LD (Agencias) En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, anunció que el Gobierno se gastará unos dos millones de euros en la eliminación de las llamadas bombas de racimo tras firmar el tratado internacional, ratificado este miércoles en Dublín por representantes de 109 países.
Las bombas racimo consisten en un artefacto "contenedor" que se lanza desde tierra, mar o aire, y que al abrirse durante la trayectoria deja caer en dispersión cargas explosivas. Según ciertas organizaciones no gubernamentales, entre un cinco y un treinta por ciento de las submuniciones no suelen explotar en el momento del impacto y permanecen activas durante años.
La vicepresidenta dijo que al Gobierno le satisface la firma de ese tipo de acuerdos que suponen dar prioridad, en situaciones de conflictos bélicos, a la máxima protección a la población civil y el respeto a los convenios internacionales. Además, destacó que la eliminación de las bombas racimo "refuerza" la capacidad para que los soldados en zonas de conflicto trabajen bajo una "máxima seguridad".
La número dos de Rodiguez Zapatero obvia con estas palabras el hecho fundamental de que las grandes potencias internacionales como Estados Unidos y Rusia e importantes países emergentes, China, India o Pakistán no han firmado el tratado internacional sobre este tipo de armamento con lo que por lo pronto la erradicación de las bombas no será total, ni mucho menos.
María Teresa Fernández de la Vega explicó no obstante que el Ministerio de Defensa está preparando informes sobre el alcance de la prohibición en el marco de la industria militar española. Destacó que las normativas del tratado se incluirán en la Ley española de Control de Armas. "Hay ocho años de plazo para aplicar el tratado, espero que no tengamos que agotarlo", indicó.
Cuatro contratos
Según ha informado la agencia de noticias Europa Press, en la pasada legislatura, el Gobierno socialista se gastó 3,18 millones de euros en la adquisición y mantenimiento de las bombas de racimo.
El tratado "prohíbe, bajo cualquier circunstancia, el uso, desarrollo, fabricación, adquisición y almacenamiento" de las bombas de racimo, al tiempo que refuerza la asistencia a las víctimas, la mayoría civiles.
Precisamente, este viernes el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Michael Martín, entregó a los representantes del Gobierno noruego una copia del nuevo tratado, que será ratificado por los países firmantes en una ceremonia que se celebrará en Oslo el próximo día 2 de diciembre.