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Berasategui pide "autocrítica" con la misma "humildad de cuando no nos conocía nadie"

 

 
L D (Efe) El cocinero vasco Martín Berasategui lamentó este martes la polémica suscitada entre algunos de sus colegas e hizo un llamamiento a la reflexión y "la autocrítica" desde una posición de "humildad". "Tenemos que ser reflexivos a la hora de hacer autocrítica de por qué ha pasado todo esto".
 
El restaurador catalán Santi Santamaría dijo que "no está solo" en sus denuncias del uso de aditivos en la alta cocina, que "tienen consecuencias indeseables aunque no sean tóxicos", y aseguró que la industria química entra en los restaurantes de la mano de Ferrán Adriá.

Martín Berasategui, que eludió en todo momento pronunciar nombres, consideró que éste es "un país libre en el que todo el mundo puede decir lo que piensa", por lo que aclaró de antemano su total "respeto a lo que diga cada uno".

El reputado chef donostiarra quiso precisar que, desde su punto de vista, "el laboratorio", al menos en sus restaurantes, está "en los proveedores: pescadores, agricultores, ganaderos, buscadores de setas..." y en "la naturaleza".

Por todo ello, afirmó que el colectivo que integran los cocineros de alto nivel debe hacer autocrítica y ser reflexivo. "Tenemos que ser gente con humildad –señaló–, con la misma humildad que cuando no nos conocía nadie y debemos juntarnos todos".

Berasategui defendió la necesidad de unir "fuerzas", habida cuenta de que "este país es visto y valorado por toda la crítica gastronómica del mundo". "Tenemos que dejarnos de hablar de personas –insistió– y hablar más del éxito del equipo de la cocina de la comunidad vasca, de Cataluña, de Galicia, de las Islas, de Andalucía ... y muchas más regiones. Todo eso es lo que nos ayudará a ser consecuentes con un trabajo muy importante que se ha hecho".

Pero Martín Berasategui fue más allá al afirmar: "En el momento en que nos demos cuenta de que estamos vendiendo una parte de la cultura que hace un país, veremos que ocupamos una posición importante y que no podemos ser anarquía independiente".

Recalcó, no obstante, que el empuje debe ser "conjunto" y ha de hacerse desde "el respeto de unos cocineros a otros", "cada uno con su personalidad", porque "aquí unos no son Juana de Arco y otros el demonio" dado que "hay gente que le quitas la túnica y tiene más veneno que nadie".

En definitiva, lo que defendió Berasategui es "una familia de cocineros" y para lograrlo dio una receta: "Tenemos que dejar de hablar tanto de 'yo' y mucho más de 'nosotros' porque el éxito de la cocina está siempre en el trabajo en equipo".

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