(Libertad Digital) El vicepresidente económico, Pedro Solbes, intentará llegar a un acuerdo en el Congreso el próximo otoño con los Grupos Parlamentarios para firmar los nuevos presupuestos estatales para 2009, pero si no es posible alcanzar los apoyos necesarios se prorrogarán las cuentas actuales.
En una entrevista a RNE, Solbes rechazo el argumento de aquellos partidos que, como CiU, vinculan la negociación presupuestaria con el acuerdo para la reforma de la financiación autonómica. “Los que quieran todo al mismo tiempo lo tienen muy complicado, y si no hay acuerdo en los presupuestos siempre se pueden prorrogar los actuales”, espetó.
La amenaza nacionalista se produjo el pasado 23 de julio, cuando el portavoz adjunto de CiU en el Congreso de los Diputados, Pere Macias, rechazó apoyar la propuesta presupuestaria del Gobierno si no se aprueba primero el reparto de los fondos que plantea el Estatuto catalán.
Macias estacó que las "condiciones" de su formación para respaldar al Ejecutivo pasan por una reforma del sistema de financiación autonómica y por poner en marcha medidas "eficaces contra la crisis".
Cuentas irreales
La batalla, por tanto, está servida. Si CiU pliega velas y reorienta su argumentación se podrá llegar a un acuerdo sobre las cuentas públicas para 2009, en caso contrario, la hoja de ruta económica estará a años luz de la realidad. Ya este año las estimaciones no se van a cumplir, teniendo en cuenta que las cuentas ya presentan déficit y que el crecimiento del PIB se ha estancado.
En concreto, el último cuadro de previsiones del Gobierno apunta a un crecimiento del PIB del el próximo año del 1,6 por ciento (frente al repunte del 3,3 por ciento que establecen los presupuestos actuales) y un déficit fiscal del 0,34 por ciento del PIB (frente al superávit del 1,15 por ciento de las cuentas para 2008).
“No está el momento para grandes aplausos. La historia de las prórrogas existe aunque hay que intentar evitarlas por todos lo medios. En lo económico se puede funcionar con el presupuesto de este año, pero en lo político es más complicado, al no contar con el apoyo de la Cámara”, declaró el ministro de Economía y Hacienda.
Contención salarial
En materia de precios, Solbes admitió su preocupación por la inflación, que cerrará julio en el 5,3 por ciento, la mayor en 16 años, según el indicador adelantado que publica Bruselas. Por ello, pidió a los hogares “que se aprieten el cinturón” y que los acuerdos de negociación colectiva tengan en cuenta la inflación media anual –en lugar de la de cierre de ejercicio- para subir los salarios de acuerdo con el aumento del IPC. “Es más justo”, consideró.
No obstante, pidió a los trabajadores de empresas que pertenezcan a sectores en crisis que se planteen “si es mejor perder el empleo o que les congelen el salario”, aunque alabó el papel que tienen las cláusulas de revisión salarial para mantener el poder adquisitivo de los ciudadanos. Solbes tira la piedra y esconde la mano.
Es lo que se denomina como los “efectos de segunda vuelta”: cuando sube la inflación los salarios también se elevan en la misma cuantía, lo que aumenta los riesgos de nuevas subidas de precios”. El Banco Central Europeo pide en todos sus informes que las empresas no generen estos efectos para poder contener la inflación en el medio y largo plazo.
Más déficit en 2009
En materia de gasto público, el vicepresidente defendió entrar en déficit de las cuentas públicas cuando se produce una descaleración económica. La Ley de Estabilidad permite al Gobierno gastar más de lo que ingresa cuando el PIB crece a un ritmo inferior al 2 por ciento, eso sí, el déficit no puede superar el 0,4 por ciento del PIB.
“Se puede incurrir en déficit y haremos todo aquello que sea necesario para recuperar la actividad, mediante los estabilizadores automáticos y con actuaciones discrecionales", dijo Solbes.
De momento, en lo que va de año el Gobierno ha dilapidado el superávit con el desembolso de 10.000 millones de euros en las propuestas presentadas en la pasada campaña electoral.