L D (EFE) La visita al Ayuntamiento era la última parada de los festejos previstos por la Copa del Rey conquistada el pasado 16 de abril en Madrid y que se había aplazado hasta que el Valencia hubiese certificado la permanencia en la Liga. A pesar de que la alcaldesa, Rita Barberá, lo solicitó hasta en cuatro ocasiones, la negativa por parte de la comitiva a salir al balcón derivó una sonora protesta de los seguidores allí congregados.
"Quiero pediros un favor, que salgáis al balcón para mostrar la Copa a la afición. Ellos mueren por vosotros, sufren por vosotros, porque movéis sentimiento", dijo Barberá en su alocución, y aunque volvió a insistir con posterioridad, la comitiva rehusó atender a su petición. "Jugadores mercenarios", "Menos millones y más cojones" y "No tenéis huevos" fueron algunos de los cánticos más repetidos durante quince minutos por los seguidores, que se acentuaron cuando la plantilla y el consejo de administración abandonaron por la puerta principal el edificio para dirigirse al autobús.
Antes de esta visita al Ayuntamiento, y con diez minutos de retraso sobre el horario previsto, la plantilla del Valencia, encabezada por el consejo de administración y con las ausencia de Santi Cañizares, David Albelda y Miguel Ángel Angulo, llegó a la plaza de la Virgen, donde cerca de 300 personas formaban un pasillo que conducía a las puertas de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad. Los capitanes Rubén Baraja y Carlos Marchena portaban la Copa del Rey y pudieron escuchar algunos gritos de "campeones, campeones" de los escasos aficionados que acudieron a la plaza identificados con banderas y camisetas del equipo.
Dentro del templo, el obispo auxiliar de Valencia Salvador Giménez interrumpió la celebración de la misa que allí se celebraba para recibir al campeón del Copa del Rey, cuyos capitanes subieron el trofeo al altar mayor. El obispo agradeció la visita del Valencia a la Virgen María y felicitó al club valencianista por este logro. Tras la Salve que entonaron los fieles congregados en la basílica, la plantilla cruzó de nuevo la plaza para dirigirse al Palau de la Generalitat, donde el president Francisco Camps les esperaba a la puerta ante la mirada de numerosos valencianistas que se habían citado en este punto.
Camps se felicitó por recibir "un trofeo más para la Comunidad Valenciana" y, tras repasar el palmarés del club de Mestalla, destacó la etapa prolífica en títulos de la última década que cierra esta Copa del Rey. "Esta plantilla, este cuerpo técnico y esta directiva forman parte de un ciclo que empezó en 1999. Han sido los nueve años más fructíferos de la historia del Valencia", dijo Camps, que estuvo acompañados por su tres hijos. Agustín Morera, presidente del Valencia, tomó la palabra y recalcó "el sufrimiento y dolor que han vivido los jugadores" durante la temporada y agradeció el "cariño" que la Generalitat presta al Valencia. "Este es un día feliz para el valencianismo porque venimos a ofrecer este éxito al primero de los valencianos y a la institución que representa", dijo Morera.
Baraja entregó a Camps una réplica en miniatura del trofeo conquistado el pasado 16 de abril y Marchena le regaló la camiseta con la que el equipo disputó la final de la Copa firmada por la plantilla y con la inscripción "F.Camps" a la espalda. Luego la comitiva acudió al Ayuntamiento de Valencia, donde les esperaba Barberá, quien, antes de la polémica, destacó la "humildad" del club por aplazar las celebraciones, a la vez que le pidió un compromiso de "ilusión, empeño y empuje".
"Quiero pediros un favor, que salgáis al balcón para mostrar la Copa a la afición. Ellos mueren por vosotros, sufren por vosotros, porque movéis sentimiento", dijo Barberá en su alocución, y aunque volvió a insistir con posterioridad, la comitiva rehusó atender a su petición. "Jugadores mercenarios", "Menos millones y más cojones" y "No tenéis huevos" fueron algunos de los cánticos más repetidos durante quince minutos por los seguidores, que se acentuaron cuando la plantilla y el consejo de administración abandonaron por la puerta principal el edificio para dirigirse al autobús.
Antes de esta visita al Ayuntamiento, y con diez minutos de retraso sobre el horario previsto, la plantilla del Valencia, encabezada por el consejo de administración y con las ausencia de Santi Cañizares, David Albelda y Miguel Ángel Angulo, llegó a la plaza de la Virgen, donde cerca de 300 personas formaban un pasillo que conducía a las puertas de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad. Los capitanes Rubén Baraja y Carlos Marchena portaban la Copa del Rey y pudieron escuchar algunos gritos de "campeones, campeones" de los escasos aficionados que acudieron a la plaza identificados con banderas y camisetas del equipo.
Dentro del templo, el obispo auxiliar de Valencia Salvador Giménez interrumpió la celebración de la misa que allí se celebraba para recibir al campeón del Copa del Rey, cuyos capitanes subieron el trofeo al altar mayor. El obispo agradeció la visita del Valencia a la Virgen María y felicitó al club valencianista por este logro. Tras la Salve que entonaron los fieles congregados en la basílica, la plantilla cruzó de nuevo la plaza para dirigirse al Palau de la Generalitat, donde el president Francisco Camps les esperaba a la puerta ante la mirada de numerosos valencianistas que se habían citado en este punto.
Camps se felicitó por recibir "un trofeo más para la Comunidad Valenciana" y, tras repasar el palmarés del club de Mestalla, destacó la etapa prolífica en títulos de la última década que cierra esta Copa del Rey. "Esta plantilla, este cuerpo técnico y esta directiva forman parte de un ciclo que empezó en 1999. Han sido los nueve años más fructíferos de la historia del Valencia", dijo Camps, que estuvo acompañados por su tres hijos. Agustín Morera, presidente del Valencia, tomó la palabra y recalcó "el sufrimiento y dolor que han vivido los jugadores" durante la temporada y agradeció el "cariño" que la Generalitat presta al Valencia. "Este es un día feliz para el valencianismo porque venimos a ofrecer este éxito al primero de los valencianos y a la institución que representa", dijo Morera.
Baraja entregó a Camps una réplica en miniatura del trofeo conquistado el pasado 16 de abril y Marchena le regaló la camiseta con la que el equipo disputó la final de la Copa firmada por la plantilla y con la inscripción "F.Camps" a la espalda. Luego la comitiva acudió al Ayuntamiento de Valencia, donde les esperaba Barberá, quien, antes de la polémica, destacó la "humildad" del club por aplazar las celebraciones, a la vez que le pidió un compromiso de "ilusión, empeño y empuje".