Algunos “responsables” políticos plantean la posibilidad de no concurrir a las próximas elecciones municipales para denunciar la falta de libertad existente en el País Vasco. Entiendo perfectamente lo que pretenden, despertar conciencias a las que sólo una medida extrema sacaría de su letargo. No obstante debo manifestar que, en mi modesta opinión, el solo hecho de contemplar si quiera esta posibilidad supondría un error de incalculables consecuencias para quienes, desde el País Vasco, trabajamos cada día para abrir paso a la libertad.
Comprendo que el hartazgo ante la situación de acoso permanente que padecemos los no nacionalistas y la indiferencia con que muchos la contemplan, pueda llevar a que algunos se planteen opciones a la desesperada. Pero ante situaciones extremas, como las que vivimos en el País Vasco, debe actuarse con la cabeza fría y no a golpe de impulsos más o menos bienintencionados.
¿Qué ganaríamos PSOE y PP con no presentarnos a las próximas elecciones municipales? ¿A quién beneficiaría nuestra ausencia? Estoy plenamente convencido de que no ganaríamos absolutamente nada, más bien al contrario. Se nos acusaría, y con razón, de arrojar la toalla. Sería el triunfo definitivo de ETA. La banda terrorista a lo largo de estos últimos años, si algo ha buscado con el asesinato de cargos públicos, es el desistimiento de quienes, a cara descubierta, les hacemos frente. Estaríamos dándoles la razón, sería para ellos la confirmación de su macabra estrategia. De rebote, el nacionalismo gobernante tendrá vía libre para hacer y deshacer a su antojo en Diputaciones y Ayuntamientos durante toda una legislatura para caminar, sin oposición, hacia su objetivo final : la independencia.
Creo también que secundar la estrategia de no presentarse a las elecciones sería una traición a las víctimas del terrorismo. ¿Para qué habría servido el sacrificio de Gregorio Ordoñez, de Miguel Ángel Blanco, de Froilan Elespe o de Juan Priede? ¿Para nada? Yo desde luego, y conmigo me atrevo a afirmar que el conjunto de los cargos electos del PP del País Vasco, no estamos dispuestos a que estos años de sacrificio no tengan alguna utilidad. Quien crea que estamos aquí sólo para resistir se equivoca. Estamos en el País Vasco para ser alternativa al nacionalismo. El esfuerzo realizado es para ganar. Pero no para que triunfe sólo una sigla, sino para que se abran paso de manera definitiva la paz y la libertad. Ese es el miedo de algunos. Que triunfando la libertad se acabe con un régimen, el nacionalista, responsable en no poca medida, de la penosa situación que padecemos quienes nos hemos opuesto a sus ideas.
Por tanto, descartemos planteamientos derrotistas. La Democracia está en cuestión, eso es evidente, pero nadie nos la va a regalar y menos quienes, desde el Gobierno Vasco, gestionan con comodidad la actual situación. Sin el concurso de los no nacionalistas no habrá libertad plena en el País Vasco durante mucho tiempo. El cambio es posible, la alternativa existe, los nacionalistas lo saben y de ahí su nerviosismo. Sólo debemos tener un objetivo, formar las mejores candidaturas y presentarnos en cuantos municipios podamos. Del resto se encargara el sentido común de los vascos y no me cabe duda que la perseverancia dará su fruto. Alguien dijo con acierto que el que resiste gana.
Carlos Mª de Urquijo es Parlamentario Vasco y concejal del PP en Llodio

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