L D (EFE) Aunque el aviso general sigue siendo que "en estos momentos, ninguna región del mundo y ningún país están a salvo de posibles actos terroristas", hay una lista negra de destinos, compuesta por Afganistán, Arabia Saudí, Argelia, Chad, República Democrática del Congo (RDC), Costa de Marfil, Eritrea, Haití, Irak, Liberia, Somalia y Yemen. Por su elevada inseguridad, Exteriores aconseja no viajar a estos sitios en ningún caso o sólo por razones personales o laborales.
Yemen pasó a formar parte de esta relación después de la muerte de siete turistas españoles el 2 de julio de 2007 en un atentado con coche bomba atribuido a un grupo vinculado a Al Qaeda.
A los sitios más peligrosos se unen otros en los que los riesgos de atentados o de delincuencia son también bastante altos. Entre ellos, están Indonesia, Nigeria, Omán, Pakistán, Zimbabue, República del Congo, Omán, Costa de Marfil, Argelia y en menor medida, otros donde es preciso extremar la cautela, como Ruanda, Líbano, Kenia e, incluso, Marruecos.
Al margen de la seguridad, Exteriores hace una pormenorizada descripción de cada destino en el apartado Recomendaciones de viaje de su página web, ya sea sobre las condiciones sanitarias o los riesgos asociados al consumo y tráfico de drogas, para así evitar sorpresas y viajar con las ideas claras.
El castigo por tráfico de drogas, por ejemplo, puede ser de hasta pena de muerte en países musulmanes como Brunei o Emiratos Árabes o de flagelación pública en Arabia Saudí.
Tras el caso de los dos españoles que estuvieron retenidos recientemente en Gambia acusados de haber hecho proposiciones sexuales a dos taxistas, también se hace hincapié en algunos países que consideran un delito la homosexualidad. Camerún está en esa lista y el consejo para parejas del mismo sexo que se desplacen allí es "no mostrar afecto en público".
Singapur es un destino tranquilo, aunque no para los fumadores, que no podrán saborear un cigarrillo en algunos lugares públicos al aire libre, como paradas de taxis o autobús, ni para los amantes de los chicles, porque no se permite la importación ni el consumo.
En caso de ir a Perú, se recuerda que está "absolutamente prohibido" sacar objetos arqueológicos o de valor histórico, y de hacerlo a Ruanda -uno de los destinos de riesgo-, las bolsas de plástico son confiscadas en el aeropuerto.
No se debe viajar a Cuba sin contratar un seguro médico y si se escoge un destino más alternativo como Letonia, el recordatorio es conocido, a la vista de los precedentes: ultrajar la bandera nacional puede costar una temporada en la cárcel.
Para China, el principal aviso es tener cuidado con los mercados de aves por el riesgo de gripe aviar y también al comer huevos y carnes avícolas y de cerdo, sobre todo crudas.
Los que prefieran irse al otro extremo del mundo han de saber que no es posible llevar ningún tipo de comida a Australia y Nueva Zelanda y los medicamentos deben estar justificados por un médico.
En otros destinos como Vanuatu, una de las islas de Oceanía perdidas en el Pacífico, el inconveniente para los que hagan submarinismo en sus aguas cristalinas es que sólo hay una cámara de descomprensión en caso de problema.
Para los que opten por zonas costeras en la orilla atlántica de Centroamérica, una advertencia tradicional: la temporada de huracanes se intensifica entre agosto y octubre.
Yemen pasó a formar parte de esta relación después de la muerte de siete turistas españoles el 2 de julio de 2007 en un atentado con coche bomba atribuido a un grupo vinculado a Al Qaeda.
A los sitios más peligrosos se unen otros en los que los riesgos de atentados o de delincuencia son también bastante altos. Entre ellos, están Indonesia, Nigeria, Omán, Pakistán, Zimbabue, República del Congo, Omán, Costa de Marfil, Argelia y en menor medida, otros donde es preciso extremar la cautela, como Ruanda, Líbano, Kenia e, incluso, Marruecos.
Al margen de la seguridad, Exteriores hace una pormenorizada descripción de cada destino en el apartado Recomendaciones de viaje de su página web, ya sea sobre las condiciones sanitarias o los riesgos asociados al consumo y tráfico de drogas, para así evitar sorpresas y viajar con las ideas claras.
El castigo por tráfico de drogas, por ejemplo, puede ser de hasta pena de muerte en países musulmanes como Brunei o Emiratos Árabes o de flagelación pública en Arabia Saudí.
Tras el caso de los dos españoles que estuvieron retenidos recientemente en Gambia acusados de haber hecho proposiciones sexuales a dos taxistas, también se hace hincapié en algunos países que consideran un delito la homosexualidad. Camerún está en esa lista y el consejo para parejas del mismo sexo que se desplacen allí es "no mostrar afecto en público".
Singapur es un destino tranquilo, aunque no para los fumadores, que no podrán saborear un cigarrillo en algunos lugares públicos al aire libre, como paradas de taxis o autobús, ni para los amantes de los chicles, porque no se permite la importación ni el consumo.
En caso de ir a Perú, se recuerda que está "absolutamente prohibido" sacar objetos arqueológicos o de valor histórico, y de hacerlo a Ruanda -uno de los destinos de riesgo-, las bolsas de plástico son confiscadas en el aeropuerto.
No se debe viajar a Cuba sin contratar un seguro médico y si se escoge un destino más alternativo como Letonia, el recordatorio es conocido, a la vista de los precedentes: ultrajar la bandera nacional puede costar una temporada en la cárcel.
Para China, el principal aviso es tener cuidado con los mercados de aves por el riesgo de gripe aviar y también al comer huevos y carnes avícolas y de cerdo, sobre todo crudas.
Los que prefieran irse al otro extremo del mundo han de saber que no es posible llevar ningún tipo de comida a Australia y Nueva Zelanda y los medicamentos deben estar justificados por un médico.
En otros destinos como Vanuatu, una de las islas de Oceanía perdidas en el Pacífico, el inconveniente para los que hagan submarinismo en sus aguas cristalinas es que sólo hay una cámara de descomprensión en caso de problema.
Para los que opten por zonas costeras en la orilla atlántica de Centroamérica, una advertencia tradicional: la temporada de huracanes se intensifica entre agosto y octubre.