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Enrique de Diego

Siete candidatos a la secretaría del PSPV

Un total de siete militantes socialistas de la federación valenciana, la segunda por número de militantes, han anunciado su intención de presentarse a la secretaría general del PSPV, que se decidirá los días 22, 23 y 24. Se trata de José Luis Abalos, Joan Ignasi Pla, Ximo Puig, José Amador, Andrés Perelló, Josep Lluis Bresó y Francisco Baixauli. Hasta el momento, el exsecretario de organización del PSOE, Ciprià Ciscar no ha desvelado tal intención y parece esperar con sus apoyos tener la capacidad de la decisión última del Congreso si al final quedan dos candidatos en liza sin capacidad para imponerse por mayoría absoluta.

Hasta el momento parecen fracasadas dos iniciativas puestas en marcha por la dirección nacional. La primera de ellas, propiciada por el diputado por Castellón y número tres del partido, Jordi Sevilla, consistía en mimetizar el esquema de “Nueva vía” con la formación de un grupo denominado “Nuevo impulso” que presenta a Amador como candidato, pero la dirección ha terminado por no avalar este esquema y el candidato ha quedado fuera de las grandes corrientes de las familias del socialismo valenciano. La segunda fue designar un candidato oficial, respaldado por el secretario de organización, José Blanco en la persona del alcalde de Morella, Ximo Puig. Para ello se mantuvieron conversaciones con otros candidatos para promover su renuncia, pero el rechazo fue completo.

Los dos candidatos que tienen actualmente mayores posibilidades son José Luis Ábalos y Joan Ignasi Plà. El primero lideró los apoyos a José Luis Rodríguez Zapatero en el congreso nacional, y estaría respaldado por los lermistas y algunos de los denominados renovadores. Joan Ignasi Plà fue elegido secretario general en el Congreso que suspendieron Almunia y Ciscar, y cuenta con los apoyos del sector renovador y una parte de los ciscaristas.

Efecto Zapatero
Por ahora, la conflictiva federación socialista valenciana vive bajo el efecto Zapatero en un doble sentido. El hecho de que el congreso nacional se moviera en términos de sorpresa hace que algunos deseen probar suerte y ello justifica el desmesurado número de candidatos a la secretaría general que están haciendo campaña. También se ha generalizado un fervor zapaterista en el que todos se presentan como ganadores del congreso nacional. Sin embargo, los intentos de la dirección nacional de influir en el Congreso han fracasado hasta el momento con muestras de falta de una información adecuada de los resortes de una federación que ha vivido en los últimos años instalada en la crisis y sometida al intervencionismo traumático de la dirección nacional.

Tres son las familias que surcan el socialismo valenciano: lermistas, ciscaristas y renovadores, aunque los intercambios de posiciones son continuos y algunos líderes locales han sido de todo. De hecho, el proceso más visible es una exacerbación localista con auténticos reinos de taifas, en los que los líderes locales utilizan su posición hegemónica para pactar a conveniencia el peso de sus delegados. El gran fracasado en el momento de partida, Ciprià Ciscar, puede mover aún sus cartas. Aunque los abandonos en sus filas han sido notorios, todavía puede decidir el signo del Congreso si al final quedan dos candidatos, como se percibe, emparejados. Los dos mejor posicionados, Abalos y Plà, tienen el no pequeño inconveniente de estar fuera del Parlamento autonómico (el primero es concejal de Valencia y el segundo, diputado nacional) por lo que tendrían mermadas sus capacidades de hacer oposición al gobierno de Eduardo Zaplana.

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