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La Audiencia condena a 17 años de cárcel a los etarras que secuestraron a Delclaux

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó este jueves a los terroristas de ETA Javier Arizcurren Ruiz, alias "Kantauri" y a Dolores López Resina, alias "Lola" a una pena de 17 años y medio de cárcel cada uno por su participación en el secuestro durante 232 días en 2006 del abogado vizcaíno Cosme Delclaux.      

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó este jueves a los terroristas de ETA Javier Arizcurren Ruiz, alias "Kantauri" y a Dolores López Resina, alias "Lola" a una pena de 17 años y medio de cárcel cada uno por su participación en el secuestro durante 232 días en 2006 del abogado vizcaíno Cosme Delclaux.      
L D (Agencias) La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Julio de Diego López, considera a ambos terroristas culpables en grado de autores del secuestro por el que en su día la banda solicitó a la familia de la víctima 2.500 millones de pesetas. Por ello la Sala impone a los dos condenados que indemnicen conjunta y solidariamente al hermano del abogado, Álvaro Delclaux, con 6.010.121 euros y al propio secuestrado con 120.000 euros. Además, prohíbe a los dos terroristas acudir a la localidad de Zamudio (Vizcaya) o el lugar en el que resida Delclaux durante un periodo de diez años desde sus respectivas excarcelaciones.  
  
A la hora de dictar esta condena, la Audiencia Nacional tuvo en cuenta "la diáfana, espontánea y extensa declaración del ya condenado Francisco José Ramada Estévez al reconocer que su actividad dentro de la banda era realizar secuestros de empresarios con el fin de recaudar dinero para ETA".
  
Asimismo la sentencia hecha pública este jueves incluye como Ramada Estévez admitió que el propio "Kantauri" le propuso realizar toda la infraestructura necesaria para la realización de los secuestros entre ellos el de Cosme Delclaux y que "'Santi' y 'Tere' (Dolores López Resina) le ayudaron a realizar toda la infraestructura del zulo participando en el secuestro". El habitáculo en el que fue recluido el abogado tenía 90 centímetros de ancho, tres metros de largo y 1,94 de alto y no disponía de ventilación ni de comunicación con el exterior.
  
Otra de las pruebas aceptadas por la Audiencia Nacional a la hora de dictar su sentencia fue el informe ratificado en el plenario por los facultativos biólogos en el que coincide el perfil genético de "Lola" con el perfil genético encontrado en una capucha en el interior del zulo.
  
De la misma manera también se tuvo en cuenta las declaraciones de la también condenada por estos hechos, Sagrario Yoldi Múgica en dependencias policiales donde "reconoció haber alojado en su domicilio a los miembros liberados del comando y ejecutores del secuestro".
 
Imputación clara
  
La Sala consideró estas palabras como "una imputación clara y terminante de dos individuos de cuya verosimilitud este tribunal no duda, al resultar corroborado su conocimiento del lugar del zulo, del destino que se le iba a dar y de su intervención en el acondicionamiento, junto con los restantes miembros del comando".
  
Ambas penas de 17 años y seis meses cada una suponen una leve reducción respecto a la petición de 18 años de prisión para cada uno formulada por el fiscal durante el juicio celebrado el pasado 17 de julio en el que el propio Delclaux compareció como testigo. El abogado vizcaíno relató ante el tribunal su sufrimiento desde que el 11 de noviembre de 2006 fue abordado por dos encapuchados a la salida de su trabajo en Zamudio (Vizcaya) que lo encañonaron, lo metieron en un coche y, tras drogarlo, le llevaron al zulo.
  
Delclaux, hijo del presidente de la empresa Vidrieras de Álava (Vidrala), explicó a la Sección Segunda de lo Penal que los terroristas que lo custodiaron durante su cautiverio le anunciaron hasta en tres ocasiones en un plazo de dos meses su inminente puesta en libertad, que nunca se llegó a producir. "Que te digan que probablemente salgas y no se cumpla es una cosa bastante dura", dijo.
  
A pesar de que nunca "llegó a perder la noción del tiempo",  señaló que tuvo que soportar de forma continuada "el ruido constante de una radio no sintonizada". Cuando le pusieron en libertad, los terroristas volvieron a encapucharlo, le drogaron y le ataron a un árbol en un paraje próximo a Durango. "De la misma forma que entré, salí", explicó. El secuestro no le dejó secuelas psicológicas, aunque, según reconoció, continúa sintiéndose "amenazado" porque sigue viviendo en la comunidad vasca.
 
1.100 millones de pago
  
Durante el mismo juicio, "Kantauri" y "Lola" se limitaron a reconocer su pertenencia a ETA y se negaron a responder a las preguntas de las partes comparecientes en el juicio. "No voy a tomar parte en este circo", señaló "Kantauri". "Yo digo lo mismo que mi compañero", apostilló "Lola".
  
Durante la vista también compareció Álvaro Delclaux, hermano del secuestrado. Explicó que su familia pagó 1.100 millones de pesetas en tres pagos para conseguir su libertad, aunque la banda llegó a reclamarles 2.500. Después ETA siguió enviándoles cartas de extorsión en las que les indicaban que, si no pagaban, serían los responsables de la ruptura de la tregua que estaba vigente en ese momento.

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