mantener una excelente relación con Aguirre y rechaza "de plano" que su partido adopte posturas "simpáticas" con el nacionalismo. También habla de la financiación autonómica y de las políticas con las que quiere que Murcia siga siendo una de las regiones más prósperas de España.



En una entrevista del colaborador de Libertad Digital José Antonio Martínez-Abarca, Ramón Luis Valcárcel aborda tanto el problema del agua como la crisis del PP. El presidente de Murcia, que dio su apoyo a Rajoy nada más conocer su candidatura al congreso de junio, afirma que no hay "socialdemócratas" en su formación, confiesa mantener una excelente relación con Aguirre y rechaza "de plano" que su partido adopte posturas "simpáticas" con el nacionalismo. También habla de la financiación autonómica y de las políticas con las que quiere que Murcia siga siendo una de las regiones más prósperas de España.
L D (José Antonio Martínez-Abarca) Es uno de los nombres de moda dentro del PP. Lleva cosechando muchos resultados electorales que en otra parte de España se considerarían inusitados para el centro derecha. Pero ha sido tras las últimas elecciones cuando España, de pronto, ha reparado en su existencia. Mitad por el resultado obtenido (62 por ciento de votos para el PP en Murcia), mitad por la confianza que en él ha depositado el actual líder del PP, Mariano Rajoy, que Valcárcel ha correspondido apoyando públicamente al de momento único candidato para el Congreso de Valencia.
 
Es uno de los símbolos de la pujante región levantina, junto con el presidente valenciano Camps, a la vez que de la "resistencia" popular a la España que quiere Zapatero. Incluso los más recalcitrantes detractores reconocen que, desde el año 95 que el presidente murciano llegó al poder, la región ha pasado de ser una región aplastada por el pancismo y la ideología colectivista en el fondo del pozo ciego de España a ser uno de los lugares con más futuro y más posibilidades de generar la más alta calidad de vida de toda Europa.
 
Pregunta: La prensa nacional demuestra saber bien poco sobre cómo es usted porque lo llama "barón territorial del PP"...
 
Respuesta: siempre dije que yo soy barón con "v", no soy barón con "b" porque no tengo ningún tipo de aspiraciones de jugar, entre comillas, en la cancha nacional. Me debo a la región en la que he sido elegido y en la que vivo. Es mi vocación, mi obligación y donde me encuentro cómodo. Por lo tanto no tengo ninguna aspiración de baronías que no sea seguir siendo varón con "v".
 
Valcárcel es un político de moda en los mentideros de Madrid. De repente se empieza a hablar de él seguido de la palabra Rajoy o antecedido de la palabra Camps. Parece que no hay dos sin tres. En veinticinco palabras, cómo se presentaría Valcárcel a una ciudadanía nacional que tiene curiosidad en saber de qué va.
 
Pues soy una persona comprometida con la ideología del PP, y no me mueve otra cosa. Entender la política como una actitud de servicio hacia los demás. La política no es mandar, la política es servir. Así lo entendí desde que estaba en la oposición (en el Ayuntamiento de Murcia, N. del A.), desde que tengo responsabilidades públicas. Es lo que he hecho en política y es lo que seguiré haciendo. El hecho de saltar de pronto a ser noticia nacional es porque en Murcia se han conseguido buenos resultados electorales. Hemos ido aumentando el porcentaje de votos elecciones tras elecciones. Ahora hemos superado ampliamente el sesenta por ciento de votos en un momento en que en el resto del país se votaba mayoritariamente al Partido Socialista. Puede que también sea noticia el hecho de que haya manifestado muy pronto mi pleno apoyo a Mariano Rajoy. No me lo tuve que pensar mucho porque lo tenía ya decidido. Y la decisión era el resultado de reflexiones que había tenido con anterioridad a las elecciones. Después de ellas, dos días después, cuando Rajoy hace el anuncio de volverse a presentar como candidato, la segunda persona que dio su apoyo a Rajoy públicamente fui yo. No tuve inconveniente alguno, porque creo que es lo que conviene. Bien, pues esas dos cosas son en mi opinión las que han hecho de Valcárcel una pequeña referencia en el marco nacional.
 
Su alianza estratégica con Camps, el presidente de la comunidad valenciana, es muy anterior a la escena del balcón con Rajoy, y también a la primera vez que al actual líder del PP se le pasara siquiera por la cabeza la idea de reformar su equipo. Sin embargo, algunos presentan su alianza con Camps como íntimamente relacionada a la ambición de éste de escalar dentro del partido.
 
No es cierto. Siempre vi en Paco Camps, a partir de que en el año 2004 llega a la presidencia valenciana, extraordinarias cualidades humanas. Políticas, también. Y sobre todo es un gobernante comprometido con su gente, que pisa la arena. Un gobernante no de despacho sino de trinchera, por lo cual me identifico con él. Me identifico con esa forma de ser. Yo el despacho digamos que lo uso lo imprescindible, porque de vez en cuando hay que estar en la cocina. Pero todos me conocen por ser un político que me gusta pisar la realidad, que me gusta estar en la realidad y que me gusta ser en definitiva un político de trinchera. Esto es lo que explica el porqué de esa estrecha relación entre Paco Camps y Ramón Luis Valcárcel. Si además de coincidir en lo humano y en la forma de entender la política coincidimos también en que Valencia y Murcia son comunidades con muchos elementos en común, se entiende del todo la existencia de esa alianza.
 
Hay un elemento fundamental: el agua. Es un auténtico cordón umbilical que, al igual que el propio río segura que une a dos comunidades, une éste a dos políticos. El objetivo que tenemos es el mismo.
 
El trasvase del Ebro hacia Barcelona es una bofetada hacia el Levante. Estoy seguro de que ni Camps ni usted han puesto todos los huevos en la única cesta del Tribunal Constitucional, que va a dar la medida de su independencia política cuando dé el visto bueno al Estatuto Catalán. Del Tribunal Constitucional sólo se puede esperar que diga lo que el Gobierno quiere que diga. ¿Qué más medidas de presión tienen ustedes pensadas para obtener agua además de confiar en los jueces elegidos por políticos?
 
A partir del no-trasvase hacia Barcelona (como pretenden llamarlo) y el no nada hacia el Levante, vemos que se aplica una vez más el sectarismo por parte del Gobierno hacia las comunidades donde se vota al PP. Es otro castigo más. Esto nos lleva al recurso al Tribunal Constitucional. Pero como nadie nos garantiza que se resuelva el recurso como es justo y como a nosotros nos gustaría, incluso en el supuesto de que el recurso tuviera salida a tiempo, y no dejándolo dormir, como exige la urgencia de la cuestión hídrica, pienso que hay que adoptar en efecto otras medidas. Medidas que pasan primero por el diálogo, por la exploración de lo que sea sin cerrarnos únicamente a un trasvase, aunque sin renunciar a él. Llámese desalación combinada con trasvases o bancos de agua donde haya agua (es absurdo crear bancos de agua donde no la hay), llámese reutilización o lo que fuere. Pero qué duda cabe que no renunciamos a otras medidas si el diálogo no nos lleva a ninguna parte.
 
La desalación por sí sola no es solución. Esta agua de mala calidad no soluciona el problema de la agricultura, sino que lo agrava. Y al Gobierno se le olvida el problema de la energía. Si no hay suministro energético a unos determinados precios no hay posibilidad de desalar. Son las políticas extravagantes, hídricas y energéticas, del Gobierno de Zapatero. Primero, un recurso ante el Constitucional. Segundo, diálogo con el Gobierno, dentro de lo que podríamos llamar "política leal". Pero, claro, candidez a mí me queda la justa, prácticamente nada, y sé que habrá que actuar de otra forma llegado el momento, como apoyar manifestaciones de los afectados y damnificados que deben ser espontáneas y no creadas desde el poder. Espero que se produzcan contundentes manifestaciones de repulsa por parte de los habitantes de los territorios del Levante hacia esta política hídrica insolidaria. Y espero también que esas manifestaciones tengan lugar donde deben, en Madrid. Estaremos con los manifestantes, apoyándolos, pero no crearemos esas manifestaciones. Será muy conveniente que la contestación popular sea muy fuerte.
 

 
¿Se podría llegar a un enfrentamiento exasperado si el Gobierno acepta trasvases sólo para las comunidades gobernadas por el partido amigo, de manera que Murcia estudiara cerrar otro tipo de grifos, como el del petróleo o del gas, de los que depende que medio país funcione?
 
No desearía llegar a ese punto. Tendría difícil marcha atrás. Es algo que la responsabilidad política me recomienda no hacer. Pero es verdad que es algo que el Gobierno de la nación debe tener presente. Si el agua es un bien común, y se nos niega, podríamos nosotros también decir que la energía que aquí se produce, y que es también un bien común, sólo es para nosotros y que podemos negársela a otros territorios. Pero a qué nivel de ruptura, no sólo entre territorios, sino entre personas podríamos llegar así. Sería ciertamente lamentable. Yo no me lo he planteado nunca y espero no llegar a planteármelo. El sentido común me indica otra cosa. No sería muy coherente que yo haga lo que critico que hacen los demás.
 
Debo decirle que hay no poca gente por ahí que ha votado sistemáticamente a los populares elecciones tras elecciones desde la Transición, incluso en las épocas en que menos apetecía hacerlo. Y que ahora esa misma gente especula muy seriamente con dar su voto al partido de Rosa Díez. ¿Qué está ocurriendo?
 
 Bueno, el resultado de las pasadas elecciones no termina de indicar eso...
 
Me refiero a después de las elecciones, después del rumbo tomado por Rajoy y su nuevo equipo.
 
Estamos al comienzo de un nuevo ciclo. Se nos pide reflexión y cambio de estrategia, y cuando nos ponemos en marcha en la reflexión, previa a la celebración de un congreso nacional donde se debatirán propuestas de carácter ideológico, económico y estatutario, cuando estamos en todo eso, resulta que te dicen que si no reflexionas, malo, porque hay autocomplacencia, y si reflexionas y cambias de estrategia, y haces un cambio de personas, entonces te dicen que estamos ante un partido dividido que se tira los trastos a la cabeza y que exaspera a la gente, la cual incluso se plantea votar a otra opción política. Todo esto es precipitado. Acabamos de iniciar una legislatura con cuatro años por delante. Es ahora cuando tenemos que hacer los cambios para que haya tiempo de explicarlos durante los próximos cuatro años.
 
El PP está ahora mismo en una fase que algunos califican de "convulsión". Yo creo que estamos en una fase de renovación. Y la renovación siempre implica como es natural que haya un debate, con gente a favor y en contra. Guste o no guste. En el Partido Popular se está produciendo un debate, y un debate sobre ideas, aunque hay quien quiere forzar un debate sobre personas. Los estatutos del partido lo dejan muy claro. El PP es una formación democrática que ante cualquier proceso de elecciones internas da la oportunidad a los compromisarios de que cualquiera que lo desee se presente. El propio Mariano Rajoy invitó a otros a presentarse. Estamos en una situación de normalidad estatutaria, democrática. Puede que no estemos habituados a lo que está ocurriendo ahora, porque a veces normalidad y hábito no son la misma cosa. Pero debemos habituarnos a esta normalidad. Soy presidente del comité organizador, y puedo decirle que el proceso de elección de compromisarios ha discurrido con absoluta normalidad, con poquísimas impugnaciones Si el PP estuviera convulso, nos encontraríamos ahora mismo resolviendo no con poca dificultad toda esa serie de impugnaciones de candidaturas que como le digo no se ha producido.
 
Siempre ha tenido usted buena relación personal con todos los líderes que ha tenido el PP, que tampoco han sido muchos: con Aznar y ahora con Rajoy. Buenas relaciones personales, sin entrar en la promiscuidad, en la excesiva identificación. Tal vez una de las claves de ese respeto que le han mostrado los máximos mandatarios del PP haya sido su convicción de que usted tenía su limitación territorial muy clara y que dentro de esos límites territoriales usted es un político fiable...
 
Yo distingo entre la ideología y las ideas. Como decía Fraga, la ideología es un cañón fijo. Son los principios inalterables, porque si se alteran dejan de ser principios. Y las ideas son el cañón giratorio, digamos, lo que te permite ir acompasándote a la sociedad. Yo soy inamovible en mi ideología, me resulta inconcebible que yo mañana pueda yo pertenecer a un partido de la izquierda, absolutamente impensable. Yo soy un hombre de derechas, y que si hay que llamarlo de centro derecha, pues bueno. ¿Centro reformista? Vale, pues estupendo, pues centro reformista. Yo soy una persona de derechas que evoluciona. Sin renunciar un ápice a esos principios, a esa ideología. Mi compromiso es con esa ideología. Y mi disciplina, hasta donde mi conciencia me lo permite, es con las personas. Quiero dejar esto muy claro. Trabajo para mi región y compatibilizo esta tarea con el proyecto nacional del PP. Creo que esta coherencia es lo que se valora. Soy coherente con mis principios y con las ideas mientras no me den motivos para creer que mis principios están siendo vulnerados, porque entonces empieza a funcionar ese mecanismo de la conciencia, que es el único capaz de poner límite a la disciplina de partido. Y por el momento esto no ha ocurrido.
 

 
¿Le perjudico si cuento que tiene usted una magnífica relación personal y política con Esperanza Aguirre, la presidenta de la comunidad madrileña?
 
No. Estoy orgulloso de proclamarlo a los cuatro vientos. Soy libre, y como soy libre tengo una excelente relación con Esperanza, como también la tengo, debo decirlo, con Mariano Rajoy.
 
Con Mariano es difícil llevarse mal, lo que se dice mal...
 
Mariano es una buena persona, pero no se ganan elecciones por ser buena persona solamente. A lo mejor para entrar en un convento, sí. Mariano, además de ser buena persona, es un excelente político. Lo ha demostrado en cualquiera de sus responsabilidades, las que ha tenido hasta ahora. Es un político fiable y es experimentado. Eso no es incompatible con Esperanza Aguirre. Es más: Esperanza y Mariano se llevan muy bien personalmente. Que después escenifiquen ciertas disensiones para que el debate tenga sal y pimienta, eso es otra cuestión, aunque también creo que la opinión publicada ha exagerado sobre ese particular.
 
¿En qué consiste ser presidente de un congreso en el que sólo se espera "muchísima unanimidad", como diría usted mismo, una sacralización de Rajoy sin candidaturas alternativas que no sean suicidas? ¿Lo han puesto a usted ahí como una especie de reina madre del congreso, y perdón por la expresión?
 
No me han puesto de reina madre, en absoluto. Yo creo que han valorado un resultado electoral y una experiencia. Perdone que no tenga abuela, pero también creo que me han elegido por un sentido de la coherencia y un compromiso con mi partido. No soy persona fácilmente manejable, ni creo que nadie lo piense. No hay voluntad de manejarme por parte de los miembros nacionales del partido ni por la comisión organizadora del congreso. Si hubiese esa voluntad, estarían perdiendo el tiempo conmigo. El congreso no va a ser fácil. Primero, sale de Madrid. Es inhabitual que salga de Madrid. Esto significa infraestructuras nuevas para mucha gente que viene de otros lugares de España. Parece una tontería pero esto crea muchas dificultades de intendencia. A los compromisarios y a las bases, a los asistentes a este congreso, hay que dárselo todo perfectamente hecho. Segundo, va a haber un debate intenso tanto sobre estatutos como sobre economía y política, del que saldrán nuevas ideas para el partido. No una nueva ideología.
 
Usted, como representante de una región, dio su pleno apoyo a Mariano Rajoy antes que se pronunciasen los compromisarios de su región, antes incluso de que fueran elegidos estos compromisarios. ¿No debió ser al revés, esperar a asegurarse de que los compromisarios murcianos estaban con Mariano?
 
Yo estaba convencido de que los compromisarios murcianos están con Mariano Rajoy. Tengo buenas razones para presumir de conocer este partido en profundidad, y efectivamente sé cuál es el sentimiento de la militancia murciana y la voluntad de esos compromisarios. En cualquier caso, lo que dije fue que Ramón Luis Valcárcel apoya a Mariano Rajoy. No he dicho otra cosa que no fuese esa. A partir de ahí, la interpretación de mis palabras se escapa a la voluntad con la que las dije. Está grabado lo que dije, y vuelvo a aprovechar la oportunidad: yo apoyo a Mariano Rajoy, estoy convencido de que es el político que el PP en estos momentos necesita, y por lo tanto no voy a renunciar a mi derecho a poderlo decir. A partir de ahí hay ciento ocho compromisarios de Murcia que tienen la última palabra al respecto. Y yo espero y deseo que los compromisarios de Murcia apoyen como yo lo he hecho a Mariano Rajoy. Si dijese otra cosa sería un cínico como un piano de grande. No me es indiferente que los compromisarios, por su cuenta, apoyen o no a Mariano Rajoy. No impongo criterios. Esto no lo hace ni el propio Mariano Rajoy, porque tiene un concepto de la democracia, del que yo participo, que le impediría hacerlo. Espero, eso sí, y deseo, y me haría feliz, que el resto de compromisarios de Murcia apoyen a Mariano. Un deseo, y nunca una imposición.
 
Ejem... Volviendo a lo del nuevo equipo del Partido Popular, ¿no ve a mucho socialdemócrata triunfando en un partido que no debería ser el suyo?
 
Yo no veo a ningún socialdemócrata en el nuevo equipo de Rajoy. No hay ningún caso similar a lo que ha ocurrido con Verstrynge (antigua mano derecha de Fraga que ha acabado de teórico radical de izquierdas, N. del A.). El PP tiene una esencia basada en el liberalismo, el conservadurismo y la democracia cristiana. Esto es el PP. Pero el PP, estaría bueno, es un partido abierto a cualquiera que desee compartir esas ideas, venga de la socialdemocracia o no. No es un partido abierto a quien desee romper o disolver esa ideología fundacional. Si alguien viniera con esa pretensión, fracasaría. El PP es un partido joven, pero tiene raíces basadas en el conservadurismo. No en el franquismo, como alguien quiere ver. El PP ha sumado, es verdad, todo lo que era sumable ideológicamente, pero no podemos anclarnos en el siglo XX, aunque sin quebrar principios, valores, ideología. Dicho esto, estamos abiertos a otras personas que vengan de ideologías  ajenas. Gente que se haya decepcionado de otras opciones políticas, y han visto una posibilidad de coincidir con nuestros planteamientos. Serán ellos, esos socialdemócratas, quienes hayan evolucionado y se hayan acercado a nuestras posiciones, no al revés.
 
¿Forma parte usted de ese PP simpático a los nacionalistas, como quiere algún dirigente regional de su partido?
 
No. Rechazo de plano los nacionalismos vinculados a la exclusión y al terrorismo. He dejado muy clara mi posición: no me gustan los nacionalismos. Soy antinacionalista. No quiero los nacionalismos, los excluyentes, los que estamos viendo ahora. Es verdad que un dirigente regional de mi partido habló de esa simpatía, pero no es menos verdad que unas horas después matizaba el sentido de sus palabras y concluía rechazando los nacionalismos.
 
Ahora que toda la política de la ex ministra de Medio Ambiente Narbona ha demostrado su insolvencia y su absurdidad, incluso para los propios socialistas, ¿qué va a pasar con el desastre técnico, estratégico y medioambiental de las desaladoras?
 
Estoy a favor de que haya desalinización, lo que pasa es que esta no es la única solución a la falta de agua como interpreta el Gobierno de Rodríguez Zapatero. La desalación o desalinización es o puede ser solución a una pequeña parte del problema. La desalación contamina por tierra, mar y aire, y nunca puede ser masiva. Contamina la tierra por el contenido en boro del agua, contamina el mar por las altas concentraciones salinas que matan todo vestigio de vida, y contamina la atmósfera por las energías no limpias empleadas. Se está vertiendo C02 a la atmósfera. Yo todavía no he oído a los ecologistas decir nada de esto. Estarán bien pagados para no decirlo. Estarán subvencionados por la administración. Dicen, y no hay peor mentira que una verdad a medias, que la desalación no tiene dependencia de los ríos, que es agua ilimitada porque es el mar quien abastece. Hasta ahí es verdad, pero no dicen sin embargo que la desalación tiene la mayor de las dependencias, que es la energía. España no es un país productor de energía. Dependemos de los demás, para que los demás puedan vendernos la energía. La peor de las dependencias. La más costosa. El agua desalada consume energéticamente justo el doble que el agua trasvasada. Justo el doble. La dependencia por tanto es mayor y más costosa. En España, además, estamos pagando relativamente poco por la energía, y no es de extrañar que este Gobierno nos sorprenda con alguna medida que implique elevar de forma espectacular lo que pagan los ciudadanos por esa energía.
 
¿Qué modelo de desarrollo tiene ahora mismo la región, ante la falta de agua y la negativa del Gobierno a solucionar de forma permanente este problema? ¿Qué alternativas hay?
 
El modelo de desarrollo de la Región se ha ido revisando continuamente. El modelo no es monolítico. Nos hemos ido adaptando a las circunstancias. Desde que yo estoy aquí con responsabilidades de Gobierno han sido infinidad de planes los que se han ido elaborando con la participación de todos los agentes sociales para ir adaptándonos a los tiempos cambiantes. Hemos planificado y hemos cumplido lo que hemos planificado. De forma que a día de hoy la Región tiene una solidez económica con la que podemos afrontar una crisis que ya sólo es negada por Zapatero y alguno de sus mariachis. Estamos ante una crisis, y como lo tenemos claro hemos reaccionado con prontitud con un plan de choque. Cosa que no ha hecho el Gobierno de la nación. Hemos puesto en marcha un plan industrial y financiero de casi mil ochocientos millones de euros extrapresupuestarios. Esto es tomar medidas contra la crisis. La región de Murcia es la que mejor comportamiento ha tenido desde el principio de año en cuanto al cumplimiento de hipotecas bancarias se refiere. También en cuanto a nuevas hipotecas. Signo de que la construcción no se ha resentido tanto como en otros sitios. En los últimos años hemos crecido por encima de la media nacional. Los servicios están manteniendo un comportamiento bueno también. Todo esto hace que Los mejores analistas económicos digan que la región va a crecer en torno al tres por ciento, cuanto el resto de España va a estar por debajo del dos.
 

 
Una vez que el Tribunal Constitucional diga que el Estatuto Catalán es perfectamente constitucional en sus líneas maestras, será la rapiña de los Presupuestos Generales del Estado. ¿Con qué armas cuenta la región de Murcia para no quedarse la última en financiación?
 
De momento hay un sistema de financiación que nadie ha derogado. En ese sistema de financiación Murcia tuvo mucho que decir. El elemento fundamental es la variante de población. Otra cosa es que Zapatero cumpla con lo que se le ordena en este sistema financiero. Desde luego con Murcia no cumple. Aquí hay más de doscientos cincuenta mil nuevos habitantes. Esto multiplicado por mil trescientos euros persona/año, que es sólo lo que se destina a la sanidad, es una cantidad enorme de dinero que Zapatero nos niega año tras año. Se va acumulando un montante de deuda que no sé cómo piensan pagar, pero es lo que nos deben. Le han hecho un traje a medida a la financiación catalana. Pero nosotros no tenemos que ir contra Cataluña, sino contra quien ha diseñado y permitido esa asimetría, que vive en Madrid. Yo no voy a ir contra los catalanes. Montilla podrá decidir el modelo para Cataluña, pero el modelo para España lo decide Rodríguez Zapatero, y yo no me voy a quedar quieto ante una situación como ésta, no porque yo vaya contra Cataluña, sino porque es Zapatero quien tiene que resolver el problema y cumplir con el actual sistema de financiación. Si esto no es así, habrá más de una región, y no únicamente las del PP, que se una para reivindicar lo que corresponde.
 
Bueno, aunque Chaves a lo mejor dice que no le hace falta dinero a Andalucía, como ya ha dicho que no le hace falta ni una gota de agua...
 
R: Eso que se lo diga a los almerienses. Andalucía recibe una buena financiación vía presupuestos del Estado, de lo cual estoy enormemente satisfecho porque yo soy español antes que murciano, y me alegro de que una región vaya bien. Chaves dispondrá de recursos que se le facilitan desde el Estado, y bienvenidos sean. Encantado de la vida. Pero vuelvo a decir lo mismo: señor Zapatero, no me enfrente usted a Chaves ni a Montilla, que la Región de Murcia reclama justicia y reparto equitativo de los fondos, así que pague lo que la Ley dice que nos corresponde.
 
Martínez-Abarca: Muchas Gracias, señor presidente, por esta entrevista concedida a Libertad Digital.
 
Ramón Luis Valcárcel: Muchas gracias a Libertad Digital . Ha sido un placer.

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