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Brown considera "aborrecible" el vídeo del supuesto suicidio del rehén británico

Gordon Brown, calificó de "aborrecible" el vídeo del supuesto suicidio de uno de los cinco rehenes británicos secuestrados en mayo de 2007 en Irak, y reclamó a su captores la "inmediata" puesta en libertad del instructor informático y los cuatro escoltas capturados en la sede del Ministerio de Finanzas por terroristas chiíes disfrazados de policías.

Gordon Brown, calificó de "aborrecible" el vídeo del supuesto suicidio de uno de los cinco rehenes británicos secuestrados en mayo de 2007 en Irak, y reclamó a su captores la "inmediata" puesta en libertad del instructor informático y los cuatro escoltas capturados en la sede del Ministerio de Finanzas por terroristas chiíes disfrazados de policías.
L D (Europa Press) Después de que el diario Sunday Times recogiese una grabación en la que uno de los retenidos se quitaba la vida al cumplirse un año de su cautiverio, Brown aprovechó un receso entre las entrevistas de la visita que inició a Oriente Próximo, y que continúa en Israel, para asegurar que el suceso tan sólo sirve para aumentar la "angustia" de las familias.
 
Así, las autoridades británicas mantienen que no pueden confirmar la veracidad de la grabación, si bien el propio Brown dedicó parte de su entrevista en Bagdad con el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, para evaluar la situación, al igual que con las fuerzas norteamericanas y "otros activos en Irak". "Apelo a los secuestradores a que liberen inmediatamente a quienes han sido mantenidos en cautividad", subrayó.
 
Además, avanzó que su Gobierno "trabajará con el de Irak para asegurar su puesta en libertad" y garantizó "todo lo que esté en nuestro poder para trabajar con todos aquellos que estén en una posición que pueda ayudarnos" en un caso que se atribuye al grupo terrorista islámico Chií, supuestamente ligado al clérigo radical Múqtada Al Sáder.
 
"Estos hombres han sufrido bastante", aseveró, después de que el propio Sunday Times asegurase que el intermediario que entregó el vídeo había informado de que el hombre había ya intentado quitarse la vida en dos ocasiones. Además, añadió que si el Gobierno de Reino Unido accedía a negociar con las milicias responsables del secuestro, se entregaría una prueba de muerte, si bien la familia del hombre, que respondería al nombre de Jason y que habría sido el primero en aparecer en los dos vídeos que se difundieron, ya habría sido informada de la situación la pasada semana.
 
Críticas de Miliband
 
Por su parte, el ministro de Exteriores, David Miliband, tildó de "repugnantes" las críticas en las que los supuestos captores acusaban al Ejecutivo británico de la evolución de los acontecimientos y reivindicó que Londres permanece abierto a trabajar con "cualquiera" que pueda contribuir a la liberación de los retenidos.
 
 En este sentido, durante el primer año del secuestro, el Gobierno optó por el silencio para evitar perjudicar las negociaciones, después de que la primera prueba de vida de los secuestrados no se produjese hasta el pasado mes de diciembre, cuando uno de ellos, el que supuestamente se ha suicidado, apareciese en un vídeo distribuido por la cadena de televisión de los Emiratos Árabes Unidos, Al Arabiya.
 
La grabación incluía un comunicado de los propios captores en el que amenazaban con poner fin a su vida de no producirse la retirada de las tropas británicas de Irak. Poco después, en febrero, el mismo canal, con base en Dubai, difundió una segunda grabación en la que otro de los rehenes, de nombre Peter, exigía en nombre de los captores a Gordon Brown la liberación de nueve iraquíes a cambio de los secuestrados. No obstante, hasta ahora los ultimátum parecen no haberse llevado a cabo.
 
Información restringida
 
En este contexto, el embajador de Reino Unido en Irak, Christopher Prentice, ha apelado a todos aquellos que cuenten con información a contactar con las autoridades británicas para intentar avanzar en la investigación mientras que, paralelamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha defendido que las "sensibles" conversaciones promovidas para la liberación están teniendo lugar "entre bastidores", después de que parte de las familias de los secuestrados acusasen al Gobierno de no mantenerlas plenamente informadas.
 
Hasta ahora sólo se ha confirmado el nombre de uno de los secuestrados, el experto informático Peter Moore, de Lincoln, que trabajaba para el departamento de consultoría de la compañía norteamericana Bearingpoint, mientras que los otros cuatro, empleados de una empresa de seguridad que ejercían como escoltas de Moore en su estancia en Bagdad, no han sido identificados oficialmente.
 
El caso no ha tenido una presencia destacada en los medios de comunicación británicos, en línea con otros similares acontecidos en Irak, debido a la mínima cobertura pedida por el Ministerio de Exteriores, acordada con las propias familias y por la demanda de silenciamiento exigida por los captores. En este sentido, la Foreign Office optó por evitar injerencias externas que se interpongan en las negociaciones.
 

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