Menú
Guillermo Dupuy

Piqué-Gallardón, o la rendición de Sigüenza

¿Tenemos los españoles certeza de que el PP de Rajoy no va a apoyar una reforma estatutaria que proclame a Cataluña como “nación” o “comunidad nacional”?

“¿Tienen certeza los votantes del PP y el resto de los españoles de que Rajoy interpondrá un recurso de inconstitucionalidad si el parlamento catalán aprueba una reforma estatutaria que proclame a Cataluña como Nación? ¿Tienen certeza de ellos sus adversarios políticos? ¿O es que vamos a ir todos de buen rollito hasta que la opinión pública pierda totalmente la sensibilidad y acabe por aceptar el pulpo como animal de compañía sin prestar importancia a lo que entonces quedará marginado como un fundamentalismo nominalista?”
 
Si hace unas semanas me hacía esta serie de preguntas, ahora debería añadir más abiertamente, ¿tenemos los españoles certeza de que el PP de Rajoy no va a apoyar una reforma estatutaria que proclame a Cataluña como “nación” o “comunidad nacional”?
 
A la luz de cómo los populares vascos han criticado el Plan de Patxi López, calcado o incluso menos agresivo al que Maragall y los nacionalistas e independentistas catalanes quieren hacer en Cataluña, tendríamos que tener la convicción de que el PP no se va a sumar a esa deriva nacionalista.
 
Sin embargo, tampoco podemos soslayar hechos más recientes, como el elocuente silencio de Rajoy en el caso catalán en concreto y, sobre todo, su implícita desautorización de Mayor Oreja y Acebes en su pugna —estratégica, que no personal— con Piqué y Gallardón en la reciente reunión celebrada en Siguenza.
 
Si de esta reunión salió la disposición popular al inconsistente pacto que, días después, celebraron Rajoy y ZP frente al Plan Ibarretxe —“pacto” que sólo está sirviendo para que los socialistas pretendan proseguir su linchamiento sin que el PP se queje—, también vino a confirmar la ocultación del hecho de que, tal y como dijo Mayor Oreja, no hay uno, sino dos desafíos contra la Constitución y la unidad nacional; desafíos que, por mucho que tengan diferentes ritmos, tienen ambos el visto bueno de ETA.
 
Piqué podrá compartir tanto como Gallardón la tesis de que no son dramáticos los riesgos políticos que padece España. Pero ambos son inconscientes correas de transmisión de la propaganda de sus adversarios de que no es el PSOE y su radical deriva emprendida desde la oposición, la responsable de la “crispación”, sino el PP cuando se enfrenta con firmeza a esa deriva. En ese error cae, de forma intermitente, el propio Rajoy.
 
Pique trata, además, de justificar su disposición a formar parte del consenso –independentistas, incluidos- asegurando que es una forma de impedir, desde dentro, que la reforma estatutaria se desboque hacia posiciones rotundamente inconstitucionales. Esa conocida vía siempre, siempre, supone ir de cesión en cesión ante la minoria más radical y en ella corre el riego el PP de quedar atrapado en posiciones ajenas a su ideario que ya serán de recibo social por no haberse opuesto a ellas claramente desde un primer momento.
 
La disposición a negociar debe ir precedida por una clara y rotunda afirmación de lo que no es negociable. Eso es lo que da claridad y sinceridad a la disposición de diálogo. Y sigo preguntándome, ¿es negociable para el PP una reforma del Estatuto catalán que proclame a Cataluña como quieren proclamar al País Vasco los socialistas vascos para intentar contentar a Ibarretxe?
 
A la espera de respuesta, acabo de leer que Patxi López ha aprovechado su rechazo a recurrir el Plan Ibarrtxe en Bruselas para elogiar a Piqué y decir que en España “la extrema derecha es Acebes”...

Temas

En España

    0
    comentarios