L D (Agencias) Joseba Elosúa, hijo del propietario del establecimiento, compareció durante casi media hora ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 para señalar que su padre le entregó delante de todos los clientes del bar el boletín interno de ETA y que éste lo sacó del local oculto en el interior de un ejemplar del diario Berria, informaron fuentes jurídicas.
El abogado defensor de Agirre, Ibon Gainza, explicó que el zutabe que Agirre habría sacado del bar "Faisán" era el número 110, el primero que la banda terrorista ETA publicó después de que el 22 de marzo de 2006 decretara un alto el fuego permanente que interrumpió catorce meses después.
Este hecho avalaría la tesis que ayer lunes defendieron ante Garzón los dirigentes del PNV Íñigo Urkullu, Xabier Arzalluz y Joseba Egibar, que negaron que Agirre hubiera mediado nunca en el pago de la extorsión a los empresarios vascos y aseguraron que su labor consistía en informar al partido de los movimientos que realizaba la banda.
Los indicios que existen contra Agirre y por los que el juez Fernando Grande-Marlaska le imputó en junio de 2006 consisten en una serie de imágenes grabadas en las inmediaciones del bar "Faisán" en las que aparecía ocultando un bulto bajo su ropa. La policía también cuenta con conversaciones telefónicas en las que supuestamente hablaba de la entrega de una serie de botellas de vino, lo que, según los expertos en la lucha antiterrorista, podría ser una comunicación en clave sobre un pago de 54.000 euros.
Testimonio de otro empresario
Elosúa compareció en la Audiencia Nacional como testigo de la defensa de Agirre, que solicitó al magistrado que archive su imputación por un presunto delito de colaboración con ETA en la causa que investiga contra la red de extorsión de la banda terrorista y que le retire la situación de libertad bajo fianza de 12.000 euros en que se encuentra.
Ante el juez Garzón también compareció un empresario vasco extorsionado por ETA que trasladó el mismo mensaje que el resto de industriales que han declarado como testigos: que se dirigieron a Agirre para verificar la veracidad de las cartas de extorsión y que éste les recomendó que no pagaran y que pusieran su caso en manos del Departamento de Interior del Gobierno vasco.