LD (EFE) La tensión política en Turquía parece reducirse ante la posibilidad de que fueran convocadas elecciones anticipadas, después de que el Tribunal Constitucional rechazara por un sólo voto ilegalizar al gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) e inhabilitar al primer ministro Tayyip Erdogan y al presidente Abdullah Gül.
El primer ministro Recep Tayyip Erdogan aseguró que "con esta decisión se termina un periodo de incertidumbre" y dijo confiar en que se aproveche "para convertirlo en un momento de paz social". Y es que desde que la Fiscalía iniciara en marzo el proceso de ilegalización, Turquía ha vivido en una permanente tensión política, ante la posibilidad de que se tuvieran que convocar elecciones anticipadas.
En los últimos meses, decenas de personas –entre ellas altos mandos militares en la reserva y políticos laicos y nacionalistas– han sido detenidas y acusadas de intentar crear el caos en el país mediante atentados, para así forzar la dimisión del Gobierno de Erdogan. La tensión aumentó en los últimos días tras el atentado del pasado domingo en Estambul, que acabó con la vida de diecisiete personas e hirió a más de 150.
De los once magistrados que deliberaron sobre el caso del AKP desde el pasado lunes, seis votaron a favor de la ilegalización, cuatro por la suspensión de ayudas estatales y uno rechazó la solicitud de clausura, según informó en una rueda de prensa el presidente de la corte, Hasim Kiliç. Para haber ilegalizado al partido oficial habrían sido necesarios al menos siete de los once votos favorables de los miembros del alto tribunal.