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Carlos Ball

Embajador venezolano contra la libertad de prensa

El embajador de Venezuela en Chile, Alfredo Toro Hardy, informó de haber reunido a los venezolanos residentes en Santiago para formar una asociación con el fin de combatir la difusión de mis artículos de prensa en ese país.

Por su interés, al haber sido nombrado Alfredo Toro Hardy embajador de Venezuela en España, reproducimos un artículo escrito el 18 de noviembre de 1998 por Carlos Ball a cuenta de las actividades del diplomático en contra suya.

El semanario caraqueño Quinto Día publicó el 13 de noviembre un fax enviado por el embajador de Venezuela en Chile, Alfredo Toro Hardy, al ministro de Información de la República de Venezuela, Fernando Egaña (quien a la vez es presidente de la Oficina Central de Información, la agencia de noticias del Gobierno), donde informaba de haber reunido a los venezolanos residentes en Santiago para formar una asociación con el fin de combatir la difusión de mis artículos de prensa en ese país.

Parece inconcebible que a finales del siglo XX un embajador considere parte de su misión coartar la libertad de prensa, pero debemos recordar que fue el presidente Rafael Caldera quien propuso hace un año, en la VII Cumbre Iberoamericana, la imposición hemisférica del "derecho a la información veraz", siendo –desde luego– los jerarcas gubernamentales quienes tendrían la sabiduría y potestad para determinar lo que es veraz y lo que son mentiras de periodistas. Ningún otro país tomó en serio tan retrógrada propuesta, pero el fax del embajador Toro indica que el Gobierno venezolano sigue tratando de imponer su criterio aún fuera de sus fronteras.

Reproduzco aquí el texto completo del fax:

Para: Señor ministro presidente de la OCI doctor Fernando Egaña
De: Embajada de Venezuela en Santiago
Fecha: Viernes, 23 de octubre de 1998

Señor Ministro: Tengo a honra dirigirme a usted en ocasión de informarle acerca de la campaña sistemática de desprestigio contra Venezuela y sus instituciones que, desde las páginas de opinión del diario El Mercurio, adelanta el periodista venezolano Carlos Ball Martínez.

Tal como he referido al Ministerio de Relaciones Exteriores, en anteriores oportunidades, hacer frente a dicha campaña ha resultado siempre difícil, pues cada vez que respondo a alguno de sus artículos, se obtiene como único resultado un incremento de su vocación polémica.

Habiendo llegado a la conclusión de que la única forma de enfrentar tal campaña era motivando una respuesta a la misma por parte de la colonia venezolana residenciada en esta capital, así como por parte de la asociación que integra a los chilenos que residieron en Venezuela, procedí en tal sentido.

El pasado 16 de los corrientes reuní en la sede de esta Embajada a la colonia venezolana residenciada en esta capital, a objeto de sentar las bases para una asociación formal que los integre y permita dar respuesta articulada a los ataques contra nuestro país. De igual manera, presenté a la consideración de ellos el texto de una comunicación dirigida al Editor del diario El Mercurio, contestando a la campaña del periodista Ball Martínez. En esa ocasión se reunieron ciento veinte firmas, copia de las cuales me sirvo adjuntar junto con el texto de la referida misiva. En el día de ayer me reuní con el Editor de El Mercurio, señalándole que la colonia venezolana me había encomendado hacerle entrega formal de dicha comunicación. La misma será publicada en los próximos días.

De igual manera, sostuve una reunión con la Junta Directiva del Centro Simón Rodríguez que integra a todos aquellos chilenos que durante su exilio estuvieron residenciados en Venezuela. Se acordó que ésta redactaría una misiva en términos de repudio a los artículos del señor Ball Martínez, con el objetivo de hacerla firmar por el mayor número posible de integrantes de dicha asociación, para su posterior remisión al Editor de El Mercurio. Tan pronto tenga copia de la misma en mis manos, me serviré hacérsela llegar.

Sin otro particular al cual hacer referencia, hago propicia la ocasión para reiterarle las seguridades de mi más alta y distinguida consideración.

Atentamente, Alfredo Toro Hardy Embajador

La gestión de los funcionarios no se mide por las intenciones sino por los resultados. En este caso, el resultado ha sido que El Mercurio ha publicado más artículos de AIPE en los primeros 15 días de noviembre (11 artículos en la página de Opinión, A-2) que en ninguna quincena anterior, desde abril de 1991, cuando ese diario se suscribió al servicio de prensa que dirijo.

El embajador buscaba ganar puntos con el ministro Egaña, quien contestó a un artículo mío publicado en el Wall Street Journal con una columna en el diario El Universal de Caracas que tituló: Mentiras de un mercenario. Allí me acusó de "tácticas goebbelianas". Claro, el doctor Egaña era entonces subsecretario de la Presidencia de la República y todavía no tenía el mismo cargo del doctor Goebbels.

Si algo debo admitir como periodista es que siempre me quedé corto en mis críticas y predicciones sobre el Gobierno de Caldera. Nunca imaginé que el descarado saqueo llevado a cabo por las autoridades monetarias, con la bendición del FMI, arruinaría al pueblo venezolano al punto de retroceder su nivel de vida medio siglo atrás. Ese es el legado del Gobierno de Caldera.

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