Va a resultar que, en razón del precio que pagaron, habrá unos cuantos tipos y modalidades de propietarios de Iberia. Primero, los trabajadores que no vendan sus acciones, las mantendrán al precio bajísimo o muy elevado de haber renunciado a derechos adquiridos cuando la compañía perdía al año veinte o treinta mil millones anuales. En segundo lugar, los accionistas extranjeros, British Airways y American Airlines, son quienes más concretaron su participación, y su pago se hará exactamente en atención alprecio de venta al público en la bolsa, con ajuste diligente y preciso.
Luego están los socios de referencia. Las empresas que compraron los grandes bloques de la tarta tal vez resultarán quienes pagaron más alto precio, salvo que se divulgue una cláusula que fuerce a revisar el precio definitivo en función del precio del parqué. Y, finalmente, los inversores "de a pie", que han hallado la ventaja de un momento bursátil muy estimulante o muy provocador de miedos, según se mire, para comprar a muy bajos precios. Temiblemente bajos.
En cualquier caso, quien ha tenido que dar un respiro hondísimo de gran alivio es Pedro Ferreras, y con él Rodrigo Rato y el Gobierno en su totalidad, y el contribuyente en cada caso. Lleva una buena racha la compañía Iberia, y es de desear que la mantenga: que no choque con elevaciones de precios de carburantes, con conflictos bélicos de los que paralizan el turismo, con una plaga de secuestros aéreos de los que, asimismo, retienen a cada cual en su propia casa o a unos cuantos kilómetros de autovía.
También deberá superar la prueba del puente aéreo ferroviario a gran velocidad. El puente Madrid-Barcelona ha sido, y aún está siendo, el gran negocio de Iberia. Cuando llegue el tren Siemens-Talgo es seguro que se provocará una reestructuracíón de ese renglón de ingresos. Como está previsto y anunciado, no tendría por qué dar excesivas sorpresas...
Y deberá superar el otro gran escollo interior, llamado pilotos, demasiado a menudo "nacidos de la pata del caballo del Cid", o así, según ellos entienden, y que echa por tierra --al fango-- la excelente tarea de muchos otros profesionales que, en las últimas horas, han pasado de ser funcionarios públicos a ser trabajadores por cuenta ajena en una compañía en abierta competencia y con cielos libérrimos...

Costes y precios de Iberia
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