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Un transexual denuncia su rechazo en el Ejército por carecer de órganos sexuales

El transexual que ha sido declarado no apto por el Ejército por carecer de órganos sexuales masculinos ha asegurado sentir una "vergüenza muy grande" por el trato "vejatorio" recibido por algunos mandos militares durante los reconocimientos médicos que sirvieron como prueba para su rechazo.

L D (EFE) En declaraciones a Efe, el aspirante -que prefiere que se le llame Aitor, su nombre de pila, para permanecer en el anonimato- ha calificado como "una discriminación total" la decisión tomada por el Ejército, que tiene en su reglamento un artículo por el que se le exige a los varones que tengan órganos sexuales.

La historia se remonta a febrero de 2007, cuando Aitor, que nació mujer y se encuentra en la lista de espera para la operación de cambio de sexo, se presentó a las pruebas para acceder al Ejército, para lo cual preparó todos los documentos -DNI, título académico, Seguridad Social y partida de nacimiento- para que tuvieran el nombre cambiado y así "no tener problemas".

En el primer reconocimiento, el 9 de febrero del pasado año, una doctora del centro de reclutamiento de Córdoba le pidió que elaborara un test, en el que confirmó que se había hecho "una masectomía para una reasignación de sexo" pero que aún restaba la operación definitiva, por lo que después de consultarlo con su superior "me declararon no apto por la falta total de pene y ausencia de testículos".

La decisión fue recurrida por el aspirante y acudió a un tribunal médico en San Fernando (Cádiz), donde un coronel, según ha asegurado, le llamó a su despacho y le espetó: "Bájate los pantalones y dime por dónde meas".

Tras enviarle una carta en la que le comunicaban la confirmación del rechazo por la misma razón, Aitor decidió presentar un recurso de alzada ante la Subsecretaría de Defensa, que aún no se ha resuelto.

"Cuando me dijeron que no era apto no daba crédito a lo que estaba oyendo, no sabía qué decir, ni qué hacer", ha asegurado Aitor, quien ha insistido en que, en ese momento, sintió "una vergüenza tan grande no porque fuera transexual, sino por la forma vejatoria" con la que le trataron.

En la actualidad tiene 28 años, edad límite del Ejército para el proceso de admisión, por lo que, mientras que le llaman para operarse -se encuentra en lista de espera desde hace casi tres años- traspasará esa barrera.

"Si no me dejan optar a mi puesto de trabajo por la edad, por lo menos pido que me paguen los daños psicológicos causados", ha reclamado el aspirante, quien ha denunciado que no tener órganos sexuales masculinos "no impide desempeñar mi trabajo en el Ejército con normalidad".

Mientras que el proceso que aún está abierto concluye, Aitor ha pedido que esta situación por la que ha atravesado él "no le vuelva a pasar a nadie más".

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