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JAMÓN YORK, PASEOS Y DUCHAS CON IRATI

Lejos de la imagen de heroico resistente atado a la cama que intentó colar el corresponsal del Times en España, el etarra De Juana Chaos ha sacado un enorme rendimiento a sus dos huelgas de hambre, que le han reportado un trato de favor impensable en cualquier país civilizado para un asesino de 25 personas, que culminó con su excarcelación en marzo de 2007.

L D (R. Vilas) La que ha anunciado este miércoles será la tercera huelga de hambre del terrorista vasco. No es de extrañar que le haya cogido el gusto a los falsos ayunos tras el éxito que obtuvo en los dos anteriores. La primera de una duración de dos meses en 2006 se saldó con una rebaja de la pena solicitada por la Fiscalía en el proceso por amenazas terroristas en dos artículos de Gara. De 96 a 13 años, nada menos. Al final fue solo condenado a tres, que se cumplen este mes de agosto en el que estará en la calle.
 
El segundo y más celebre ayuno, lo iniciaba a finales de ese mismo año 2006. El etarra era excarcelado a principios de marzo de 2007. Sólo unas semanas antes el diario The Times publicaba unas imágenes del terrorista atado a la cama del hospital 12 de octubre donde había sido trasladado desde prisión. Su aspecto extremadamente delgado –el propio terrorista hacía esfuerzos por meter la tripa– pretendía impresionar a la opinión pública.
 
Pero a esas alturas los ayunos del asesino múltiple ya estaba en entredicho. Los funcionarios y médicos de la prisión de Algeciras donde pasó su primera supuesta huelga de hambre desvelaban en El Mundo un relato que nada tenía que ver con el calvario de ese hombre raquítico atado a una cama.  "Nosotros nos lo tomábamos a cachondeo", contaba un funcionario de prisiones asignado al módulo de aislamiento de la cárcel de Algeciras donde estuvo recluido. "A su huelga le llamábamos la dieta de las 500 calorías. Con leche, miel, jamón york, pan bimbo y azúcar. Incluso se llegó a hablar con la directora del centro sobre el descontrol de visitas. Su novia entraba y salía de la celda con bolsas. Mortadelo –Iñaki Etxebarría Martín– también".
 
El Mundo recordaba entonces que el terrorista irlandés Bobby Sands murió deshidratado tras 66 días en huelga de hambre. Tenía 27 años, mientras que De Juana Tiene 51. Sands era deportista, y murió postrado en la cama, debido a su extrema debilidad, mientras que Ignacio de Juana se permitía hacer flexiones en su habitación del hospital, después de 50 días de supuesto ayuno.
 
No fue este el único elemento cuestionable de lo publicado por la prestigiosa cabecera británica. ¿Cómo podía un periodista saltarse los supuestamente férreos controles de seguridad para obtener esas fotografía? El vocal del CGPJ, José Luis Requero, veía la larga mano del ministerio del Interior detrás de la entrevista, que anticipó una excarcelación que se produciría apenas tres semanas después.
 
El escándalo por la obtención de estas fotografías fue el detonante para que saliera a la luz la realidad sobre las condiciones en las que realmente estaba De Juana. El 8 de febrero de 2007, los dos principales sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Confederación Española de Policía (CEP), denunciaban que, a diferencia de otros reclusos enfermos, el etarra estaba acompañado permanentemente por su novia y que a ésta no se la había sometido a ningún cacheo en profundidad por órdenes de Interior.
 
Si en la primera falsa huelga de hambre, el etarra se dedicaba a hacer flexiones, en esta segunda compartía el ejercicio físico con su novia. Según revelaron de nuevo los sindicatos policiales, su último fin de semana en el 12 de Octubre, antes de ya ser trasladado a San Sebastián, se acostó e incluso se duchó con su novia. Para ello taparon con una sábana la ventana del baño con el fin de "impedir la visión" desde el patio y estuvieron dentro durante cuarenta minutos. Una actividad muy común en quien está al borde de la muerte por inanición.
 
Una vez confirmada su excarcelación y su traslado al hospital de San Sebastián –ingresó por la misma puerta que lo hiciera diez años antes un Miguel Ángel Blanco agonizante, una imagen que retrata como ninguna lo que supuso el "proceso de paz"– comenzaron los paseos con su novia, ahora mujer. Los primeros fueron por los alrededores del hospital y el etarra ya lucía un aspecto impensable en una persona que hubiera estado tres meses en huelga de hambre. Sólo dos semanas después de abandonar el falso ayuno, De Juana ya se iba de compras por San Sebastián.
 
Está por ver si esta última dieta también da sus frutos. En esta ocasión la situación política no juega a su favor. Ya no estamos en el "proceso de paz". Fue precisamente la ruptura de la negociación lo que motivó su regreso a la cárcel.
 

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