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"LA LENGUA PROPIA DE CATALUÑA ES EL CATALÁN"

La Generalidad inicia una nueva ofensiva contra los negocios que aún rotulan en castellano

La ofensiva nacionalista ha intensificado su acoso a los que aún se resisten a rotular sus negocios en castellano. Según informa El Mundo, la Generalidad ha mandado cartas a los comerciantes en les exigen que utilicen "al menos" el catalán. Por ello, tras advertirles de futuras sanciones les recordaron que "la lengua propia de Cataluña es el catalán".

La ofensiva nacionalista ha intensificado su acoso a los que aún se resisten a rotular sus negocios en castellano. Según informa El Mundo, la Generalidad ha mandado cartas a los comerciantes en les exigen que utilicen "al menos" el catalán. Por ello, tras advertirles de futuras sanciones les recordaron que "la lengua propia de Cataluña es el catalán".

(Libertad Digital) La política de inmersión lingüística de la Generalidad ha intensificado su acoso contra los comerciantes barceloneses que aún se atreven a rotular en castellano. De hecho, los que regentan negocios en el barrio de Sants han recibido cartas del Agència Catalana de Consum, en las que se exige que los productos y los rótulos estén "al menos" en catalán. En un tono amenazante, este organismo del Ejecutivo que preside José Montilla, dice en la misiva que "le recordamos la necesidad de cumplir todos aquellos requisitos legales que afectan a su actividad comercial".

Esta amonestación pública se justifica en que "el incumplimiento de esta normativa constituye una infracción en materia de defensa de los consumidores y usuarios" ya que "la lengua propia de Cataluña es el catalán". En esta carta se dice además que el origen es la denuncia de un ciudadano. Sin embargo, según asegura El Mundo, los afectados se muestran escépticos y creen que es una nueva ofensiva de la Generalidad. Por su parte, entre los comerciantes de Sant comienza a crecer el miedo y se han dividido entre los que se resisten a llevar a cabo esta normativa y los que no quieren ser sancionados, por lo que ya se están informando de cuánto les podría costar cambiar la rotulación de sus negocios.

Uno de los pocos que se resiste a plegarse a los dictados nacionalistas es Germán Giménez, titular de un negocio de esta calle barcelonesa desde la década de los 50. Él ha sido de los últimos en recibir esta carta y se le ha dado un plazo de dos meses para que obedezca la normativa o sino iniciarán "las actuaciones necesarias para corregir la infracción en materia de consumo y disciplina de mercado".

Sin embargo, Giménez aseguró que no piensa mover un dedo y que está dispuesto a recurrir e ir a los tribunales "me cueste lo que me cueste". En este sentido, ha manifestado que le parece "inaudito" que se le pueda considerar delincuente por rotular su negocio en una lengua oficial en esta comunidad. "Estoy dispuesto a irme fuera de Cataluña antes de cumplir con esa normativa", ha sentenciado.


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