(Libertad Digital) Los populares vascos se encuentran desconcertados ante la deriva ideológica que tomó el partido tras la derrota en la elecciones del pasado 9 de marzo, exactamente, desde que Mariano Rajoy decidió cambiar el discurso de valores que había mantenido el partido y más aún desde que Génova demitió a través de una filtración a María San Gil.
Éste último hecho ha creado un amplio malestar en buena parte del PP vasco, según destacaron este miércoles a Libertad Digital fuentes populares, sobre todo por la connivencia que muchos líderes del propio PP vasco han tenido a la hora de expulsar a San Gil y elegir al candidato a la sucesión: Antonio Basagoiti. Estas fuentes señalan que muchos de los cargos del partido (miembros de ejecutivas provinciales, comités de dirección, cargos públicos y cargos orgánicos) se encuentran atónitos y desorientados ante el futuro que aguarda al propio partido porque no terminan de creerse que la nueva dirección vasca y Génova quieren impulsar un acercamiento a los nacionalistas cambiando el discurso también en la propia comunidad vasca. Es más, albergan la esperanza de que ideológicamente todo sigua igual tras la marcha de San Gil, por lo que están esperando con ansias la celebración del congreso regional, que tendrá lugar este fin de semana, para ver qué pasa definitivamente.
A ese grupo, según estas mismas fuentes, se une otro numeroso grupo que se encuentra enfadado por las formas con las que se están llevando a cabo los cambios en el partido. Algunos de ellos, se están planteando su propio futuro dentro de la organización, nos saben si abandonar el partido o quedarse dentro de él e intentar medir sus fuerzas con los oficialistas en los congresos provinciales que tendrán lugar tras el regional. Aunque también los hay que tienen claro que no dejarán de censurar la deriva ideológica del partido, pese a que ello les pueda costar la expulsión, ya que creen que la defensa de valores como la nación española, la libertad, la democracia y la denuncia de la connivencia de los partidos nacionalistas con ETA es la que aporta votos al partido en la región.
El malestar está muy acentuado en Guipúzcoa, donde la presidenta regional, María José Usandizaga, apoyo inicialmente a San Gil para darle la espalda posteriormente y no permitir al partido ni opinar sobre la designación de Basagoiti como sucesor de la todavía presidenta del PP vasco. Precisamente, fue en este territorio donde este miércoles dimitieron tres cargos del partido en solidaridad con María San Gil.
Carmen Rubio, edil en San Sebastián
El primero de los abandonos se hizo público a última hora de la mañana. En una carta titulada "Gracias María", María del Carmen Rubio desgranó las razones de su dimisión. "María, no quiero y no puedo dejarte sola. He estado durante tu liderazgo, luchado a tu lado por mis ideales y en defensa de los principios que comparto contigo, y que son la idea de España como una gran nación, la familia, la libertad y la justicia. Pero sin complejos y con mayúsculas. Sin cambiar el discurso porque ya estábamos en el centro y sin pedir perdón por ser coherentes y firmes", destacó la concejal. Precisó, por ello, que no le "resulta fácil formar parte de otro equipo", el que "ha triturado" a San Gil. "El que va de simpático, porque la política no es eso. Por eso lo dejo", indicó.
Carmen Rubio, de 62 años, vinculada a la UCD en la transición, posteriormente al Partido de la Democracia Cristiana (PDP) y al PP desde sus inicios en 1989, donde ocupó cargos internos hasta que se incorporó al proyecto de María San Gil en el ayuntamiento de San Sebastián, denunció en su misiva lo ocurrido el pasado 19 de mayo en la Junta Directiva Regional en la que la entonces presidenta de los populares vascos reiteró su "quiebra de confianza" en Mariano Rajoy. "Los reunió, habló claro como siempre hizo, pero por lo visto los pobres no entendían nada o no quisieron entenderle. Fue kafkiano. No cabe más bajeza ni cinismo más feroz", apuntó.
La concejal denunció además "la envidia y la ambición" que rodeaban a la ex líder popular y pone de relieve que "la ponencia política fue la excusa" y que a partir de ahí "empezaron las mentiras, las descalificaciones, las alusiones a la enfermedad que llevó con tanta valentía...¡Incluso intentaron hacerla pasar por una caricatura del franquismo! ¡A una luchadora por las libertades como ella!".
Rubio ensalzó las decisiones adoptadas por San Gil de no presentarse a la reelección y abandonar la política por "ser fiel a sus creencias" y por no querer "venderse" a pesar de que "la carrera política que le esperaba era brillante". Además, agradeció a San Gil esta "lección de coherencia, honradez y generosidad" así como el ser "tan persona" que ni contesta "a las provocaciones. Algunos, los que más cerca tenías, por la noche sentirán vergüenza", concluye la carta.
Pedro Altuna, miembro de la Ejecutiva
A primera hora de la tarde, llegaba el segundo de los abandonos, el de Pedro Altuna, miembro de la Ejecutiva del PP de Guipúzcoa. Una dimisión que llegó también por carta tras llevarlo meditando durante semanas, pero que, según confirmaron a Libertad Digital fuentes populares, se precipitó después de que leyese la carta de Rubio. Eso sí, antes de hacer pública su renuncia se lo comunicó telefónicamente a Usandizaga.
En su misiva, Altuna sostenía que la política es "ingrata", ya que hay "muy pocas personas íntegras" como San Gil, Regina Otaola o Carmen Rubio, "quienes están en política para defender lo que siempre han constituido los principios del PP y no para trepar u obtener beneficios". "María, has tenido que oír y oirás palabras y verás gestos que te helarán la sangre por parte de personas de corazón de hielo a las que, debido a tu incapacidad para concebir la traición y la falsedad, considerabas tus amigos y compañeros".
Altuna lamentaba que los "leales" a San Gil sean denominados ahora "sector crítico", aunque admite que seguirá siendo "enormemente crítico con los responsables de la actual deriva a la que quieren conducir el partido". "Quienes llevamos durante años jugándonos diariamente la vida en el País Vasco por defender los principios que siempre han constituido el PP, los que durante tantos años, especialmente tú, hemos padecido persecución, incomprensión y desprecio, no lo hemos hecho para culminar esta andadura lanzando guiños a los responsables y cómplices de nuestra situación: los nacionalistas", argumentó.
Altuna consideró "incalificable" que en el PP vasco exista un sector que "por puro pragmatismo o por otro tipo de intereses" apueste por "esa ignominia".
Altuna lamentaba que los "leales" a San Gil sean denominados ahora "sector crítico", aunque admite que seguirá siendo "enormemente crítico con los responsables de la actual deriva a la que quieren conducir el partido". "Quienes llevamos durante años jugándonos diariamente la vida en el País Vasco por defender los principios que siempre han constituido el PP, los que durante tantos años, especialmente tú, hemos padecido persecución, incomprensión y desprecio, no lo hemos hecho para culminar esta andadura lanzando guiños a los responsables y cómplices de nuestra situación: los nacionalistas", argumentó.
Altuna consideró "incalificable" que en el PP vasco exista un sector que "por puro pragmatismo o por otro tipo de intereses" apueste por "esa ignominia".
Maribel Melgosa, miembro del Comité de Dirección
La tercera marcha llegó a media tarde. Era el turno de Maribel Melgosa, hasta ese momento miembro del Comité de Dirección del PP de Guipúzcoa. Al igual que sus dos compañeros lo hizo a través de una carta abierta, explica que ante "el cambio de estrategia" de su partido se ve "en la obligación moral" de acompañar a San Gil en su retirada.
"Algunos, además de entender bien sus motivos, nos sentimos orgullosos de una presidenta que, por encima de sus intereses personales, anteponía los principios y la coherencia que siempre hemos defendido en el PP del País Vasco", señaló.
Además, pone de relieve que algunos creyeron que el PP "haría piña con ella para defender con coherencia esos principios", pero "ante la falta de gratitud que han demostrado" los dirigentes de su partido "por alguien que ha dado tanto", y "sobre todo ante el cambio de estrategia política que han decidido asumir", se ve en la "obligación moral" de dimitir.
Además, pone de relieve que algunos creyeron que el PP "haría piña con ella para defender con coherencia esos principios", pero "ante la falta de gratitud que han demostrado" los dirigentes de su partido "por alguien que ha dado tanto", y "sobre todo ante el cambio de estrategia política que han decidido asumir", se ve en la "obligación moral" de dimitir.