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El alza de los precios industriales hundirá los beneficios de las empresas

El Índice de Precios Industriales (IPRI), publicado el pasado lunes, registró una aumento interanual del 7,2 por ciento, frente al 6,9 por ciento del pasado mes de marzo. Dicho indicador, no sólo adelanta una segunda oleada inflacionista en el segundo semestre de 2008, sino que, además, perjudica directamente al conjunto de las pequeñas y medianas empresas. La crisis económica y crediticia, junto a la caída del consumo, dificultan la posibilidad de repercutir estos costes en los precios de venta de los productos. El resultado no puede ser más perjudicial: Los márgenes empresariales (beneficios) se estrechan cada vez más.

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El Índice de Precios Industriales (IPRI), publicado el pasado lunes, registró una aumento interanual del 7,2 por ciento, frente al 6,9 por ciento del pasado mes de marzo. Dicho indicador, no sólo adelanta una segunda oleada inflacionista en el segundo semestre de 2008, sino que, además, perjudica directamente al conjunto de las pequeñas y medianas empresas. La crisis económica y crediticia, junto a la caída del consumo, dificultan la posibilidad de repercutir estos costes en los precios de venta de los productos. El resultado no puede ser más perjudicial: Los márgenes empresariales (beneficios) se estrechan cada vez más.
LD (M. Llamas) Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios industriales (IPRI) aumentaron en abril un 0,8 por ciento respecto a marzo y un 7,2 por ciento respecto al mismo mes del ejercicio anterior. A primera vista, el creciente encarecimiento de este tipo de productos adelanta una segunda oleada inflacionista en lo que resta de año, ya que el aumento de precios se acabará trasladando, tarde o temprano, a lo bienes de consumo.
 
Sin embargo, la crisis hacia la que avanza la economía nacional agrava aún más los ya de por sí perjudiciales efectos que conlleva el alza de precios industriales. El débil crecimiento del PIB, junto al desplome del consumo nacional y la restricción del crédito, dificultan, en gran medida, la posibilidad de que las empresas logren repercutir, en su totalidad, dichos costes en el precio de venta de sus productos.
 
De este modo, la combinación actual decostes de producción crecientes e ingresos estancados” avanza, en realidad, el “hundimiento de los márgenes empresariales”, según el Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (OCE).
 
Históricamente, los periodos en los que la inflación (IPC) crece por encima del IPRI el “margen de beneficios de los minoristas se expande”. Sin embargo, cuando el IPRI crece por encima del IPC (momento actual), sucede justo lo contrario: Los ingresos de las pequeñas y medianas empresas (pymes) se reducen.
 
En la actualidad, el diferencial entre ambos indicadores ha alcanzado su valor máximo desde la última crisis económica de mediados de los años 90. De hecho, “desde mediados de 2004 el margen minorista no aumenta”, advierte este organismo. Sin embargo, el reciente y progresivo incremento de los precios industriales amenaza con estrecharlo aún más.
 
Evolución del IPC e IPRI entre 1996 y 2008
 
 
 
”Durante años el margen empresarial ha estado creciendo, pero desde 2004 está decayendo”, explica el Observatorio. De hecho, “abril de 2008 es el mes en que más han empeorado los márgenes minoristas en los últimos 12 años”. Ante esto, según el OCE, “todo parece indicar que el próximo índice de ventas minoristas (correspondiente a abril), será un muy mal dato”.
 
Además, el IPC no es representativo del alza de los precios. “La inflación es la pérdida de valor de la moneda que, generalmente, trae como consecuencia una subida de precios”, pero no siempre es así, indica el OCE. El problema es que el IPC “sólo se fija en un sector diminuto de bienes de la economía (los bienes de consumo), pero no toma en cuenta el valor de los activos de esa misma economía”.
 
Inflación oficial no es igual a inflación "real"
 
Así, por ejemplo, “los precios de la vivienda en España entre 1998 y 2007 se han multiplicado prácticamente por 3 (un 174 por ciento)”. Sin embargo, durante ese mismo periodo, “el IPC sólo ha registrado un incremento del 35,6 por ciento”, añade.
 
Por ello, tales datos no son, necesariamente, “representativos” del alza de precios que, en general, han registrado múltiples productos. Así, un cálculo alternativo del IPC, en base al precio de los productos de consumo más habitual (tales como pan, leche, electricidad o combustible, entre oros), y descartando la mayoría de los que actualmente se usan para el cálculo oficial, entre ellos por ejemplo, el precio de las flores, operaciones de cirugía estética, o joyas, tal y como recoge IPC Real, muestra que la inflación en marzo alcanzó el 8,34 por ciento interanual.
 
Es decir, casi el doble de la tasa oficial, situada en el 4,2 por ciento del pasado mes de abril, o el 4,4 por ciento que prevé Caixa Catalunya para el presente mes de mayo.
 
Sólo el precio de la leche ha aumentado un 27,8 por ciento interanual, según dicha estimación. Pese a ello, más allá del IPC, lo relevante es el “estrechamiento de los márgenes empresariales que está teniendo lugar” en España, destaca el OCE.
 
Según contempla el último boletín económico de dicha entidad, la actual coyuntura avanza un aumento de los impagos pero, al mismo tiempo, otros deudores confrontarán una “elevación de costes por encima del aumento de sus rentas (es decir, reducción de márgenes comerciales), lo que los arrastrará hacia el impago de sus propias deudas".
 
"Aquí podemos identificar a distintos perfiles de individuos: Desde empresarios que no logran repercutir por entero el coste aumentado de las materias primas a consumidores desempleados que ven caer su renta disponible”, concluyen los expertos.

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