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Susana Criado

Cuidado con los rumores

¡Milagro! Terra lidera las ganancias del Ibex 35. La filial de Internet de Telefónica rebota más de un 11%, lo que se suma al avance del 4% que experimentó el miércoles. ¿Ha cambiado algo en Terra? Nada. Absolutamente nada. Hoy al igual que ayer, Terra es una empresa que aún no tiene beneficios y que depende en exceso de un mercado, el de la publicidad, que no atraviesa su mejor momento. Sí que es cierto que ha conseguido recortar su gastos –en un 31% en el primer trimestre del año– pero también que el 20% de sus ingresos provienen de un único cliente, Bertelsman, que en algún momento ha hecho tambalear la acción de Terra al insinuar que dejaría de gastarse ese dinero en anunciarse.

Lo que está animando a Terra en bolsa son los rumores. Aunque Telefónica los ha negado, se comenta que la operadora española podría lanzar una OPA –oferta pública de adquisición de acciones– sobre el 64% del capital de Terra que cotiza en el mercado. Se dice en los pasillos de la bolsa que Telefónica podría ofrecer 11,81 euros por cada acción de Terra, el precio que pagaron los minoristas que acudieron a la OPV. Se dice, y esto es más creíble, que Telefónica no va a soltar ni un euro, que César Alierta no está para hacer gastos sino para apretarse el cinturón, recortar inversiones y sobre todo reducir deuda. Por ello, cambiaría títulos de Terra por acciones de Telefónica. De ahí que esta misma semana Fernando Abril Martorell, consejero delegado de Telefónica, confirmara que la operadora comprará hasta un 5% de su autocartera aprovechando los bajos precios del mercado: desde el pasado dos de enero las matildes han caído más de un 45%. La operación fue recibida con satisfacción por el mercado porque se entiende que es un gesto de confianza de los gestores en la propia compañía. Sin embargo, ahora se especula con la posibilidad de que esa autocartera sea para cambiar las acciones de Telefónica por los títulos de Terra.

¿Qué grado de credibilidad le damos a estos rumores? Ninguno. Yo, sinceramente, no me los creo. Sí que es cierto que una OPA de Telefónica sobre Terra podría leerse como un movimiento estratégico defensivo, ya que su cotización se está acercando peligrosamente a su valor de caja, los 3,2 euros por acción, y esto incrementa el riesgo de una posible OPA. Pero también es cierto que Telefónica tendría mucho que perder y poco que ganar con una operación de este tipo.

Primero, sería absurdo o poco coherente que Telefónica se hiciera con el control de una empresa que no tiene beneficios. Segundo, César Alierta mandaría al mercado un mensaje de opacidad al sacar de la bolsa una empresa que aún no tiene ganancias y sí deudas y gastos, y no verse en la obligación de presentar regularmente informes, planes o beneficios sobre esa filial. Esa opacidad haría mucho daño al valor porque el momento es tremendamente delicado por la desconfianza en los gestores de la compañías, en los auditores y en los organismos supervisores que han desatado los escándalos de Worldcom, Enron, INClome o Tyco. Y en tercer lugar, no basta con que Telefónica compre un 5% de su capital de autocartera, necesitaría mucho más para hacerse con el 64% de Terra que cotiza en bolsa.

Si finalmente hay OPA sobre Terra muchos inversores, sobre todo aquellos que compraron en marzo de 2000 en zona de máximos –por encima de los 140 euros– se echarán las manos a la cabeza porque llegados a estos precios y en un acto de resignación habían colocado el cartel sobre las acciones de “inversión a largo plazo”. Otros pueden pensar que para tener acciones de Terra es tener acciones de la matriz, de Telefónica.

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