Menú

"Operación Jaque": rescatados sin un tiro

Un intenso y largo trabajo de inteligencia del Ejército de Colombia permitió que este miércoles se pudiera poner en marcha la "Operación Jaque". Sin disparar una sola bala, catorce rehenes fueron liberados, entre ellos Ingrid Betancourt y tres estadounidenses. La orden de reagrupar para su traslado en helicóptero a los secuestrados para trasladarlos y cumplir un falso acuerdo humanitario, partió de un soldado de élite infiltrado en el mismísimo corazón de las terroristas FARC.

Un intenso y largo trabajo de inteligencia del Ejército de Colombia permitió que este miércoles se pudiera poner en marcha la "Operación Jaque". Sin disparar una sola bala, catorce rehenes fueron liberados, entre ellos Ingrid Betancourt y tres estadounidenses. La orden de reagrupar para su traslado en helicóptero a los secuestrados para trasladarlos y cumplir un falso acuerdo humanitario, partió de un soldado de élite infiltrado en el mismísimo corazón de las terroristas FARC.
LD (Agencias) Sin pegar un solo tiro, en veintidós minutos y trece segundos, miembros de las fuerzas especiales del Ejército de Colombia lograron rescatar a quince personas (doce colombianos y tres estadounidenses) que durante años permanecieron secuestrados por las terroristas FARC. Planeada durante años bajo el más estricto de los secretos, la "Operación Jaque" fue coordinada por los servicios de inteligencia militar basada en un falso acuerdo humanitario. Con trabajo de campo, soldados de élite lograron infiltrarse en la mismísima cúpula criminal y ganar la confianza de varios mandos medios.
 
El día y a la hora convenida, uno de los falsos "guerrilleros" que libremente se movía en el grupo encargado de custodiar a los quince rehenes, ordenó a los terroristas: "Hay que trasladar a los rehenes a la zona donde está Alfonso Cano", nuevo jefe de las FARC tras la muerte de Pedro Antonio Marín, alias "Tirofijo". Ninguno de los siete miembros del "secretariado" de la organización criminal sospechó.
 
Sube un poco
 
Los quince rehenes estaban divididos en tres grupos diseminados por amplias áreas limítrofes entre los departamentos selváticos de Guaviare y Vaupés. Los engañados carceleros los reunieron en un paraje del río Apaporis, a unos setenta kilómetros hacia el sur de la ciudad de San José del Guaviare, capital regional. Allí esperaron varios minutos hasta la llegada de un helicóptero.
 
Esposados, los rehenes estaban convencidos de que serían trasladados a otro campamento de las FARC cuando en el cielo vieron aparecer un helicóptero MI-17, similar al que utilizó el Gobierno de Venezuela para liberar a comienzos de 2007 a varios secuestrados, entre ellos Clara Rojas, compañera de cautiverio de Ingrid Betancourt. La tripulación vestía camisetas con la imagen del Che Guevara.
 
El ministro de Defensa Juan Manuel Santos relató en una conferencia de prensa la segunda fase de la "Operación Jaque": "Teníamos  un infiltrado que le dijo al `comandante César´ que se subiera un poco (al helicóptero) para darle más confianza, para que sintieran que la operación era válida y genuina". Los terroristas se percataron de que todo era falso cuando estaban inmovilizados por los agentes secretos. En tierra, el resto de los miembros de las FARC que acompañaban al grupo regresaban a sus campamentos.
 
Otro traslado
 
En la conferencia de prensa que ofreció en Bogotá, Ingrid Betancourt narró: "Una hora antes de que llegaran los helicópteros, el `comandante Asprilla´ habló conmigo y me dijo que todos íbamos a subir en un helicóptero, que nos iban a llevar no sabían ellos a dónde, pero era para hablar con un jefe, con un mando. Yo le pregunté si era con Alfonso Cano o con el `Mono Jojoy´, y me dijo que probablemente; que ellos no tenían el detalle pero que era alguien muy importante y que de ahí nos trasladaban a algún sitio para tenernos en una situación de cautiverio mejor. Ahí se nos rompió el corazón porque más cautiverio, otro traslado, perder las esperanzas de una liberación".
 
Al llegar los aparatos, recuerda, "nos dijeron que teníamos que subir esposados. Eso fue muy humillante... Cerraron las puertas del helicóptero, tomó vuelo, y de pronto hubo algo que sucedió, no me di cuenta bien qué era. De pronto vi al comandante que durante cuatro años estuvo al mando de nosotros, que tantas veces fue tan cruel, tan humillante y tan déspota, lo vi en el suelo, en peloto (desnudo), los ojos vendados. No crean que sentí felicidad, sentí mucha lástima. Pero le di gracias a Dios..."
 
Perfecto engaño
 
El comandante del Ejército colombiano, general Mario Montoya, relató el rescate durante una conferencia de prensa en la Casa de Nariño, junto al presidente Álvaro Uribe. La operación, en la que participaron cuatro tripulantes de helicópteros y un comando de élite formado por ocho hombres y una mujer –todo desarmados–, fue seguida minuto a minuto desde Bogotá por la cúpula militar. En los últimos tres días, los soldados infiltrados en los grupos de terroristas que custodiaban a los rehenes lograron convencer de que se intercambiaban mensajes y que "estaban hablando entre ellos mismos". Se decidió juntar a los tres grupos, distantes a unos cincuenta kilómetros y después moverlos hacia el norte, unos 150 kilómetros.
 
A través de las comunicaciones infiltradas, mencionó Montoya, "dimos la orden (a los jefes terroristas que los custodiaban) de que los alistaran porque una misión internacional los iba a visitar". Después, continuó, "lanzamos la orden (haciéndoles creer que provenía de la cúpula de las FARC) de que ahora lo que vamos a hacer es trasladarlos de un punto a otro y van a ir dos de ustedes". Para la misión, mencionó, "teníamos dos helicópteros porque sabíamos que era un número de 25 ó 26 personas" los secuestrados reunidos.
 
Antes de que el helicóptero tomase tierra, sabiendo que "nos escuchaban" se utilizaron claves con distintos significados, y una vez en tierra "los embarcamos rápidamente" mientras en "la inmediación había unos sesenta guerrilleros". Otro detalle que precisó el comandante del Ejército es que tuvieron que persuadir, ya en el helicóptero, a los dos terroristas, "César" y "Gafas", de que entregasen las pistolas que portaban con el argumento de que era una misión internacional.
 
El jefe de la "Operación Jaque" gritó a los rehenes: "Somos el Ejército Nacional, están en libertad" .

Temas

En Internacional

    0
    comentarios