L D (Europa Press) Estos tres terroristas estarían al frente de todas las innovaciones en los artefactos colocados por ETA tras el final del alto el fuego, desde la recuperación del hexógeno para ampliar el efecto devastador de la bomba de la T-4, hasta la confección de amonitol, una sustancia con alto poder destructivo a base de nitrato de amonio, polvo de aluminio y nitrometano. Dos mil litros de éste último componente fueron robados por la banda en Francia en octubre pasado y la banda ya lo ha utilizado en el atentado contra la Casa del Pueblo de Elgoibar y probablemente en el coche-bomba contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja), además de formar parte de los 35 kilos de amonitol cargados en un barril de cerveza encontrados en Getxo el 31 de enero.
El atentado del pasado miércoles en Legutiano (Alava) certificó la recuperación de ETA del golpe recibido en Cahors el 1 de septiembre de 2007, cuando fue detenido el principal responsable en la confección de explosivos hasta ese momento, Luis Ignacio Iruretagoyena, 'Suni'. La organización terrorista aún cuenta con etarras especializados en la fabricación de bombas, como el ingeniero en Telecomunicaciones Tomás Elgorriaga Kuntze o Eneko Gogeaskoetxea Arronategi, presunto asesino de un ertzaina a las puertas del Museo Guggenheim en 1997, informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
El coche-bomba aparcado por ETA frente a la delegación de Defensa en Logroño el 10 de septiembre pasado constató que la banda disponía de otras fábricas de explosivos, además de la desarticulada por la Guardia Civil en Cahors el 1 de septiembre. La bomba de Logroño había sido montada al menos dos días después de la detención de 'Suni' y otros tres destacados etarras, ya que el Ford Fiesta aparcado en la capital riojana con 61 kilos de explosivo fue robado el 3 de septiembre en Francia.
Elgorriaga fue concejal de HB en Hondarribia entre 1991 y 1995, y se atribuye su pertenencia a ETA desde hace 20 años, además de participar en la confección del manual del terrorista. Fue, además, detenido por formar parte del grupo “Araba”. Por su parte, Gogeaskoetxea fue el ingeniero electrónico de ETA durante los noventa, y es uno de los terroristas más buscados por todos los cuerpos de seguridad. Mató a tiros al hertziana Txema Aguirre en 1997 al descubrirle éste colocando un artefacto en un macetero del Museo Guggenheim en Bilbao, llegando a robar hasta tres coches a punta de pistola en su huida del lugar de los hechos.